L'Escoleta es un proyecto cooperativo. Efectivamente, hay cooperativas que celebran merecidamente cumpleaños y algunos aún no han nacido pero hace tiempo que están en estado de gozosa gestación. Si nada falla l'Escoleta, una cooperativa de crianza compartida, abrirá puertas el martes, 18 de marzo, pero hace tiempo que sus promotores: educadores y familias trabajan duro.
Vayamos por partes! El proyecto se ubica en el barrio de Sant Andreu, en Barcelona. Nace vinculado a una entidad con más de 10 años de funcionamiento: la cooperativa ETCS, acrónimo formado por las palabras, Estrategias de Transformación Comunitaria Sostenible. Se trata de una entidad de iniciativa social y sin ánimo de lucro, donde sus socios, psicólogos, sociólogos, expertos en economía y en trabajo social operan en la intervención y el desarrollo comunitarios. “Allí donde actuamos, lo hacemos fomentando el trabajo conjunto de las redes ciudadanas, las administraciones y los servicios técnicos”, explica Elisenda Vegué , impulsora primero de ETCS y ahora también de l'Escoleta.
Los socios de ETCS antes de crear la cooperativa habían trabajado como técnicos en el diseño de planes de desarrollo comunitario, junto con entidades y la administración pública, en una tarea en red. Ahora, la cooperativa realiza acciones en el mismo sentido: ayudar a implantar en un territorio , un barrio o una localidad, proyectos como la matrícula única para los centros educativos o un calendario festivo común entre instituciones y entidades, o más concretamente organizar un Carnaval, como ejemplo de calendario festivo compartido. “Intentamos crear espacios donde trabajar la identidad colectiva. También podemos hacer trabajos de fomento de la salud comunitaria, ayudando a crear grupos de ayuda mutua”, explica Elisenda Vegué, socia de ETCS y también impulsora de l'Escoleta.
Trabajar con el centro, trabajar en el centro
L'Escoleta, nace al calor de la cooperativa ETCS, pero con voluntad de identidad propia y con ambición de personalidad jurídica como cooperativa, cuando ello sea posible. Elisenda es una de las impulsoras, junto a Loli Castilleja. Lejos de ser una guardería más, l'Escoleta tiene una definición original: “ Una cooperativa de crianza compartida”, explica Elisenda. En este nuevo concepto el trabajo de los educadores y de las familias es común en favor de los niños y niñas. Educadores y padres cooperan para aportar herramientas para la realización personal de los alumnos y todos juntos construyen el espacio educativo común. No se trata, pues, de un lugar donde se envía a los niños y niñas a recibir pasivamente una formación. Los niños tienen un protagonismo activo. La escuela es pues un lugar donde los educadores ejercen su rol formativo, pero dónde las familias tienen también un papel activo. “ Son como dos capas de cebolla ”, dice Elisenda. De un lado hay un núcleo inamovible, formado por educadores y alumnos y del otro hay una segunda capa de cebolla formada por las familias, que tienen un papel esencial en la definición del proyecto. Así, una vez a la semana familiares van a la escuela durante el horario lectivo y colaboran en las tareas del centro. También participan, por ejemplo, en fijar los menús de la escuela explica Elisenda. Y es que incluso la comida tiene un tratamiento alternativo: el menú quiere ser esencialmente ecológico, cocinado de forma no agresiva. También se podrá elegir si se quiere que contenga carne, pescado o si se quiere quizá más vegetariano. En este aspecto como en otros, son las madres y los padres quienes participan plenamente en el proceso de decisión, desde el inicio del curso.
De entrada l'Escoleta será un centro muy reducido, con dos educadores y cinco alumnos. Intencionadamente se ha limitado la ratio de niños a 10 y cuando esté a pleno rendimiento acogerá 20 niños. La edad mínima son dos años, aunque el requisito es que los alumnos tengan autonomía con respecto a su movilidad.
Mirada respetuosa
En cuanto al ámbito pedagógico, éste se plantea a partir de una mirada respetuosa con los intereses de los niños y niñas. El niño es quien marca el ritmo de su formación, y ésta siempre se hace de acuerdo con sus necesidades emocionales, cuenta Elisenda. Los adultos, tanto si son educadores como si son familiares, acompañan al niño en su descubrimiento.
Todo lo que se explica se podrá ver a partir de la fiesta de inauguración que se ha programado para el 29 de marzo. En abril hay preparada la jornada de puertas abiertas, pensada para el inicio de curso de septiembre, aunque l'Escoleta abrirá sus puertas el próximo martes en la calle Sócrates, 80 del barrio de Sant Andreu, de Barcelona.
La nueva escuela, que abarcará de 2 hasta los 6 años, aspira a estar fuertemente insertada en la comunidad. Y ya lo está de hecho, porque hace meses que familias y educadores trabajan juntos con agentes diversos que operan en el territorio, tanto en lo que tiene que ver con los equipamientos como con las entidades. Se quiere, en definitiva, que los niños integren su educación en la dinámica viva del barrio.
La Cooperativa ETCS tiene un blog donde se informa de las cuentas previstas para el funcionamiento de la nueva escuela. De hecho, la cuenta de explotación es creciente y se calcula que hasta dentro de tres años no se llegará a la rentabilidad. Sin embargo, este no es el objetivo primario de los impulsores de la escuela. Lo que se quiere es insertar este nuevo servicio en la economía social y solidaria. En este sentido, la cuota que pagarán las familias es una aportación a los gastos y sufragar los costes, “de hecho se ha pensado que los padres y las madres aporten también una parte de los costes en especies. Por un lado, porqué un día a la semana los familiares colaboran con tareas de la escuela, pero es qué se han previsto otras aportaciones como llevar comida cocinada o colaborar en la limpieza” aclara Elisenda. La vinculación con el mundo cooperativista ha pensado incluso a la hora de estipular un descuento en las matrículas a los hijos de personas que sean socias de una cooperativa.
Proyecto en red
L'Escoleta no nace como una iniciativa aislada. Forma parte como proyecto emergente de la Red de Educación Libre y dentro de esta red, que es plural, se inscribe en la denominada pedagogía viva. Sea como sea a partir de los 6 años los niños y niñas de esta escuela pueden seguir los estudios en centros públicos que practican la misma filosofía educativa, como son la escuela Congrés Indians, en el barrio de la Sagrera o la escuela Encants en Glòries.
En cuanto a resultados, existe la experiencia de un centro predecesor, La Caseta de Gràcia, donde los alumnos que terminan se han integrado al ciclo de primaria sin ningún problema pedagógico.
¿Y la financiación?, Pues aquí también juega un papel el cooperativismo. La cooperativa de servicios financieros Coop57 asume la mayor parte del préstamo de 35.000 euros que cuesta arrancar el proyecto. Como suele hacer, el crédito es soportado por una quincena de avalistas que mancomunadamente se comprometen con la iniciativa. También están las aportaciones en especie que han hecho ya las familias que se asocian a la idea y, finalmente, hay abierto un mecanismo de micro-mecenazgo a partir del blog de l'Escoleta.
Sobre este blog
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