Muchas mujeres estaremos en Avignon apoyando a Gisèle y pidiendo la justicia que los violadores merecen.
Adelanto ya que “no son todos los hombres” pero que “todos son hombres”, como lo prueban los hechos.
Gisèle está dando una trascendental lección, no solo porque seguramente Francia va a aprobar una ley sobre el consentimiento sino también por la reflexión que la sociedad francesa está haciendo, varones también, aunque no tantos como quisiéramos.
Gisèle ya es un sujeto político para el feminismo: que la vergüenza cambie de bando y que todos los acusados no son monstruos sino hombres normales: padres, esposos, amigos, vecinos, y de todas las clases sociales y profesiones.
El machismo y su cultura de la violación es un problema estructural de la sociedad, no se trata de psicópatas ni de enfermos mentales sino de hombres que consideran que el cuerpo de las mujeres puede ser agredido y violado.
En el juicio muchos acusados dicen que ellos no son violadores y algunas de sus compañeras también les han apoyado.
La respuesta de Gisèle fue ejemplar: “sí, yo también creía que vivía con un marido estupendo”. Cualquier mujer puede sufrir una situación similar que no imaginaría nunca.
Que la vergüenza cambie de bando se ha quedado ya grabado para muchas personas y pienso que cada día cuando van entrando tantas mujeres que apoyan a Gisèle al Palais de Justice, cada mañana, casi se puede leer en sus rostros.
Recuerdo los primeros días del juicio en los que veíamos a Gisèle entrando en la sala con sus gafas de sol, triste y algo abatida por la durísima situación frente a sus violadores, más de 50, pero a medida que pasaban los días hemos visto a una Gisèle ya sin gafas con la cabeza cada día más alta y con un porte de elegancia que nos representa a todas, una elegancia plena de su dignidad y la de todas nosotras.
El juicio ha sido muy duro por parte de abogadas y abogados de los acusados, entiendo que defiendan a sus clientes pero han llegado a la falta de respeto y a la agresión verbal y acusatoria, más de 50 abogados para ellos y solo 2 para Gisèle.
Han revictimizado a Gisèle y ella ha hecho frente a tanto oprobio y ha ido ganando fuerza y más fuerza cada día.
Vamos a estar en Avignon, claro que sí. No sabemos si la sentencia será todo lo justa que debería, seguramente se quede muy corta.
Y gracias también a que la actitud de dos vigilantes, una mujer y un hombre de los almacenes Lecrec, en Carpentras, a 6 kilómetros de Mazan, que descubrieron a Dominique haciéndoles fotos por debajo de sus faldas a unas mujeres que subían las escaleras para hacer compras. Gracias a que denunciaron esto se descubrió.
Y para terminar, decir que muchos varones no se sienten ni interpelados ni concernidos por esta violación múltiple organizada por el marido a través de una web por Internet, coco.fr, ya cerrada y dentro de ella un foro titulado “A son insu” que en español significa “sin que ella lo sepa”, lo digo porque en el juicio algunos acusados han dicho que no sabían muy bien adonde iban o que simplemente iban a tener sexo con una pareja muy libertina.