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Sobre este blog

Espacio de divulgación científica y tecnológica patrocinado por la Universidad de Alcalá (UAH), con el objetivo de acercar el conocimiento y la investigación a la ciudadanía y generar cultura de ciencia

“Me parece que es un momento genial para que la televisión se reinvente”

El consumo total de televisión roza las 10 horas por espectador

Teresa Sánchez Garzón

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El consumo de televisión sigue disparado por la crisis del coronavirus. Si bien el tiempo que dedicamos ha descendido ligeramente con respecto a los primeros días de confinamiento, la media en Castilla-La Mancha durante estas tres primeras semanas del estado de alarma se ha situado en 353 minutos, es decir, una persona ha dedicado cerca de seis horas de su día a ver la televisión, según un informe de audiencia de Barlovento Comunicación.

Además, Castilla-La Mancha es una de las comunidades autónomas que más ha consumido televisión de todo el país en estas semanas. Sobre ello y sobre el tratamiento que se le está dando al coronavirus en televisión hablamos con Pilar Lacasa, catedrática emérita de Comunicación Audiovisual de la Universidad de Alcalá.

¿Hay un exceso de información sobre el tema? ¿Sería aconsejable un mayor entretenimiento para que la gente consiguiera evadirse un poco?

Tengo dos perspectivas. Como usuaria, soy una persona que estoy muy vinculada a los medios. Pero ahora, en estas dos últimas semanas, he empezado a desconectarme de todo esto y soy mucho más selectiva. Esta cantidad enorme de información sobre el coronavirus me abruma. Personalmente me gustaría que las cadenas se volcaran mucho más en contenidos de entretenimiento; un ejemplo entre otros muchos, podrían ayudar a seleccionar “que ver”, incluso en plataformas digitales. También valoro programas que contribuyen a generar sentimientos positivos en los tele-espectadores.

Desde un punto de vista más académico, me he dado cuenta de no sirve mucho la información sensacionalista para crear actitudes positivas.  A veces, el hecho de tener que trasmitir tan rápido está condicionando el tipo de información que recibimos. Incluso, me pregunto si no será necesario reflexionar sobre algunos principios éticos. Por ejemplo: ¿por qué se transmiten determinados contenidos de forma tan negativa? ¿a quién se orientan? ¿quizás sólo se busca aumentar las audiencias? Encuentro a veces en la información falta de transparencia.

Profundizando algo más en los contenidos. Veo tres niveles y suele predominar el primero: 1) Son meras descripciones y, a veces, esto puede ser insuficiente. La televisión puede ir más lejos de lo que meramente ocurre aquí y ahora. 2) Se trataría de elaborar la información, siempre de forma transparente. 3) Hay un tercer nivel, el de las explicaciones contrastadas y científicas, capaces de generar una reflexión crítica. Seguramente es preciso combinarlo, dosificarlo para lograr una información de calidad.

Estoy en contra de la información sensacionalista, seguramente se acerca a las ‘fake news’.  Conduce a la desinformación y, desgraciadamente, a veces es abundante. Yo iría más allá de la inmediatez de la descripción y buscaría ser creativo pensando en audiencias concretas.

¿Se está utilizando el lenguaje adecuado para hablar sobre el coronavirus?

A veces tengo la impresión de que no existe relación clara entre la imagen que se está presentando y las voces que acompañan el mensaje. En la televisión, la información visual sugiere más, o al menos igual, que la voz. Sin embargo, ¿por qué distintas noticias incluyen, a menudo, la misma imagen? Es algo que también puede contribuir a que quienes estamos ante la pantalla construyamos conocimientos poco elaborados.

Yo recomendaría una reflexión sobre lo que cuentan las imágenes y las voces o los textos que las acompañan. Además, me pregunto, a qué audiencia se dirigen los programas. Ahora toda la gente está en casa y echo en falta una elaboración de la información teniendo presente este hecho. 

¿Cómo ve el futuro de la televisión?

Veo que hay tres escenarios, uno el que existía hace pocas semanas, otro el actual y, finalmente, el que va a venir en el futuro. Los tres están entrelazados. 

El que había hasta hace poco diferenciaba quizás entre audiencias juveniles y más maduras. La gente joven se movía en un contexto multiplataforma. Por ejemplo, veían las series de TV no solo en la gran pantalla, sino en las más pequeñas de los móviles o las tabletas. Podemos aprender mucho de estas prácticas juveniles

El escenario actual me parece que es un momento genial para que la televisión se reafirme, se reinvente diría yo, generando contenidos para todas las pantallas y múltiples audiencias, bien diferenciadas. Ahora la televisión está siendo una enorme plataforma de entretenimiento, que a veces olvida rescatar y transformar recursos que ya existen, que de alguna forma se podrían reciclar, reconstruyendo lo mejor para generar divertir o contribuir a la reflexión. 

Por último, el escenario del futuro es difícil de predecir. Hablaría de la creatividad que surge a través de una interacción entre las audiencias y los productores. Ojalá la televisión deje de ser unidireccional, desde el productor a la audiencia. Además, esa creatividad, que está en el origen de las historias que cuenta la televisión, será más potente si las plataformas no se autoexcluyen unas de otras, sino que se complementan de forma inteligente, transparente y ética.

¿Cuántas horas debemos dedicarle a la televisión y sobre los niños es bueno que estén expuestos a tanta información sobre el tema?

Creo que el ‘debe’ depende del contexto en el que está la persona, si bien no soy muy partidaria de las normas impuestas. En cualquier caso, las rutinas aceptadas y compartidas, pueden dar seguridad. Aunque no me gusta dar consejos, en estos días sugeriría a la gente mayor y más joven, sobrevivir, ser feliz y tener sentido común. Obviamente, no es de sentido común estar continuamente viendo la televisión. 

Me gustaría insistir en algo. Creo que los niños están siendo los olvidados de esta crisis. Quiero mucho a los animales, pero pienso que los niños también tienen derechos. No es sólo el derecho a ir a la escuela o a aprender los contenidos escolares. Tienen derecho a ser comprendidos, escuchados, a estar informados y a disponer de formas de ocio inteligente. Tenemos grandes desafíos para lograrlo. También les daría las gracias por su “confinamiento aceptado”. La gente joven y la infancia las merecen. 

¿Se debería mantener la publicidad habitual o se tendría adaptar a la nueva situación?

Me parece que todo mensaje que se está trasmitiendo, el publicitario no es ajeno, debe adaptarse porque sino va al desastre. Los mensajes se entienden mejor cuando quien los emite tiene en cuenta el contexto donde se producen. La publicidad se puede adaptar y contribuir a generar esos sentimientos positivos de los que hablaba antes. 

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