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El pacto entre CDC y ERC para formar Junts Pel Sí continua siendo opaco un mes después

Mas asegura que están "preparados" para un "programa y gobierno común"

Arturo Puente

¿Hay un acuerdo firmado para hacer presidente a Mas? ¿Cómo se controlará desde los partidos la acción del gobierno? ¿Quién ocupará los puestos clave en el Parlament y Govern si ganan? Los interrogantes sobre los detalles del pacto alcanzado por CDC, ERC y las entidades para formar la candidatura conjunta independentista de Junts Pel Sí continúan sin desvelarse de forma oficial un mes después de haber sido sellado. La construcción de las listas avanza y ya se conocen tanto a los primeros como la mayoría de los nombres que la cerrarán, pero no las entretelas de un pacto entre partidos que va mucho más allá del 27-S.

Del acuerdo ratificado el 14 de julio solo ha trascendido negro sobre blanco un escueto documento de seis páginas con algunas de las ideas clave de la nueva formación, entre ellas una docena de compromisos de corte social, como la “atención a las necesidades urgentes en materia de vivienda, pobreza energética y segundas oportunidades para familias vulnerables” o “la reforma de la Renta Mínima de Inserción hacia un modelo de Renta Garantizada de Ciudadanía”, aunque ninguna de ellas pasan, de momento, del enunciado. Miembros de ambos partidos se apresuran estas semanas a elaborar un programa conjunto sobre estos ejes.

El documento publicado también habla del compromiso de formar un único grupo parlamentario, pero no indica quien ocupará las portavocías, cómo se repartirán las comisiones ni cómo será el proceso de toma de decisiones. Lo que sí se ha filtrado es el reparto de los diputados no propuestos por las entidades, que serán la mayoría, y que ha quedado fijado en un 60% para CDC y 40% para ERC. Dentro de esta distribución, CDC dejará hueco para Demòcrates de Catalunya, la escisión de Unió, y ERC para Moviment d'Esquerres, la escisión del PSC.

La indefinición sobre el grupo parlamentario se repite al hablar del Gobierno, que según el texto será “de concentración” y “con el objetivo de poner en marcha las medidas imprescindibles para la construcción del nuevo estado”. En ninguno de los 6 folios del acuerdo se indica cómo se repartirán las áreas del Ejecutivo, que papel tendrán en él los miembros de las entidades que encabezan la lista, ni tan siquiera quién lo presidirá.

Este último asunto, sobre quien es el candidato a president, fue el origen de la primera controversia en el seno de la entente, después de que el número uno de la lista, Raül Romeva, no diera por hecha la presidencia de Artur Mas incluso con la victoria de Junts Pel Sí. La desautorización de Romeva por parte de CDC no tardó en llegar. La portavoz del Govern, Neus Munté, replicó que estaba “hablado y bien hablado que el candidato a president es Mas”.

Estructuras de Estado y proceso de transición

El clima del secretismo con el que se preserva el texto del pacto entre formaciones no ha sido un obstáculo para que en las últimas semanas los partidos hayan ido anunciando algunos de sus planes, relacionados en su mayoría con el proceso soberanista. Los integrantes de Juns Pel Sí prometen declarar la independencia entre 6 y 8 meses después de la constitución de la Cámara, si cuentan con mayoría independentista.

El calendario que la candidatura ha diseñado consta de dos etapas. En la primera dará comienzo el proceso, donde el Govern se compromete a tener a punto todas las estructuras jurídicas para obrar “la desconexión”, que se hará mediante una declaración de independencia y una ley de “transitoriedad jurídica”. A partir de entonces dará paso una fase para diseñar el proceso constituyente, para lo que se volverán a celebrar elecciones, según el acuerdo, antes de los 18 meses desde el 27-S. Con el resultado salido de estas se elaborará el texto constitucional, que deberá ser aprobado mediante referéndum.

Otro de los puntos de acuerdo entre las formaciones integrantes de Junts Pel Sí tiene relación con la acción exterior y diplomática. La candidatura ha proyectado aumentar la red de delegaciones extranjeras y poner en marcha un departamento de exteriores con rango de Consejería, según avanzó este sábado el diario Ara. Catalunya dispone en este momento de poco más de media docena de embajadas, que según los planes de la candidatura independentista deberían duplicarse hasta alcanzar la veintena entre las elecciones del 27 de septiembre y los siguientes 18 meses.

Diferencias respecto a la política social

En los 12 puntos sobre política social que incluía el documento del pacto dado a conocer hay algunos que hasta ahora Convergència había rechazado con vehemencia desde el Govern. Sin ir más lejos, Junts Pel Sí propone reformar el sistema de la Renta Mínima de Inserción para convertirlo en una Renta Garantizada, y esta es una de las promesas que Raül Romeva enarboló en la presentación de la candidatura. Sin embargo, fue el propio Govern de Convergència quien, en 2011, retiró la ayuda de la RMI a cerca de 4.500 familias, con la promesa de modificar y ampliar las ayudas mediante una nueva ley. Pero la reforma nunca llegó.

En junio de este año, el conseller de Economía y Empresa anunció que la ley para mejorar la rentas de inserción no llegaría esta legislatura, pero aseguró que el debate había quedado solapado por el de la Renta Garantizada de Ciudadanía, cuya ponencia acababa de activarse en el Parlament con la entrada de una ILP. Fue precisamente en esa comisión donde tres economistas invitados por CiU cargaron contra la Renta Garantizada, entre ellos Oriol Amat, quien será número 7 en la lista de Junts Pel Sí por Barcelona.

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