Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
El Gobierno da por imposible pactar la acogida de menores migrantes con el PP
Borrell: “Israel es dependiente de EEUU y otros, sin ellos no podría hacer lo que hace”
Opinión - Salvar el Mediterráneo y a sus gentes. Por Neus Tomàs

Ricard Gomà: “Sería imperdonable que las fuerzas del cambio nos presentásemos fragmentadas”

Ricard Gomà. líder de ICV-EUiA en  Barcelona Foto: Enric Català

Arturo Puente

Barcelona —

Después de 32 años en el gobierno municipal y 3 en la oposición, ICV-EUiA dio ayer luz verde a la confluencia con Guanyem Barcelona, una candidatura naciente que pretende llevar la fuerza rupturista de la ciudadanía al ayuntamiento de la capital catalana. Ricard Gomà, lider del grupo municipal ecosocialista, tiene ante sí uno de los mayores retos que la formación haya acometido nunca. Pese a asegurar que comienzan el proceso de confluencia con “optimismo prudente”, el regidor no oculta que ICV-EUiA pondrá toda la carne en el asador para que el proyecto de confluencia se convierta en realidad. “¿Si no es ahora cuándo y, si no es en Barcelona, dónde?”, se pregunta.

Desde ICV llevan tiempo tratando de crear un espacio de confluencia con plataformas y movimientos sociales. ¿Por qué consideraban esto tan importante?

Construir un espacio de confluencia es importante por dos reflexiones. La primera es que en 2011 se produce un cambio cultural, el 15M. Es una repolitización de la sociedad vehiculada a través de redes, plataformas y movimientos. A la vez, los gobiernos desmantelan los derechos sociales y, desde las instituciones, ICV-EUiA y otras fuerzas plantamos cara a los recortes y al austericidio. Estas dos realidades, fuerzas políticas y ciudadanía organizada, tenemos que confluir. Y hay que hacerlo para seguir teniendo una fuerte presencia en la calle y las movilizaciones, porque sin una correlación de fuerzas favorable en la calle no hay transformación social, pero a la vez, hace falta que eso tenga una expresión electoral fuerte porque sin mayorías electorales no hay posibilidad de parar el desmantelamiento de los derechos sociales. Si hay un lugar donde eso es posible es Barcelona.

Habían buscado antes esta confluencia, por ejemplo con el proyecto de Ara És Demà, pero nunca había terminado de funcionar. ¿A que se debe?

Estamos en un amplio proceso de construcción de espacios de confluencia. Son procesos colectivos, no son fáciles, pero avanzan aunque sea con dificultades. Ara És Demà es una apuesta muy clara para decir que lo que hoy significa ICV-EUiA se ha de llevar a un nuevo escenario. Creemos que sin nuestra aportación no es posible generar un nuevo ciclo de transformación social, pero tenemos claro que solo con nosotros también es imposible y que hemos de ir mucho más allá. El Ara És Demà fue, es todavía, la apuesta por articular un escenario que va más allá.

¿Y se ha conseguido ir más allá?

En los barrios los espacios de confluencia existen. En la plataforma de defensa del Port Vell, la plataforma para parar el Pla Paral.lel, la plataforma del 0-3, Salvem Botticelli, Aigua és vida… son espacios donde fuerzas políticas como Iniciativa, Esquerra Unida, la CUP y la ciudadanía organizada estamos tirando adelante prácticas reales de confluencia. La gran asignatura pendiente es cómo damos una expresión electoral a estas prácticas que ya se dan.

Y de pronto aparece Guanyem Barcelona y les hace una invitación a confluir. ¿Es este el tipo de proyecto que la ciudad necesita?

Yo estoy convencido que a Barcelona le hace falta esta confluencia. Nosotros compartimos la perspectiva de Guanyem, que emerge como un llamamiento ciudadano a la confluencia y tenemos tres elementos que compartimos. La primera es la idea de que la ciudadanía como tal debe tener un peso importante, y por tanto superar la suma de partidos y construir una cosa nueva. En segundo lugar, confluencia, que los espacios políticos previamente organizados debemos formar parte del nuevo escenario junto con la ciudadanía. Y tercero, que esta apuesta en Barcelona puede ser ganadora.

