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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

Contra la extrema derecha, organización y lucha

Ante los resultados de los comicios celebrados el pasado domingo, día 28 de abril, quiero hacer una reflexión. Mientras que parte de la derecha fragmentada ha dado un gran traspiés (PP), el resto se ha alimentado de su derrota. Siendo notable, además la entrada de la extrema derecha (Vox), antes sin representación, en el Parlamento con 24 diputados. Así, la extrema derecha ultraliberal vestida de cordero rojigualda irrumpe en el Congreso de los Diputados.

Ante tal panorama, la izquierda tenemos una gran tarea por delante. Tocaba votar para frenar a la derecha en las urnas, pero a pesar del sentimiento antifascista que movió a muchos votantes, no nos debemos engañar; de nada sirve votar si no le plantamos cara a la ultraderecha y al fascismo en las calles. Es necesario que la clase obrera y sus hijos e hijas, la juventud estudiantil y trabajadora, nos organicemos en nuestros centros de trabajo y en nuestros centros de estudio, en los sindicatos, las asambleas de vecinos y demás organizaciones sociales antifascistas y de clase.

Tras los comicios se dan dos escenarios posibles. Por una parte, el PSOE podría pactar con Ciudadanos y constituir un gobierno liberal que seguirá manteniendo las políticas neoliberales del PP y siendo la pata izquierda de la oligarquía española. Ya hemos visto cómo los gobiernos autonómicos del PSOE, e incluso el Gobierno central de Sánchez, han mantenido los recortes y políticas del PP, haciendo ligeros (muy ligeros) ademanes de revertirlos. Esta opción, factible muy al pesar de los simpatizantes que coreaban en la calle Ferraz a Pedro Sánchez, es la preferida de la Patronal y del IBEX35. Ya ha sido anunciada públicamente como una “opción moderada muy beneficiosa para la situación actual” por representantes de la CEOE.

Por otro lado, podría darse un pacto con Unidas Podemos, lo que no necesariamente significa que UP deba formar gobierno con los social-liberales que acabarían no cumpliendo parte de sus acuerdos. Podría tratarse de un pacto de investidura, con una izquierda transformadora presionando en la oposición. Este segundo escenario sería el más propicio para la revertir el retroceso de derechos sociales y laborales acometido desde la crisis de 2008 y desarrollar políticas en la dirección de la garantización de la vida.

Pero para que este fenómeno transformador se pueda dar, es fundamental que todas las organizaciones de la izquierda nos lancemos decididas a la batalla para reconquistar los derechos sociales y laborales perdidos y construir un Nuevo País, una democracia de la mayoría social trabajadora y de los pueblos de España. El verdadero motor de cambio ha sido siempre, y sigue siendola luchaorganizada de la clase trabajadora. La lucha por una vida digna no puede esperar, por eso mañana, 1 de mayo, la clase trabajadora debe llenar las calles. El futuro es de la clase obrera. ¡No pasarán!

Ante los resultados de los comicios celebrados el pasado domingo, día 28 de abril, quiero hacer una reflexión. Mientras que parte de la derecha fragmentada ha dado un gran traspiés (PP), el resto se ha alimentado de su derrota. Siendo notable, además la entrada de la extrema derecha (Vox), antes sin representación, en el Parlamento con 24 diputados. Así, la extrema derecha ultraliberal vestida de cordero rojigualda irrumpe en el Congreso de los Diputados.

Ante tal panorama, la izquierda tenemos una gran tarea por delante. Tocaba votar para frenar a la derecha en las urnas, pero a pesar del sentimiento antifascista que movió a muchos votantes, no nos debemos engañar; de nada sirve votar si no le plantamos cara a la ultraderecha y al fascismo en las calles. Es necesario que la clase obrera y sus hijos e hijas, la juventud estudiantil y trabajadora, nos organicemos en nuestros centros de trabajo y en nuestros centros de estudio, en los sindicatos, las asambleas de vecinos y demás organizaciones sociales antifascistas y de clase.