El camping turístico deportivo proyectado en la Nucía supondrá “mayores presiones sobre el territorio y en la degradación de sus entornos naturales y la biodiversidad que albergan, contraviniendo normativas proteccionistas establecidas incluso en el ámbito internacional”. Así lo ha denunciado Acció Ecologista-Agró que ha presentado alegaciones al proyecto y estudio paisajístico para la Declaración de Interés Comunitario (DIQUE) de este camping, rechazando así esta actividad “vendida como sostenible y de impacto ambiental mínimo”.
El proyecto ocupa una superficie de 170.528 metros cuadrados a la partida del Pla de la Figuereta, está pensado por 468 parcelas por autocaravanas y 126 por cabañas 'bioclimáticas', y una capacidad por 1.704 clientes diarios. El coste de las obras se valora en un total de 30.448.465 euros, mientras se calcula que tendrá que abonar un canon anual en el Ayuntamiento de la Nucia de 608.969 euros.
Pero AE-Agró apunta que el mencionado proyecto supondría “la destrucción directa e indirecta de poblaciones de flora amenazada, especialmente de la especie endémica Teucrium lepicephalum Pau, catalogada como 'vulnerable' tanto al Catálogo Valenciano de Especies de Flora Amenazada como al Catálogo Nacional de Especies Amenazadas. Esta planta, con solo dos poblaciones conocidas en la provincia de Alicante, se encuentra ya seriamente fragmentada y amenazada por la urbanización y el cambio de usos del suelo”.
De hecho los conservacionistas manifiestan que las obras del PAI en la UE-1 del sector 'La Serreta' de la Nucia iniciadas el 2023 “han derivado en la destrucción de su hábitat y también de muchos ejemplares”. Una actuación que, recuerdan activistas de Agró, ha llevado la entidad a denunciar ante la Fiscalía de Medio Ambiente de Alicante al alcalde de la Nucía, Bernabé Cano, y el director general de urbanismo, Miguel Àngel Ivorra, así como a otros regidores del gobierno local, de haber cometido un delito de daño a la flota protegida.
En este sentido, miembros de Acció Ecologista-Agró en la Marina Baixa insisten en el hecho que la desaparición local del poleo, “a raíz de los impactos sinergéticos y acumulativos de ambas actuaciones urbanísticas -PAI Serretón y Camping Turístico en cuestión-, sería irreversible y contravendría la legislación autonómica, estatal y europea de conservación de la biodiversidad”. Subrayan que “para lograr su protección esta especie se encuentra incluida dentro del Listado de Especies en Régimen de Protección Especial (LESPRE), del Anexo Y del Convenio de Berna y del anexo II de la Directiva Hábitats, entre otros”.
En cuanto a la biodiversidad, además, los ecologistas informan que en la zona proyectada para el camping hay presencia otras especies protegidas y vigiladas que se verían afectadas, como Campanula fastigiata, Chaenorhinum rupestre y Orchis italica. Así como un hábitat de interés comunitario prioritario: la vegetación gipsícola ibérica (tipo 1520, según la Directiva Hábitats 92/43/CEE). “La destrucción de este hábitat, en el que se incluye por cierto el poleo amargo, supondría una significativa pérdida de biodiversidad y un incumplimiento de los compromisos y obligaciones internacionales adquiridos por el Estado español”.
“Favorecerá procesos de erosión y desertificación”
Además de esto, prestan atención en la “transformación irreversible de suelo no urbanizable” para la implantación del camping y las consecuencias que se desencadenarían al menguar los servicios ecosistémicos que provee, las cuales serían poco favorables para enfrentar el actual contexto de cambio climático. En concreto, aseguran que el proyecto “favorecería procesos de erosión y desertificación, especialmente graves en un entorno semiárido como el de Alicante”. También que la eliminación de cubierta vegetal y la compactación del suelo “aumentarían la vulnerabilidad territorial ante lluvias torrenciales y acelerarían la pérdida de suelo fértil”.
Desde una vertiente más social, tal como expresan las ecologistas en las alegaciones presentadas, el proyecto que prevé 1.700 clientes diarios, “incrementaría la explotación de recursos ya limitados como el agua, todo y la emergencia por sequía que se vive en la comarca, y empeoraría la calidad de los servicios públicos actualmente muy saturados precisamente por el modelo de turismo masivo potenciado al País Valenciano, incluida la red de comunicaciones, que queda colapsada durante los meses de temporada alta”. En definitiva, esta intensificación de usos “agraviaría los problemas de escasez hídrica y de gestión de residuos, poniendo en riesgo la sostenibilidad ambiental y social de la zona”.
Acció Ecologista-Agró rechaza la argumentación del proyecto, que presenta su explotación turística como “una medida de restauración ambiental”. Contra esta argumentación plantean “la gestión forestal adecuada y la conservación de los hábitats naturales” como “la única vía para garantizar la preservación de estos espacios, no su urbanización encubierta”. Además alertan de la sustitución de especies autóctonas por otras ajenas, como la jacaranda, que “supone una alteración inaceptable del ecosistema local”.
Ante estos hechos, Acció Ecologista-Agró exige a las administraciones competentes la denegación de la Declaración de Interés Comunitario para este proyecto y la puesta en marcha de medidas urgentes de conservación, como la creación de microrreservas de flora que protejan ‘in situ’ las especies y la redacción de planes de recuperación para las que estén o puedan verse afectadas. “El futuro de la Nucía tiene que pasar por la protección y puesta en valor de su patrimonio natural, no por su destrucción irreversible”.