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El pueblo de Soria que quiere dejar de tener concejales para convertirse en asamblea de vecinos

Localidad de Fuentecantos, en la provincia de Soria

Javier Ayuso Santamaría

2 de noviembre de 2022 08:57 h

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Mariano Rajoy, en una de sus frases ya míticas, dijo en 2015 en una visita de campaña a la localidad zamorana de Benavente: “Es el vecino el que elige el alcalde y es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde”. Esto último ha pasado en Fuentecantos, en Soria, años después. El regidor del pequeño municipio, con 71 vecinos, propone pasar del sistema clásico de concejales al modelo asambleario del concejo abierto, es decir: que los habitantes sean quienes toman las decisiones. A partir de la próxima legislatura van a tener que decidir ellos. El expresidente del Gobierno tenía razón para el caso de este pueblo.

El concejo abierto es una forma de gobierno destinada a entidades locales de escasa población. En las elecciones se elige de forma directa al alcalde con un sistema de cruces, similar a la elección de senadores. Además, su equipo de gobierno no lo escoge él, puesto que son los vecinos con derecho a voto los que, además de elegir al alcalde, también hacen lo propio. Eso sí, solo pueden designar en el cargo a aquellos que estén presentes como constituyentes.

Cambiar de la democracia representativa a un método directo “no es algo que se decida de la noche a la mañana la gente no se levanta y dice: quiero participar”, como asegura Juan Carlos García, regidor de Fuentecantos por Podemos. En el caso de su pueblo es un camino que empezó en la presente legislatura, hace dos años, ya que, al llegar a la Alcaldía, su equipo y él, decidieron establecer una asamblea de vecinos que tomase decisiones con carácter vinculante a lo que se aprobase posteriormente en los plenos.

Este formato no oficial pero sí de compromiso con los habitantes es el germen que ha hecho que en Fuentecantos los vecinos quieran participar de forma activa en la política de su pueblo. Según explica García: “a raíz de hacer las asambleas vecinales la gente sí que ha querido participar porque no solo aprobamos o no las propuestas que traen, también se ven en la capacidad de hacer enmiendas y aprobar ordenanzas. Llevamos más de 20 ordenanzas en tres años que para un pueblo pequeño es mucho”.

Los vecinos pueden hacer mociones de censura al alcalde

“Además”, continúa, “van a poder refrendar o hacer los presupuestos, También está la posibilidad de promover una moción de censura al alcalde si el sistema votación alcanza. Es verdad que, no nos vamos a mentir, la iniciativa la lleva el alcalde porque es lo lógico y más horas le dedica, pero se abren muchas posibilidades”.

Otra curiosidad de este sistema reside en la representación del municipio. Según explica García, se puede delegar la representación en un vecino si el conjunto asamblea lo decide, es decir: un vecino que controle de agricultura puede ser escogido para acudir a una reunión sobre concentración de regadío, un campo que igual a los concejales o al alcalde no son tan expertos. “No es lo habitual, pero es una ventaja”, afirma García.

Esta participación de los vecinos es “un cambio de paradigma de como ver la política”, como apunta el alcalde, pero pese a que Fuentecantos haya decidido constituirse como consejo abierto aún no lo tiene aprobado. Primero, algo que ya ha pasado, tiene que contar con el visto bueno de las dos terceras partes de los electores del municipio. El 70% decidió que sí que quería pasar al modelo asambleario lo que hace que avancen a la siguiente fase: la aprobación de la Diputación, donde se encuentran ahora mismo.

La institución provincial ahora tiene que validar o no el informe que el pueblo ha presentado para que sea la Junta, en última instancia, quién conceda o no el cambio de organigrama. En teoría, como sostiene García, la administración autonómica tiene de plazo para pronunciarse seis meses -y coincidir con las elecciones de mayo de 2023-. En caso de no decir nada, la propuesta decae por silencio administrativo. “Tenemos todo lo necesario. Lo hemos aprobado porque los vecinos y las instituciones del pueblo lo han decidido. No concebimos que, cumpliendo los requisitos y demostrando por amplia mayoría que queremos, la Junta nos lo deniegue”, apunta el alcalde de forma tranquilizadora.

Este modelo de concejo abierto es un ordenamiento histórico rural que sienta sus raíces en la Alta Edad Media como forma de gobernarse. Es precisamente, la tradición uno de los posibles que conceden las leyes autonómicas para acogerse a este formato. El otro es que de forma voluntaria y con mayoría de dos tercios los municipios de menos de cien habitantes opten por ello.

No es la primera vez que este municipio tomaba las decisiones en concejo abierto. Hasta 2011 el pueblo se rigió con este modelo, los cambios en la Ley de Régimen Electoral General hicieron que muchos pueblos lo abandonasen para organizarse en plenos. “Ningún pueblo lo quiso, aunque a la gente de Fuentecantos y de otros pueblos no nos habían preguntado si es lo queríamos o no”, asevera García. Además, apunta que la ley de Castilla y León “no tiene desarrollo como la de Aragón” que tiene una legislación especial para ello. En esa autonomía, como señala el regidor soriano, el concejo abierto se ve en municipios y hasta en algunas comarcas.

Democracia directa y tecnología

Tras más de una década algo ha cambiado en Fuentecantos, como justifica su alcalde para defender la voluntad de volver al modelo asambleario. “A mi juicio el ciudadano ha crecido democráticamente, se ha roto el bipartidismo y con el estallido social del 15-M hay un ansia de mayor democracia y más ganas de participar”, apostilla García.

Tecnología y democracia directa son buenos compañeros de viaje, el método de Fuentecantos pasa por implementar una fórmula en el que los concejos puedan ser semipresenciales, con voto delegado “como toda la vida”, pero por videoconferencia. Lo que permite participar en debates y votaciones.

Esta “otra manera de participar”, como apunta el regidor soriano, que tendría que ser aprobado por el concejo abierto, pasa por usar las herramientas existentes “no es usar zoom y ya está”. Para ello, se valdrían de la plataforma 'Gestiona' en la que se pueden hacer videoconferencias y con el DNI electrónico se valida la persona que está. “Esas fórmulas existen ya y simplifican muchos procesos”, aduce García. Todo ello, por el momento, “son hipótesis”, como asevera el alcalde, ya que prefieren no teorizar mucho hasta que se lo concedan.

Contras de este modelo

Pese a que Fuentecantos se proponga como nuevo pueblo en adoptar este modelo, lo cierto es que es una fórmula en decadencia. Solo en Soria hay nueve pueblos con concejos abiertos, aunque son dos más que la pasada legislatura como apostilla el alcalde, y con ellos serían diez. Una decena de municipios frente a los 119 con menos de 100 habitantes de toda la provincia, apenas un 8,5% de todos ellos se organizarían con esta fórmula.

Otro dilema, según la propia legislación, es que al ser un modelo participativo necesita que los ciudadanos se impliquen. Al pasar de tres concejales, que son los que pueden tener los municipios de menos de 100 habitantes, ahora tienen que acudir “siempre un 20% de los vecinos para constituir la asamblea. Ese es el principal problema”.

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