Alberto Sánchez o la controvertida relación de Toledo con uno de sus artistas universales

Fue escultor, pintor, dibujante, diseñador y escenógrafo y uno de los genios de las vanguardias del siglo XX. Nos referimos a Alberto Sánchez (Toledo, 1895- Moscú, 1962). Desde esta semana parte de su obra ocupa un espacio en el antiguo Convento de Santa Fe, a unos pasos de la toledana plaza de Zodocover. 

Una exposición permanente (y gratuita, al menos hasta junio) permitirá contemplar 24 de sus obras entre dibujos, esculturas y libros, en la rehabilitada sacristía del convento que ahora es la sede de la Colección Roberto Polo. Centro de Arte Moderno y Contemporáneo de Castilla-La Mancha (CORPO). 

La mayoría de estas obras llevaban guardadas en los almacenes del contiguo Museo de Santa Cruz desde que, en el año 2001, cerrase sus puertas el Museo de Arte Contemporáneo de Toledo, ubicado en el barrio de la Judería, en la llamada ‘Casa de las Cadenas’. Ahora su retorno expositivo ha reavivado en la capital de Castilla-La Mancha la polémica sobre la gestión de los museos.

Alberto Sánchez fundó la Escuela de Vallecas en 1926, junto con Benjamín Palencia y fue esencial en la renovación del arte español. En 1937, en plena guerra civil, participó en el Pabellón de la República Española de la Exposición Universal de París con su emblemática escultura El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella. La obra fue destruida, aunque existe una réplica en el exterior del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid.

En París conoció a Pablo Picasso, entre otros. Años antes había colaborado con La Barraca de Federico García Lorca, aportando diseños y figurines. En 1938 tuvo que exiliarse. Se marchó a Moscú y allí murió en 1962. No fue profeta en su tierra hasta que entre 1975 y 2001 su obra se expuso en el desaparecido Museo de Arte Contemporáneo de Toledo. 

Más de 20 años después puede disfrutarse de nuevo de sus obras en su ciudad natal. La consejera de Educación, Cultura y Deportes Rosa Ana Rodríguez decía durante la apertura del espacio permanente que, “con la sala ‘Alberto Sánchez’ saldamos casi una deuda histórica que tenía nuestra Comunidad Autónoma con un autor de este calado internacional”.

Pero lo cierto es que no todos lo ven de la misma manera. Varios colectivos y personas a título particular han expresado esta semana, en público y en privado, su decepción por el tratamiento de la obra del genio toledano. Hasta el punto de convocarse una movilización. “La cultura no se vende”, reza el eslogan de la concentración prevista para el lunes a las puertas del Museo Santa Cruz.

¿Cuáles son las razones? Las suspicacias están servidas y a la polémica por el cierre del museo hace dos décadas, le sigue ahora una nueva. En el ambiente flota el temor de que las obras de Alberto Sánchez terminen (y no solo físicamente) en la privada ‘Colección Roberto Polo’, un mecenas cubano-estadounidense que cedió parte de su colección a la Junta de Castilla-La Mancha para ser conservada y expuesta en Toledo y también en Cuenca. 

La viceconsejera de Cultura Ana Vanesa Muñoz niega que las obras de Alberto Sánchez vayan a pasar a engrosar la colección del mecenas. “La titularidad de las obras corresponde al Ministerio o a la Junta de Castilla-La Mancha y proceden de varias donaciones o cesiones. Eso no ha cambiado. Ni va a cambiar, ni ahora ni nunca”, asegura.

Muñoz explica que la titularidad de esas obras incluye “la custodia, la conservación y la difusión de estas obras que tiene, en exclusiva, el Museo de Santa Cruz supervisada por la jefa del Servicio de Museos de la Junta de Comunidades. Lo han hecho de forma exquisita”. Eso, sostiene, “tampoco cambiará, salvo una modificación de la Ley de Patrimonio. Y también dudo que ocurra. Ya se paró en su momento”.

Detalla que cómo se ha llegado hasta aquí: “Parte de las obras de la colección estatal que se adscribieron al museo toledano están ahora en CORPO”. También explica que, de forma posterior, el Estado adquirió la obra ‘Una mujer castellana’ para el Museo de Santa Cruz y que “hay dos dibujos que fueron adquiridos por la Junta y otra pieza más que compró el Grupo Tolmo en los años 90 y que también cedió al Santa Cruz”.

