Catalunya Opinión y blogs

Sobre este blog

Miedo a los medios

Imágenes de alumnos de espaldas a las cámaras para proteger a los compañeros del agresor mortal del Instituto de Enseñanza Secundaria Joan Fuster de Barcelona. Miedo creciente a la voracidad informativa de los medios, que en situaciones de drama y de dolor se hace más evidente.

La muerte de un profesor a cargo de un niño de trece años, que hiere también a otras personas, centra la atención general en un instituto de barrio. Profesorado, alumnos y padres sienten la amenaza de la exposición mediática. En las primeras horas se ven rostros descompuestos por el dolor incluso en periódicos serios, luego vienen las espaldas.

Más allá de la protección de los menores y del derecho a la imagen y la intimidad de las personas más directamente afectadas -que deberían poderse dar por garantizados-, la comunidad escolar también se ha sentido víctima. Hay una línea poco clara en la delimitación precisa de las personas y los valores que deben ser protegidos ante la presión competitiva de la industria mediática.

El miedo a la intrusión de los medios en la vida y el dolor de las personas es un hecho creciente y reactivo en esta sociedad abocada a la cultura del espectáculo y donde mucha gente se muestra dispuesta a hacer cualquier cosa para salir en la televisión o exhibirse en las redes sociales.

El alcance del derecho a la información tampoco es fácil de establecer en la reacción a menudo compulsiva de los medios ante estas noticias. La información gráfica es el escalón más débil de la cadena, exigida por una formatos que sacralizan la imagen en sí misma, más allá de la poca información que la mayoría de veces aporta.

Imágenes de alumnos de espaldas a las cámaras para proteger a los compañeros del agresor mortal del Instituto de Enseñanza Secundaria Joan Fuster de Barcelona. Miedo creciente a la voracidad informativa de los medios, que en situaciones de drama y de dolor se hace más evidente.

La muerte de un profesor a cargo de un niño de trece años, que hiere también a otras personas, centra la atención general en un instituto de barrio. Profesorado, alumnos y padres sienten la amenaza de la exposición mediática. En las primeras horas se ven rostros descompuestos por el dolor incluso en periódicos serios, luego vienen las espaldas.