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'Brutea', la dura campaña de Dénia contra los enseres abandonados y la basura en la calle que parodia la publicidad de Ikea

Algunos de los carteles de la campaña 'Brutea' distribuidos por Dénia para denunciar la suciedad en la vía pública.

Arturo Ruiz

Dénia —

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“¿A quién le gusta vivir entre muebles tirados por las esquinas o entre cacas y orines de perros en calles o caminos?”. Esa pregunta es la piedra angular de una de las nuevas iniciativas del gobierno local, gestionado por el PSPV y Compromís, para concienciar a los vecinos de Dénia de que han de evitar este tipo de comportamientos. Y que no hacerlo conlleva serias sanciones económicas. Son problemas eternos en esta localidad de la comarca de la Marina Alta, y también en cualquier otra localidad, que nacen del más feroz de los incivismos. Ya se han hecho múltiples campañas para erradicarlos, pero estos fenómenos siguen reproduciéndose en las calles.

Las actuaciones del gobierno local, con mucha cartelería en la vía pública, así como cuñas publicitarias, han sido diseñadas por una premiada agencia de comunicación, Sapristi, y son tan originales como intensas. No quieren dejar indiferente a nadie, ni a los vecinos ni, especialmente, a los visitantes, porque estos problemas se agravan en los periodos vacacionales.

La campaña que combate el marasmo de sofás, colchones, mesas, sillas y otros enseres tirados por las calles de Dénia se llama Brutea. Así que es fácil imaginar que es considerada como la peor colección de muebles que podría tener una ciudad. También supone un despilfarro para las arcas municipales, porque el consistorio podría utilizar los recursos humanos y técnicos que gasta en la retirada de esos trastos en otras tareas más productivas.

Las estadísticas aportadas por la concejala de Medio Ambiente, Sandra Getrúdix, no dejan lugar a las dudas: la regidora explicaba que en temporada baja se recogen 2.400 kilos de estos trastos, y que en la alta se disparan hasta los 7.200 kilos. Peor es otro dato: cuando no hay turistas, de las 50 ubicaciones de enseres localizadas, tan sólo se alertó de su existencia en una quincena de casos. Por el contrario, en periodo vacacional, como en Semana Santa o verano, se localizaron 150 lugares en los que había enseres o trastos abandonados en la vía pública, de los que únicamente se advirtió de 40. Estas son las cifras del incivismo.

Batalla contra los orines

Por su parte, el departamento que combate a los excrementos y orines caninos pone el acento en dos cosas: por un lado, el elevado coste que supone para las arcas municipales, todo un derroche de dinero público. Reponer un banco afectado por el pis de las mascotas cuesta 444 euros; una farola, 441 euros; una papelera, 185, un bolardo, 72...

El concejal de Seguridad, Javier Scotto, subraya que en los carteles de esta segunda campaña aparecen imágenes de perros que han sido abandonados para concienciar sobre la necesidad de tratar bien a los animales. Además, incorporan un código QR que enlazan con las ordenanzas que tipifican multas de hasta 750 euros por no recoger las cacas, no diluir los orines o incluso –es una matización importante– por no llevar la botella para esta actuación de higiene.

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