Parece, pues, que este proyecto les ha venido como anillo al dedo. Pero a la vez, también les plantea un reto. Iniciativa necesita estar ahí para no quedar fuera de los movimientos emergentes, ¿no es así?

Nuestra apuesta no es táctica. Somos una fuerza que ha tenido unos resultado en crecimiento. En las últimas europeas en Barcelona tenemos el mejor resultado de nuestra historia. Somos un espacio creciente y creo que una referencia. Esta semana presentábamos un mapa sobre privatizaciones en la ciudad y lo hacíamos de la mano de movimientos y plataformas que están luchando en los espacios vecinales. Podríamos haber elegido el camino fácil y quedarnos con las buenas perspectivas electorales pero hacemos una reflexión más estratégica, ¿de qué nos sirve tener uno o dos regidores más? ¿De qué sirve que irrumpa otra candidatura con dos, tres cuatro regidores? ¿Hacer una oposición un poco más fuerte? Creemos que ahora no va de esto. Ahora va de ganar. En ese sentido, nos sentimos coprotagonistas de la idea de una confluencia ciudadana.

Presentaron esta semana el mapa “Barcelona en Venda”, denunciando la privatización de la ciudad. ¿Tanto ha cambiado la Barcelona en estos tres años?

Es verdad que los procesos de cambio a veces no se ven en uno en dos o en tres años, pero sí hay algunas decisiones del gobierno de Trias que claramente rompen dinámicas que en Barcelona se habían construido entre el gobierno y los movimientos sociales.

Ponga un ejemplo.

El mandato pasado hicimos un plan de usos de Ciutat Vella, impulsado por Itziar González como regidora del distrito, en el que claramente se establece un crecimiento 0 de plazas hoteleras. Una de las primeras decisiones de Trias es derogar el plan de usos y dar barra libre al crecimiento de hoteles.

¿Qué valoración hacen de los otros 32 años en los que han estado en el gobierno de la ciudad?

La valoración es compleja y tiene muchas caras. No queremos simplificar y hacer un diganóstico autocomplaciente, pero tampoco uno que no ponga en valor lo que hemos aportado. Nuestra trayectoria en el gobierno de la ciudad es rica, con elementos positivos, por ejemplo la red de guarderías públicas, un sistema público de atención social, una red de bibliotecas de barrio, centros cívicos que se han ganado a la especulación… pero es verdad que hemos tenido límites. No hemos podido, por ejemplo, regular el impacto del turismo como nos hubiera gustado, o avanzar en participación ciudadana, o incluso, digámoslo claro, hemos tenido equivocaciones. Al final del mandato intentamos responder, pero el centro de la ciudad se nos tematizó y no tuvimos fuerza suficiente para pararlo. Tampoco pudimos avanzar lo suficiente en elementos de participación ciudadana. Claro que hemos tenido errores, y por eso queremos llevarlos a un espacio de deliberación y explicitarlos.

Explicíte pues alguno de esos errores, uno en concreto.

El mismo Hotel del Palau, por ejemplo. No es la primera vez que lo decimos. Es importante que nos situemos en un contexto. No sabíamos que el Palau estaba siendo saqueado por Millet y Montull. Pero en aquel momento no fuimos suficientemente sensibles a lo que los vecinos y vecinas del Casc Antic nos decían.

¿A qué se debe que no hicieran caso a lo que las entidades vecinales les estaban diciendo con tanta claridad, que era que no querian un hotel?

Las dinámicas institucionales y de gobierno hacen que en un momento estés concentrado en los aspectos que estás transformando y sin embargo no hayas desarrollado lo suficiente mecanismos de participación e interacción con un determinado movimiento social. Llegas a un punto de discrepancia que te hace tomar una decisión, que con el tiempo, hablando con la misma gente con la que discrepabas, te hace ver que has cometido un error. Pero creo que también es una aportación a la nueva política decir que hemos cometido errores y que los hemos reflexionado, y que esta misma reflexión sea una nueva oportunidad de aprendizaje para superar el error.

Guanyem ha puesto entre sus objetivos acabar con la Marca Barcelona. ¿Se sienten responsables de eso que se conoce como Marca Barcelona?

Fíjate que el relato de Barcelona como marca es algo que hace el gobierno de Trias.

Durante su gobierno también se hablaba de marca Barcelona.

