El “ratito largo” que no cesa: nueve años de pesadillas judiciales para Francisco Camps
El expresident de la Generalitat Francisco Camps cumple este lunes nueve años como implicado en el caso Gürtel, una investigación policial y judicial que ha enterrado su vida política y, pese al “ratito largo” que le auguraba entonces, le tiene sumido en una pesadilla procesal y mediática que no cesa.
El 19 de febrero de 2009, dos periódicos publicaron que la Fiscalía Anticorrupción le implicaba en la trama que investigaba Baltasar Garzón debido a una frase de una imputada que aludía al pago de 30.000 euros en trajes para él, algo que el expresident desmintió públicamente esa misma mañana junto a todo su Gobierno y la entonces alcaldesa de València, Rita Barberá.
Las declaraciones de apoyo al hasta entonces llamado a suceder incluso a Mariano Rajoy -era uno de los “barones” populares con mayor respaldo popular y gozaba de una intachable imagen pública- se agolparon sin fisuras y se pronosticaba un escaso recorrido judicial a lo que, entonces, se censuraba como una operación mediática y política en su contra.
Sin embargo, el 5 de marzo Garzón envió la rama valenciana del ya bautizado como caso Gürtel al Tribunal Superior de Justicia valenciano ante la existencia de indicios contra Camps y el entonces secretario general del PPCV, Ricardo Costa, el exvicepresidente del Consell Víctor Campos y el exjefe de gabinete de la Conselleria de Turismo Rafael Betoret.
Garzón acusaba a Camps de adquirir trajes por 12.783 euros pagados por Orange Market a cambio de otorgar adjudicaciones a esta sociedad; en mayo compareció como imputado ante el TSJCV y en julio se dictó auto de procesamiento contra los cuatro al considerar que existían indicios de un delito de cohecho pasivo impropio.
El 20 de julio de 2011 Camps dimitió como president de la Generalitat tras proclamar su inocencia, el 12 de diciembre empezó el juicio contra él y Costa -después de que Campos y Betoret aceptaran su culpabilidad- y el 25 de enero de 2012 el jurado popular les consideró no culpables.
Camps fue inmortalizado entonces por las cámaras mirando al cielo en señal de gratitud por acabar ese particular Via Crucis judicial, en el que también se habían hecho públicas unas conversaciones telefónicas entre él, su mujer y el responsable de Orange Market en Valencia, Álvaro Pérez, el Bigotes, donde el expresident le llamaba “amiguito del alma”.
En abril de 2009 había dicho que tenía “unas ganas locas, ¡locas!” de explicar públicamente que no había “nada” sobre la supuesta trama de corrupción del PP y casi nueve años después proclama, antes de declarar como investigado en una nueva pieza del caso Valmor por la organización de la Fórmula Uno: “Me seguiré defendiendo con entereza, serenidad y ganas de que termine esto lo antes posible”.
Camps (València, 1962) mantiene solo un cargo público (miembro nato del Consell Jurídic Consultiu, del que se niega a dimitir pese a solicitarlo el pleno de Les Corts) tras haber sido concejal, diputado nacional, conseller, secretario de Estado, delegado del Gobierno, president de la Generalitat -como sucesor de quien después fue su adversario interno, Eduardo Zaplana- y diputado autonómico.
En 2015, su partido le dejó fuera de las candidaturas electorales; desde entonces se ha enfriado la relación de la ejecutiva actual hacia quien aupó al PP a revalidar tres veces la mayoría absoluta en la Comunitat Valenciana.
De hecho, el partido -que emitió su última nota de prensa sobre él en 2012 tras quedar absuelto del caso de los trajes- le abrió un expediente informativo tras ser investigado en el caso Valmor y para la secretaria general del PPCV, Eva Ortiz, Camps ya no tiene “nada que ver, ni institucional ni orgánicamente”, con el partido.
De su etapa al frente del PP valenciano han salido varias causas judiciales (de Imelsa a Emarsa pasando por Brugal, Cooperación, Valmor o IVAM) que han afectado a numerosos colaboradores directos e indirectos suyos, desde Rafael Blasco y Carlos Fabra (ambos ya condenados) hasta Alfonso Rus, Luis Díaz Alperi, Milagrosa Martínez y Serafín Castellano.
También figuran Ricardo Costa, José Joaquín Ripoll, Vicente Rambla, Consuelo Císcar, Alfonso Grau, Sonia Castedo y Rita Barberá, esta última su gran mentora política y ferviente defensora desde que estalló Gürtel y cuya muerte en 2016 ha hecho sonar precisamente el nombre de Camps como posible candidato del PP a la Alcaldía de València, algo que él dice no plantearse “en absoluto”.
Camps asegura que aunque no se siente perseguido por nada ni por nadie, desconoce por qué “alguien” tiene “algún interés” en que su nombre no desaparezca “nunca” de los medios de comunicación. Su nombre arroja 395.000 entradas y 56.000 noticias en Google y aparece en 43.000 vídeos de YouTube.
Y mientras, la Fiscalía Anticorrupción anuncia que estudiará al término de las declaraciones de acusados y testigos en el actual juicio de Gürtel en Madrid su trascendencia para valorar si le investiga en la supuesta financiación ilegal del PP valenciano. El “ratito largo” del expresident no atisba su final.