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La CUP pide al Parlament la suspensión de las pistolas Táser en toda Catalunya

Las armas Táser pueden utilizarse mediante contacto directo o lanzamiento a distancia

elDiario.es Catalunya

El grupo parlamentario de la CUP-Crida Constituent ha presentado este miércoles una resolución exigiendo a la policía catalana la suspensión del uso de las pistolas eléctricas o Táser (por el nombre de la empresa que las fabrica). Los Mossos d'Esquadra ya suspendieron la utilización de este tipo de armas a finales de febrero cuando un grupo de trabajo se constituyó en el Parlament para discutir sobre su uso, a iniciativa de la diputada cupaire Mireia Vehí. Pero 31 cuerpos de policía locales, que poseen 54 armas, siguen haciendo uso de ellas, según los datos del último informe publicado por el Síndic de Greuges, defensor del pueblo catalán.

La izquierda anticapitallista ha exigido “a todos los municipios, que dispongan de pistolas eléctricas, que no hagan uso de ellas hasta que el Grupo de Trabajo presente sus conclusiones”. Además, ha pedido la participación en la comisión parlamentaria de su exdiputado David Fernández, del responsable de la policía municipal en Barcelona, Amadeu Recasens, y del activista especialista en tecnología policial Neil Corney, entre otros.

Uso desaconsejado por el Síndic de Greuges

El Síndic de Greuges, Rafael Ribó, alertó a principios de marzo sobre el riesgo –sin exigir su prohibición– que conlleva el uso de las pistolas eléctricas, armas paralizantes que pueden emplearse en contacto directo sobre el cuerpo o mediante el lanzamiento a una distancia de 6-7 metros.

Las pistolas Táser han sido utilizadas en ocho ocasiones por la policía catalana, aunque no han provocado ninguna víctima mortal. Según el informe de Amnistía Internacional “Voltage sin control”, hasta 269 personas murieron en Estados Unidos entre 2000 y 2007 fruto de la utilización de estas armas, cuyos efectos son de gravedad extrema para aquellos que padecen dolencias cardíacas.

“Ante situaciones en las que se produjeron reducciones contrarias al protocolo de personas a las que se pretendía detener o identificar, y lejos de realizar una fuerte revisión de los protocolos policiales, los sindicatos policiales han pretendido aprovechar la situación para presionar a los mandos políticos y policiales”, explicó a Catalunya Plural el abogado del centro de derechos humanos Iridia, Andrés García Berrio. Los Mossos d'Esquadra comenzaron a emplearlas a partir del verano pasado. Más de 40 asociaciones, entre las que destacan la Coordinadora para la Prevención y Denuncia de la Tortura y el Instituto de Derechos Humanos de Catalunya, empezaron entonces una campaña con el objetivo de eradicar su uso.

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