Sí, seguro que se hizo. Pero la diferencia es que la marca, en tanto que elemento central del modelo ciudad, es decir, la ciudad como una plataforma de aterrizaje para el negocio privado, es consustancial al gobierno de la derecha, de CiU y PP. Barcelona se construyó con elementos de valores, de complicidades entre el gobierno y las entidades y movimientos vecinales. Dentro de nuestra autocrítica hay una visión dialéctica: por una lado unos elementos que se reivindican solos, de mejora en los barrios, de derechos sociales, y por el otro lado unas fuerzas de mercado que no tuvimos suficiente fuerza para parar. La ordenanza de civismo, por ejemplo, a la que nos opusimos pero no pudimos frenarla.

Pero no rompieron el acuerdo con el PSC cuando se aprobó la ordenanza de civismo. Durante su gobierno se aprobó además el plan de austeridad, se recalificó el Miniestadi, ocurrió el caso 4F, se hizo el Hotel Vela…

Tienes razón. Esta es una reflexión, como digo, que queremos incorporar y explicitar. Nosotros estábamos en una determinada correlación de fuerzas, el PSC era mayoritario y con frecuencia giraba hacia Convergència para hacer cosas tan nefastas como lo que citas. En aquel momento consideramos que era más prioritario seguir aportando en nuestras áreas que romper el gobierno. Pero pasaron cosas que en en ningún caso pueden volver a pasar en una hipotética presencia de la confluencia en el gobierno municipal.

¿Entienden los recelos de algunos sectores respecto a la integración de ICV-EUiA en Guanyem?

Perfectamente. No solo eso, sino que yo diría que los compartimos. No queremos expresar ni enrocamiento ni arrogancia. Con la misma humildad que decimos que hemos aportado cosas creemos que son lícitas las críticas hacia decisiones que hemos tomado, o que no hemos tomado. Entendemos que estos elementos deben generar un debate para formar la confluencia.

La CUP por ejemplo ha mostrado ciertas reservas a que Iniciativa esté en Guanyem.

Nosotros siempre hemos respondido con la misma lógica de creer que en una confluencia ningún sector social sobra. Por tanto, la queremos inclusiva. Sobre los elementos de cultura política que puedan ser diferentes entre la CUP y nosotros, estamos dispuestos a establecer un diálogo que busque puntos de encuentro para reconocernos aportaciones mutuas. Creo que la CUP en las últimas elecciones autonómicas, o Podemos en estas europeas, han sido una irrupción muy positiva, muy interesante, que permiten cambiar las agendas y poner sobre la mesa elementos de nueva política. De la misma manera que estoy convencido de que las movilizaciones contra los recortes, en las que hemos estado desde el primer momento, permiten cambiar conciencias. O que los gobiernos en los que hemos estado han producido políticas públicas de refuerzo de los derechos sociales. Sobre la base del reconocimiento de lo que han hecho otros debemos poder integrar a los diferentes sectores. Trabajaremos para eso.

Algunos les dan ya por “confluidos” en Guanyem, ¿tan avanzadas están las conversaciones?

No, esto es un proceso colectivo que tiene sus propios ritmos, que no son rápidos, y que se han de respetar. La clave de un buen resultado del proceso está en el propio proceso. Todavía no se ha concretado un acuerdo de confluencia, pero desde las confluencias puntuales en los barrios y en los espacios de trabajo donde nos encontramos, estamos en proceso de construirla. Todavía se ha de avanzar mucho más en el reconocimiento mutuo de aportaciones y legitimidades.

Las relaciones entre los partidos y las fuerzas ciudadanas pueden ser difíciles. ¿Cree que será posible una confluencia que contente a los diferentes sectores?

Seguro que hay dificultades para ponerse de acuerdo en el programa o en el método de elaboración de la candidatura. Pero los elementos objetivos para superar esas dificultades se dan ya. Nosotros creemos que Guanyem no puede ser una simple suma de partidos, debe haber una fuerza ciudadana que sea el elemento central de la confluencia. Pero de la misma manera, las fuerzas emergentes deben reconocer la aportación de los espacios previamente organizados.

¿Y si alguno decidiera no dar el paso y mantener su propia marca?

