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Los psicólogos advierten que escuchar el latido fetal puede hacer “chantaje emocional” a las mujeres que quieran abortar

Manifestación por el derecho al aborto.

Alba Camazón

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Cada mujer vive su embarazo a su manera. Unas quieren tenerlo y otras no: porque no es el momento, porque económicamente no es viable o simplemente porque tienen muy claro que no quieren ser madres. Castilla y León quiere ofrecer a todas estas mujeres que escuchen el latido fetal por si eso les hace cambiar de opinión.

Es algo que, según las psicólogas consultadas por este diario, no aporta “información” extra —como argumenta Vox—, sino que puede “culpabilizar” a las mujeres que han decidido interrumpir voluntariamente su embarazo. El Ministerio de Sanidad contabiliza unos tres mil abortos voluntarios en Castilla y León. Ese mismo año, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, se produjeron 13.095 nacimientos. Los únicos hospitales públicos de Castilla y León que realizan abortos son el Universitario de Burgos y el comarcal de Miranda de Ebro.

“Tiene un componente muy emocional, cargado de moralidad y que puede culpabilizar a la mujer que decida interrumpir su embarazo de forma voluntaria”, advierte la psicóloga de la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur), Sofía Gabasa, que apunta que estas ecografías puedan “manipular” su proceso de decisión “más que informar”. La responsable de intervención social de Planificación Familiar, psicóloga y sexóloga, Raquel Hurtado, advierte de la intención “disuasoria” de estas medidas, que pueden derivar en un “chantaje emocional”.

Tendría un impacto psicológico negativo y no aporta información nueva a la toma de decisión

Sofía Gabasa Psicóloga de FADEMUR

El aborto es una decisión que cada mujer tiene que tomar consigo misma y con su entorno. “Una ecografía 4D o escuchar el latido fetal no ayuda a que la decisión sea más libre, positiva y constructiva”, expone. Esta psicóloga considera que solo ayudará a que la mujer sienta “culpa, vergüenza, miedo e indecisión”. La decisión no es sencilla y las mujeres suelen estar “muy vulnerables”.

“Es una decisión tremendamente pensada y difícil, no necesitan que les machaquen psicológicamente. Solo insinuarlo me parece atroz”, valora la presidenta de la Unión Nacional de Asociaciones Familiares (UNAF), Ascensión Iglesias, que considera que escuchar el latido fetal podría ocasionarles “gravísimos problemas” y hay una posibilidad de que finalmente decidan no abortar por motivos emocionales y no racionales.

Raquel Hurtado destaca que lo que es necesario es “reforzar” el sistema de acompañamiento psicológico y el proceso de toma de decisiones con “total neutralidad”. “No se trate de que la mujer tome la decisión que yo creo que es correcta, sino que la tome ella misma”, expone.

“Van a las tripas, a lo emocional”

Sonia Lamas Millán, psicóloga y docente de Mujeres para la Salud, reprocha que una Administración Pública “cuestione desde lo emocional” a las mujeres a través de estas pruebas y alerta de que se las puede “victimizar”. “Cada mujer necesitará su tiempo para tomar la decisión de forma muy sólida, pero así se desinforma a las mujeres. Van a las tripas, a lo emocional”, reprocha. Lamas Millán advierte de que esto puede suponer una “traba” al ejercicio de un derecho adquirido por las mujeres como es el aborto.

“Tendría un impacto psicológico negativo y no aporta información nueva a la toma de decisión. La mujer ya sabe en qué consiste un embarazo”, señala Gabasa, que propone que Sanidad dé más información sobre los tipos de procedimiento: farmacológico o quirúrgico, si considera que las mujeres no tienen suficiente información. “Eso sí les ayudaría, no ver una ecografía”, zanja.

Las mujeres no somos más felices por ver unos rasgos físicos en una ecografía, somos más felices si podemos tomar una decisión en libertad

Sonia Lamas Millán Psicóloga y docente de Mujeres para la Salud

También se plantean si en alguna ocasión no se puede tratar a las mujeres como a menores de edad. La presidenta de la Asociación de Psicología y Psicoterapia Feminista y psicóloga Yolanda Bernárdez, cree que si el médico ofrece una prueba que no ha sido solicitada ni es médicamente importante la mujer puede sentir que no es capaz de tomar esa decisión. “Las mujeres están lo suficientemente informadas [sobre lo que es un embarazo], no son ciudadanas de segunda”, agrega Iglesias.

