Un mando de la UME dice que no encontraron nada fuera de lo normal en las residencias de ancianos de Castilla y Léon
“Nos hemos encontrado situaciones complicadas que hemos vivido de primera mano, pero en general en Castilla y León se puede decir que esta unidad no encontró nada fuera de lo anormal [sic] de la actual situación”, es la lectura ofrecida por José Alberto Barja, teniente coronel de la Unidad Militar de Emergencia (UME), durante el balance de la labor desplegada por su batallón y el Ejército de Tierra en esta Comunidad en lucha contra el coronavirus.
Pese a que en su día la ministra de Defensa, Margarita Robles, trasladó a la Fiscalía General del Estado la situación de abandono que, a su juicio, se encontró el Ejército en su labor de desinfección en distintas residencias de la geografía nacional, el teniente coronel Alberto Barja se ha mostrado claro al asegurar que en Castilla y León su unidad, con base en León, no halló nada que pudiera merecer un reproche penal, más allá del lógico desbordamiento de capacidades debido a la pandemia provocada por la COVID-19.
El militar, que ha comparecido en la Delegación del Gobierno en Castilla y León junto a su titular, Javier Izquierdo, y el jefe de la Cuarta Subinspección del Ejército, el general José Rivas, para dar cifras de la ingente tarea desarrollada en los últimos meses frente al coronavirus, sí ha aprovechado, en cambio, para “resaltar el trabajo efectuado en las residencias y apoyar a esos trabajadores que han mantenido a los mayores libres del virus, dentro de sus posibilidades”.
Barja ha hablado desde el conocimiento que le brindan las 1.079 intervenciones que la UME ha desplegado en esta Comunidad, de ellas 600 en residencias de mayores, 205 en hospitales, 60 en instalaciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE), 29 en dependencias de Renfe y estaciones de autobuses y cuatro en centros penitenciarios, en los que ha efectuado labores de desinfección.
En la misma línea, el general José Rivas ha explicado que la situación en los centros de mayores en el resto de España ha sido similar, cuando los contagios superan las posibilidades del personal. “En otras comunidades también nos hemos encontrado una situación difícil cuando no se tiene capacidad para atender la reorganización, desinfección y atención sanitaria del personal ya que era mayor el problema que la capacidad de afrontarlo”, ha incidido el mando.
Rivas sí ha puesto como ejemplo de esta situación la Casa de la Beneficencia de Valladolid, aunque sin citarla textualmente, centro que investiga actualmente la Fiscalía vallisoletana y al que el Ejército acudió en primer lugar en la ciudad. “La situación era crítica porque el personal también se encontraba afectado y tenía que retirarse del servicio, del cuidado de las personas mayores”, ha apuntado.
El jefe de la Cuarta Subinspección General del Ejército (IV Suige), en su análisis o balance de la intervención militar en el marco de la 'Operación Balmis' de apoyo a las autoridades civiles en la lucha contra la pandemia, ha destacado la tarea desarrollada en la desinfección de instalaciones con casos positivos y aquella realizada en labores de prevención, trabajo saldado en Castilla y León con 709 desinfecciones, de ellas 240 en residencias de mayores.
A ello se suman 780 servicios de patrullaje en 155 pueblos y carreteras principales, con más de 3.500 efectivos desplegados, además del apoyo a instalaciones sanitarias (el Hospital de Campaña de Segovia, el Río Hortega de Valladolid y el Hospital de Medina del Campo), sin olvidar el servicio logístico para acoger a todos los efectivos que han operado en la comunidad procedentes de otros territorios, en total más de 2.600 efectivos a los que se ha brindado alojamiento en bases de Castilla y León y se ha ofrecido más de 4.000 raciones.
En su balance, el militar también ha subrayado la distribución de material de protección en todo el cuadrante Noroeste y el servicio prestado por las bases aéreas de Villanubla (Valladolid) y La Virgen del Camino (León), utilizadas para el aprovisionamiento de material procedente del exterior.
Por su parte, el delegado del Gobierno en Castilla y León, el socialista Javier Izquierdo, encargado de abrir el turno de intervenciones, ha utilizado la mayor parte de su alocución para ensalzar el trabajo tanto de patrullaje como de desinfección realizado por el Ejército y, en particular, el V Batallón de la UME.
No obstante, Izquierdo ha incidido, sobre todo, en otra faceta que ha pasado más desapercibida pero que, a su juicio, no es menos importante, en referencia a la formación en materia de desinfección ofrecida a efectivos de bomberos, agentes medioambientales y las organizaciones profesionales agrarias, “lo que ha permitido aumentar el despliegue de las desinfecciones”.
A este respecto, el máximo responsable del Gobierno en la Comunidad ha anunciado que, en colaboración con la Junta, se seguirán realizando acciones formativas en junio en escenarios aún pendientes de determinar en colaboración con la UME y personal de las Fuerzas Armadas, y todo ello con el propósito de estar preparados para poder “reaccionar ante posibles brotes futuros del virus”.
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