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El empresario Jaume Roures denuncia al periodista Pere Rusiñol por injurias

El presidente del grupo Mediapro, Jaume Roures.

elDiario.es Catalunya

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Nuevo frente judicial para uno de los periodistas de la revista Mongolia, Pere Rusiñol. El empresario de la comunicación Jaume Roures, fundador del grupo Mediapro, ha interpuesto una querella por injurias y calumnias contra Rusiñol por unas declaraciones que hizo sobre el cierre del periódico Público en una entrevista publicada en el diario catalán Regió 7.

Tras la multa de 60.000 euros del Tribunal Supremo por vulneración del derecho al honor del extorero José Ortega Cano, que está recurrida al Tribunal Constitucional, Mongolia ha considerado esta querella contra uno de sus periodistas y cofundadores como una nueva “amenaza” a la libertad de expresión. “Para los millonarios, poner una querella no cuesta nada. Pero para los periodistas independientes supone un gran quebranto, puesto que no hay forma de evitar el pago de abogados, procuradores, etc.”, expresan desde la revista. 

Para cubrir al menos los costes iniciales del procedimiento, Mongolia ha lanzado una campaña de micromecenazgo a través de Verkami en la que tratarán de conseguir inicialmente 5.000 euros. 

El origen de la querella, que se investiga en el juzgado de instrucción número 24 de Barcelona, se remonta a una entrevista que le hicieron a Rusiñol en el diario Regió 7, en diciembre de 2020, por su trayectoria como periodista en El País y Público y su papel como fundador de Mongolia o Alternativas Económicas. En esa conversación, Rusiñol se refería al proceso de cierre del periódico Público en papel. 

El periodista calificaba de “estafador” al propietario de Público, del que explicaba que les dejó de pagar dos meses. “Controlaba la sociedad desde una empresa en Holanda, un paraíso fiscal, y eso que nosotros criticábamos los paraísos fiscales. Cuando lo descubrimos ya había cerrado”, decía. 

En el escrito en el que piden el sobreseimiento del caso, el abogado argumenta que las afirmaciones de Rusiñol se encuadran en la libertad de información. “Las manifestaciones en cuestión en ningún caso pueden calificarse de objetivamente injuriosas al no haberse demostrado que la información transmitido por el querellado es falsa o inveraz”, sostiene.  

En el texto insisten en que Rusiñol nunca se ha dejado llevar por “sospechas” o “conjeturas” sobre Roures, sino que siempre ha investigado los hechos con la “exhaustividad”, la “profundidad” y el “rigor” propios de la tarea periodística. En este sentido, aportan informaciones publicadas por varios medios para corroborar sus declaraciones.

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