“Si en una situación de vulnerabilidad un médico, con la autoridad profesional que tiene, te ofrece hacerte una prueba de ese tipo, puede resultar tortuoso por todo el imaginario simbólico asociado a un latido de corazón”, afirma. “Las mujeres se van a sentir ninguneadas e infantilizadas. Hay bastante evidencia científica de que las mujeres que deciden abortar no suelen arrepentirse. Las mujeres son personas autónomas que se conocen y conocen su situación”, añade Hurtado.

“No somos más felices por ver unos rasgos físicos en una ecografía”

El vínculo madre-hijo no tiene por qué ser automático. “Las mujeres no somos más felices por ver unos rasgos físicos en una ecografía, somos más felices si podemos tomar una decisión en libertad”, manifiesta Lamas Millán. “Quizá la crianza posterior sea también tortuosa, no hay un automatismo de apego seguro”, continúa Bernárdez.

La presidenta de UNAF recuerda con ironía que las mujeres embarazadas tuvieran que recurrir a la Sanidad privada para realizarse ecografías 4D si no era por motivos médicos y ahora se vaya a hacer para utilizarlo contra aquellas que estén pensando en abortar.

La maternidad deseada se puede incentivar a través de otras estrategias, aseguran: “Que contacten con las organizaciones expertas para saber cómo mejorar las condiciones de las madres, con trabajos y salarios dignos”. Y si quieren reducir la maternidad no deseada, Lamas Millán propone que se incrementen los esfuerzos en la educación afectivo sexual con perspectiva de género y en un acceso gratuito a todos los métodos anticonceptivos.

El presidente del Colegio de Médicos de Castilla y León, José Luis Díaz Villarig, no quiere analizar el tema todavía, al igual que otros profesionales consultados por este asunto. Sin embargo, Villarig sí explica que la objeción de conciencia del sanitario está “por encima de todo” y rechaza la posibilidad de que se obligue a los médicos.

“Se debe actuar en función de los protocolos. ¿Van a cambiar?”, se pregunta. Villarig considera que, aunque el aborto sea una cuestión relevante, Sanidad debería tener otras prioridades. “Con la situación sanitaria que tiene Castilla y León, no sé si esto es lo más importante”, valora.

El anuncio de Vox y el lío con el PP

Esta semana la Junta de Castilla y León anunciaba que incluiría el latido fetal en el primer trimestre de embarazo —en lugar de al final, ya en la semana 12 como recomienda la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia—. Sanidad también promoverá el acceso a la ecografía 4D a las mujeres gestantes durante el seguimiento de su embarazo. Estas iniciativas pretenden —según la Consejería de Sanidad— ayudar a las mujeres que lo precisen “a superar las dificultades para ser madre”.

El propósito que planteaba Vox no era exactamente el mismo. “Si todas estas medidas son útiles parra que solo un niño que iba a ser abortado pueda nacer, habrán hecho que todas las consecuencias negativas de participar en un gobierno, con todo lo que ello implica, merezca la pena”, exponía el pasado jueves el vicepresidente del gobierno autonómico, Juan García-Gallardo. El representante del partido ultraderechista también apostaba por que madres y padres se sientan “más acompañados” en el embarazo y “que todo aquel que desee continuar con el embarazo, pueda hacerlo”.

La polémica continuó. El consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, ha rehusado entrar a valorar las explicaciones y argumentos que realizó García-Gallardo y ha insistido en que los sanitarios dispensarán tratamiento y atención médica “adecuados” a las mujeres que lo precisen “antes y después” de haberse sometido a una intervención de interrupción del embarazo. Por su parte, el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, ha intentado no desautorizar a su socio de gobierno haciendo equilibrios que le han llevado a decir una cosa y la contraria. “No acepto lecciones de la izquierda cuando se habla de derechos de la mujer en Castilla y León defendemos a la mujer, garantizamos todos sus derechos y la libertad de elección de la mujer”, ha destacado

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