“La Ley de Patrimonio de Castilla-La Mancha es garantista y rígida en que lo público sea público”, asegura. 

¿Por qué no dedicar un espacio propio a Alberto Sánchez?

“No se cumple con la voluntad de que la obra de Alberto sea universal, ya que se entrega a un espacio privado obviando otros públicos que han de ser referencia real de su obra”, es otra de las críticas. El autor merece un espacio propio, reivindican. La familia no estuvo en la inauguración del espacio dedicado al artista.

La viceconsejera asegura que el hijo de Alberto Sánchez “es ya muy mayor” y que no ha habido contacto con el nieto del escultor, el fotógrafo hispano-ruso que lleva el nombre de su abuelo. “Respeto la voluntad del nieto. Me consta que han hablado con él a través de redes sociales. No ha querido comunicarse con nosotros que hemos hecho todo con el visto bueno del Ministerio. Puedo entender los sentimientos pero debo defender el trabajo que se ha hecho con rigor”.

“Teníamos una oportunidad en un espacio sin usar en un edificio de titularidad pública y además fondos públicos de una fundación pública para poder intervenir en la sacristía. Un espacio rehabilitado ad hoc, bajo control arqueológico y con una exposición comisariada por el director del Museo de Santa Cruz y el director artístico del Museo de Santa Fe”, replica la viceconsejera.

Pese a esta idea, la Asociación Museo de Santa Cruz, ¡Vivo! reclama “la necesaria recuperación del Museo de Arte Contemporáneo de Toledo y la exposición permanente de sus fondos, un museo que aún mantiene su entidad jurídica, cuyas obras siguen en los almacenes del Museo de Santa Cruz”. 

Este y otros colectivos, entre los que se incluyen partidos políticos o sindicatos, no ven adecuado el espacio recién abierto. Tampoco convence que la exposición permanente de Alberto Sánchez se vaya a complementar con otra exposición (temporal) en el vecino Santa Cruz con casi 90 piezas del antiguo Museo de Arte Contemporáneo de Toledo. Algunas serán del propio Alberto Sánchez junto a las de Joan Miró, Antonio López, Rafael Canogar, Benjamín Palencia o representantes del Grupo Tolmo, entre otros.

“Sueños tenemos todos. ¿Acaso tendríamos que haber esperado otros 20 años más? ¿O quizá 40 más como ha pasado con el Museo de Guadalajara para que el Estado se decidiese? ¿Queríamos esperar tanto para que el Museo de Santa Cruz de Toledo tuviese un lugar ex profeso?”, pregunta la viceconsejera para hacer frente a las críticas. “Así son las decisiones. Vimos la oportunidad de remodelar y de poner a disposición del público unas obras que no hay que poner en valor porque ya lo tienen por sí mismas. No hemos querido esperar más”, zanja. 

Las suspicacias sobre una fundación pública de gestión privada

“¿A qué clase de acuerdo ha llegado la Junta con la Fundación Polo?”, se preguntaba este viernes el sindicato CCOO. “A ninguno”, responde la responsable de Cultura. “Creo que lo que hay es confusión y desconocimiento sobre cómo funciona la Ley de Patrimonio de Castilla-La Mancha y sobre cómo se gestionan los museos. Es fácil que todos opinemos sobre cualquier tema”, comenta Ana Vanesa Muñoz, viceconsejera de Cultura y Deportes a elDiarioclm.es

“Estamos ante un episodio de puesta a disposición de medios públicos y de patrimonio artístico de nuestra región al fomento de una Fundación cuyos fines se circunscriben únicamente a la gestión de la colección privada de Roberto Castro Polo”, sostiene el sindicato.

La Fundación Colección Roberto Polo, insiste la responsable de Cultura, es “pública”, aunque el coleccionista que le da nombre sea el vicepresidente y aunque la gestión del museo sea privada. “La función de CORPO es dar a conocer la obra del señor Polo, pero también trabajar con el arte contemporáneo en Castilla-La Mancha. Esto no es de ahora”, incide la responsable del área regional de Cultura.