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El Diari de la Cultura forma parte de un proyecto de periodismo independiente y crítico comprometido con las expresions más avanzadas del teatro, la música, la literatura y el cine. Si quieres participar ponte en contacto con nosotros en  fundacio@catalunyaplural.cat.

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Transitando la frontera de los días

'Dies de frontera', última novela del escritor Vicenç Pagès, Premi Sant Jordi

A Dies de frontera nos dibuja una historia de dos personajes que pisan la raya de los cuarenta, una por abajo, el otro por arriba. Viven juntos, tienen un trabajo, precario, pero trabajo al fin, van haciendo, van viviendo y conviviendo, sin demasiadas ambiciones ni grandes proyectos. Pero son en esa edad y en aquella situación en la que es ineludible plantearse una de las grandes decisiones en la vida de las personas: tener o no tener hijos. Esta cuestión se cierne sobre la cotidianidad narrada, pero va mucho más allá, porque la duda deviene una zona inestable, un espacio de transición que no puede dejar de serlo hasta que no se traspasa la frontera dando un paso adelante o, quizás , un paso atrás.

Este espacio de tránsito queda bien metaforizado con la contextualización narrativa, que nos sitúa en La Jonquera, una frontera geográfica, física, un límite entre dos territorios, representada con una estética impersonal, deshumanizada, llena de prostíbulos, de carteles que incitan al consumismo barato y fácil. Sí, La Jonquera es así para quien la transita, quizás también para quien vive allí. Un umbral territorial que también es un umbral metafórico. Un no-lugar donde es imposible permanecer. De la misma manera que es imposible quedarse en la indecisión, en la duda. También en el aburrimiento. El aburrimiento es la pólvora que se acumula igual que el polvo sobre los libros. Así como hay un momento que se apunta que Dios creó la humanidad para no aburrirse, el escritor también escribe para combatir el aburrimiento. Y tener hijos, qué gran antídoto contra el aburrimiento. Crear para no aburrirse. Crear para dar sentido allí donde no se encuentra. Allí donde los valores ya están sobrevalorados. Donde los deseos han quedado aplacados por desencantos, las desilusiones, donde todos los DES que uno se pueda imaginar se han acabado convirtiendo en DESidia.

Tomar una determinación, un camino que marcará el rumbo de los acontecimientos vitales solo se puede hacer de dos forma: o bien de forma impulsiva, sin calibrar las consecuencias, dejándose arrastrar por una pulsión emocional, o bien de forma racional, elaborando una reflexión, un argumentario. Ahora bien, también podríamos añadir una tercera vía, quizás la menos abrupta, no por ello la más coherente: dejándose llevar por las circunstancias que acompañan el momento.

El umbral nos proporciona inestabilidad, pero la inestabilidad misma también es el motor que nos propulsa a mover el culo para salir de este espacio de tránsito. Mientras tanto, consumimos sin pensar, nos aferramos a los estímulos momentáneos, nos convertimos en epicúreos del siglo XXI.

Pagès Jordà nos coloca en varios cruces, nos sitúa en la vida misma. Cruzar el umbral es inevitable, la manera de hacerlo solo depende de quien lo hace. El narrador mismo, omnisciente y omnipresente, como un Dios creador, se atreve, interpela al lector, transgrede los límites de la ficción, y la refuerza, aunque parezca contradictorio. Incluso podríamos afirmar que transgrede los límites del género, o quizás más bien los destruye y los reconstruye, juega. A veces, nos hace pensar en el cine, se puede ver claramente entre capítulo y capítulo una fundición a negro, nos hace saltar adelante y atrás en el tiempo, flashes momentáneos, precisos y concretos que van encajando como piezas de un puzle. En la misma línea, también nos sitúa en la perspectiva del lector de cómic, la brevedad de los capítulos hace pensar en una estructura de viñeta, con una imagen estática y al mismo tiempo dinámica. Una tras otra para construir una historia gráficamente narrativa.

Dinamismo y también proximidad, contemporaneidad, el reflejo de que las formas de comunicarse han cambiado: el WhatsApp asoma la cabeza sin vergüenza, más de un capítulo está elaborado con diálogos que tienen forma de nube con hora y fecha. El perfil de Facebook sirve para explicar cómo son los personajes. Estos nuevos formatos rompen convenciones y refuerzan el humor que tiñe todo el libro. Hay errores, fracasos, pero no hay drama, ni tragedia. La voluntad es no quedarse en el umbral y hacerlo con aquello que configura la propia existencia. Los errores y los fracasos, al igual que el fotolog, quedan para la historia.

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