Es que no hacemos un llamamiento clásico a la unidad, porque entendemos que las identidades de cada uno no se pueden perder. Lo que todos hemos de tener es voluntad para crear un sujeto político nuevo. Sería imperdonable que las fuerzas transformadoras y de cambio nos presentásemos de manera fragmentada a las municipales de 2015. Por tanto, no estamos en un escenario clásico de unidad, pero queremos superar la fragmentación.

¿Qué cree que será más difícil, pactar programa o lista?

En su momento, que no es ahora, se ha de afrontar todo. Yo me imagino un proceso muy participativo de elaboración del programa, porque hay una gran experiencia popular y no hay nadie mejor que los vecinos y las vecinas de un barrio para configurar su espacio, y nadie mejor que la comunidad educativa para definir el modelo de escuela. Y en su momento también imagino una elaboración de la lista desde la radicalidad democrática. Lo importante es que todo se afronte con elementos democráticos y de nueva política.

Según los sondeos ICV podría superar los 5 regidores actuales presentándose en solitario. ¿Tendría sentido concurrir en una lista que les diese menos concejales?

Uno de los grandes retos de la confluencia es que, por un lado, los diferentes colectivos sociales puedan sentirse referenciados, y por otro que el nuevo sujeto político sea sentido como propio por cualquiera que haya participado en la confluencia. Por tanto, todos los regidores y regidoras que se consigan, deben ser sentidos como propios por todos.

Esto sí que suena difícil.

Sí, sí, seguro. [Risas]. Es que no se había hecho nunca. Pero, ¿si no es ahora cuando y, si no es en Barcelona, dónde?

¿A usted, personalmente, le gustaría ir en una hipotética lista de Guanyem?

Yo personalmente me siento muy identificado e ilusionado en este proceso de confluencia. Yo entiendo la política desde un componente personal muy importante, no entiendo la política si no se vive personalmente con ilusión y convencimiento. Todo lo que pueda aportar a este proceso, lo aportaré, en todas sus fases y hasta el final. Y, sí, me encantaría poder ser útil.

Cito a Ada Colau: “Con Iniciativa se ha de hablar de reducción de sueldos y acumulación de cargos”. ¿Cuál es el sueldo de Ricard Gomà y cuántos sus cargos?

Estamos de acuerdo con que haya limitación de sueldos y de mandatos. Nosotros ya tenemos una limitación de mandatos y un código interno de limitación de sueldos. Y además hemos hecho algo que creo que no ha hecho ninguna otra fuerza política, que es trasparentarlo. En 2011 trasparentamos ingresos y patrimonio, y lo seguiremos haciendo.

En su declaración de ingresos figuran más de 100.000 euros brutos anuales. ¿No le importa decir cuánto percibe en neto y cuáles son sus cargos?

No, no. Yo soy regidor del Ajuntament de Bacelona y no tengo más cargos. Bueno, en tanto que regidor soy consejero del Área Metropolitana. El del Área Metropolitana es otro tema que se ha de replantear en el futuro. Y mi sueldo neto al mes debe estar un poco por encima de los 3.000 euros. Pero yo quiero poner en valor este porcentaje que va a parar al partido, porque las fuerzas políticas que nos financiamos unícamente a través de las aportaciones de los cargos electos y la militancia podemos enseñarlo con transparencia. Y esto en otras fuerzas no pasa.

¿No habría problema entonces por limitar su sueldo?

No, nosotros creemos que se ha de hablar. Entre la no limitación y los sueldos que no permitan la dedicación a la política hay una alternativa, que son sueldos dignos, limitados y transparentes.

Ha hablado mucho de nueva política durante toda la entrevista. ¿Cómo definiría la nueva política?

Creo que la nueva política es aquella que tiene tres elementos. El primero, de democracia participativa. Hoy tenemos una ciudadanía muy reflexiva e informada como para que ya no tenga sentido la distancia entre representación y ciudadanía. Segundo elemento, compromiso ético. Con control social y fiscalización ciudadana. Y por último una política al servicio de la dignidad de las personas, que sea un instrumento de la igualdad, de los derechos sociales. Pero me gusta pensar en la nueva política en concreto, por eso creo que el ámbito municipal es tan favorable. Podemos poner la ciudad en manos de la gente.

Etiquetas
stats