Los trabajadores de la cultura de Barcelona denunciaran su precariedad en la Nit dels Museus
Los trabajadores de entidades e instituciones de la cultura de Barcelona han convocado movilizaciones coincidiendo con la Nit dels Museus, el sábado 21 de mayo. Las acciones parecen abrir un período de conflictividad en el ámbito cultural barcelonés. Los trabajadores se quejan de operar para subcontratas lo que redunda en salarios de 5 euros la hora y sin apenas derechos como trabajadores. La reivindicación de fondo es la contratación directa de los trabajadores por las instituciones, muchas de ellas dependientes del consistorio de Barcelona. Estas reclamaciones se agrupan en el colectivo Remunicipalitzem. Pero mientras tanto plantean reclamaciones concretas.
Una concentración con desfile por diversos museos y centros culturales que estarán abiertos durante la Nit dels Museus, convocada por CGT, CNT y diversas entidades cívicas, y el reparto de manifiestos reivindicativos por parte de UGT y una plataforma de profesionales, protagonizaran las acciones.
La plataforma en la que están CGT y CNT, han hecho un llamamiento a los empleados de museos y organizaciones culturales a un concentración y posterior manifestación por una ruta que cruza algunos de los puntos más señalados de la cultura barcelonesa y catalana.
Marta es delegada de CGT en la empresa Magmacultura, una de las principales gestoras de concesiones públicas en Barcelona. “Decidimos realizar la protesta para dejar claro que en un día en que desde las instituciones culturales presumen de la actividad cultural, se muestre que hay un contrapunto”, explica. En este sentido, la sindicalista añade: “en el sector hay empresas que se han especializado en el mundo de la cultura basándose en ofrecer precios bajos, que no tienen empacho a reducir aún más si las instituciones recortan presupuestos”, afirma.
Otra gran empresa del ámbito es Ciutart, aunque últimamente han irrumpido en el sector las Empresas de Trabajo Temporal (ETT) “reventando precios y condiciones de trabajo”. Marta pone un ejemplo: “hay empresas que demandan empleados con dos títulos universitarios y varios idiomas pagando de media 5 euros la hora y 2 euros más a partir de las 10 de la noche”. Los convocantes de la protesta del sábado denuncian que mientras las instituciones pagan entre 15 y 18 euros por hora de trabajo de las personas contratadas, de dicha cantidad “muchas veces los trabajadores no percibimos ni un tercio”.
La protesta durante la Nit dels Museus intenta llamar la atención sobre las condiciones de trabajo y también salir al paso de prácticas como el trabajo gratuito que se impuso el año pasado en la citada celebración. La manifestación saldrá el sábado a las 20:30 de la explanada del Centre Cultural El Born y se desplazará en una ruta que incluye el Museu Picasso, el Museu de les Cultures, el Museu d'Història de Barcelona (MUHBA), Museu Frederic Marès, Palau Güell, Palau de la Virreina, CCCB, Macba, Caixaforum y MNAC.
Grandes empresas en las instituciones públicas
En el manifiesto hecho público los convocantes denuncian que “las grandes empresas se han ido introduciendo en el interior de las instituciones culturales”. Ello ha supuesto el secuestro de las contrataciones de personal, afirman, cosa que ha implicado que las compañías privadas se beneficien “en gran parte de nuestros salarios y también de los impuestos que pagamos como ciudadanos para mantener dichas instituciones”, aseguran.
Los trabajadores aseguran que se presiona a las plantillas para que trabajen durante la Nit dels Museus, sin respetar el descaso legal entre jornada y jornada.
También se quejan del hecho que por el tipo de trabajo que dicho colectivo desarrolla, la mayor parte de las lesiones que les afectan a los trabajadores no se reconocen como accidentes o enfermedades laborales. Ello repercute negativamente, afirman, tanto en la salud de los trabajadores como en los sueldos cuando están de baja laboral.
Explican también los trabajadores que cuando han trasladado sus reivindicaciones a las empresas que los contratan, estas “le pasan la pelota a las instituciones, que se desentienden, alegando que no pueden hacer nada porqué no son parte contratante”.
Convenio y buenas prácticas
Por otra parte, UGT de Catalunya, y más concretamente su rama juvenil, Avalot, han convocado también el sábado próximo, durante la Nit dels Museus, movilizaciones de los trabajadores del sector reclamando un convenio del ámbito de la cultura. En este caso, los jóvenes del sindicato y miembros independientes de la llamada plataformaC, repartirán octavillas entre el público explicando su situación laboral.
Según un portavoz, el colectivo de los trabajadores de servicios culturales agrupa unas 1.500 personas incluyendo los empleados de los ámbitos privado y público. Unos y otros coinciden anunciar un deterioro de sus condiciones laborales con recortes y una precarización “insoportables”.
El representante de Avalot explica que un trabajador del ámbito cultural acostumbra a tener un sueldo medio de 5 euros brutos a la hora, contrato de obra y servicio y que sufren frecuentes cambios de horario. Además, acostumbran a estar subcontratados por empresas privadas, cosa que implica no tener garantía de subrogación si estas pierden el concurso. En este sentido critica que “la administración pública no sólo facilita sino que fomenta dichas prácticas”.
El grupo creado a partir de la UGT plantea la creación de una mesa sectorial que inicie los contactos con las empresas para negociar un convenio de la cultural que mejore las condiciones salariales de dicho colectivo.
Mientras se produce un acuerdo reclaman que se elabore un código de buenas prácticas específico para la contratación de servicios externos.
El código debería evitar las adjudicaciones basadas en precios bajos, acabar con la exigencia del trabajo gratuito, y un respeto genérico a las condiciones laborales de los profesionales.
La movilización de los trabajadores que dan servicio a los equipamientos culturales de Barcelona se produce después de que coincidiendo con el cambio de mayoría municipal se produjesen huelgas y concentraciones en organismos como el Auditori o el Liceu de Barcelona, en ambos casos los empleados recurrieron a la huelga para mejorar sus condiciones laborales frente a las empresas que los tenían subcontratados.