Uno de los carriles bici más criticados por el PP y Vox, con promesa incluida de desmantelamiento durante la pasada campaña electoral, como es el de la avenida del Reino de València construido en el pasado mandato con Joan Ribó como alcalde y Giuseppe Grezzi (Compromís) como concejal de movilidad, ha logrado reducir las emisiones de gases contaminantes hasta un 45%.
Un equipo del Instituto ITACA de la Universitat Politècnica de València (UPV), en colaboración con el Instituto de Física Corpuscular (IFIC), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Universitat de València (UV), ha desarrollado una metodología que permite calcular las emisiones de gases contaminantes generadas por el tráfico en cada calle de la ciudad de València, hora a hora. El sistema combina información recogida por los sensores de tráfico ya instalados en la ciudad con modelos de emisión estandarizados y reconocidos a nivel internacional.
Gracias a este trabajo, ha sido posible identificar las zonas más afectadas por la contaminación derivada del tráfico. Según han explicado desde el quipo de investigación, se trata de una ampliación a toda la ciudad mucho más preciso de un primer estudio que ya se hizo con datos recogidos entre los años 2016 y 2021. Así, las zonas más contaminadas son los accesos norte (Av. de Catalunya, Av. Hermanos Machado) y oeste (Av. del Cid, entrada por Tres Forques) de la ciudad. También destacan por sus altos niveles de emisiones otras vías con gran densidad de tráfico como las avenidas Pérez Galdós y Giorgeta.
Según el estudio, en 2021 el tráfico rodado generó en València más de 600.000 toneladas de gases de efecto invernadero, además de contaminantes como óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono, compuestos orgánicos volátiles y partículas en suspensión.
El impacto de los carriles bici
El método desarrollado por el equipo del Instituto ITACA de la UPV y el IFIC (CSIC-UV) permite evaluar el impacto de la puesta en marcha de nuevas medidas de movilidad urbana sostenible. Como ejemplo, el equipo del Instituto ITACA analizó el efecto de transformar un carril de tráfico en un carril bici en la avenida Reino de València. Tras la intervención, las emisiones en ese tramo se redujeron más de un 45% durante las horas de mayor circulación.
“El modelo permite estimar de forma directa el impacto de medidas concretas, con un nivel de detalle que hasta ahora no era posible, esto permite simular que medidas tendrían mayor impacto en la reducción de emisiones y de esta forma invertir los recursos disponibles de la manera más eficiente posible”, destaca Edgar Lorenzo Sáez, investigador del instituto ITACA.
Además, el estudio del equipo de la UPV y el IFIC constata una reducción progresiva de las emisiones entre 2016 y 2021 en la ciudad de València. En ese periodo, los contaminantes como el monóxido de carbono y los compuestos orgánicos volátiles disminuyeron más de un 30%. Este descenso se asocia, según se desprende del estudio, a una menor presencia de vehículos diésel y al aumento, todavía limitado pero creciente, de vehículos híbridos y eléctricos.
Un sistema más preciso
Hasta ahora, el control de la calidad del aire en València se basaba en los datos de nueve estaciones fijas repartidas por la ciudad. “Estas estaciones no ofrecen una imagen completa de la ciudad. Nuestro sistema permite cubrir toda la ciudad, incluso calles y barrios donde no hay estaciones de medición directa”, destaca Jose Vicente Oliver, catedrático de la UPV e investigador del instituto ITACA.
“Esta capacidad de análisis detallado es especialmente útil para planificar zonas de bajas emisiones, priorizar intervenciones en zonas sensibles (como centros escolares o sanitarios) y comprobar si determinadas medidas desplazan la contaminación a otras áreas o franjas horarias. Esto asegura que una medida no desplace las emisiones de una zona de la ciudad a otra, provocando injusticias ambientales”, añade Javier Urchueguía, catedrático de la UPV e investigador del instituto ITACA.
El IFIC ha colaborado en el tratamiento de los datos recogidos por las más de 3.500 espiras electromagnéticas distribuidas por la ciudad para medir la intensidad de paso de coches, bicicletas y patinetes. “Las técnicas actuales de análisis de datos han sido clave para depurar, validar y estructurar la enorme cantidad de información generada por el sistema de gestión del tráfico”, explica Miguel García Folgado, investigador del CSIC en el Instituto de Física Corpuscular. “Gracias a ello, ha sido posible estudiar el impacto del tráfico en la contaminación urbana con una resolución espacial y temporal sin precedentes, identificando con precisión los puntos críticos de emisiones”.
Para llevar a cabo este estudio, el equipo de la UPV y el IFIC contó con la colaboración del Ayuntamiento de València, que facilitó el acceso a los datos del sistema de gestión del tráfico, y la financiación de la Agència Valenciana de la Innovació (AVI) en el marco del proyecto AVI AirLuisa.
El PSPV critica que Catalá potencia el coche
La concejala socialista María Pérez ha lamentado que el gobierno de la alcaldesa María José Catalá siga priorizando los coches y el tráfico privado en la ciudad de València y criminalizando los medios de transporte sostenibles a pesar de que un estudio de la Universitat Politècnica de València en colaboración con el Instituto de Física Corpuscular del CSIC y de la Universitat de València han confirmado que la construcción de carriles bici reduce ostensiblemente la contaminación.
“El documento de la UPV nos permite calcular al detalle las emisiones contaminantes de tráfico en Valencia y, por ejemplo, Pérez Galdós y Giorgeta figuran entre las avenidas más contaminadas mientras detalla que en Reino de Valencia sustituir un carril de coches por uno de bicis redujo un 45% las emisiones”, ha apuntado Pérez.
La concejala socialista ha destacado que, con estos datos encima de la mesa, podemos certificar cuánto hubiera podido ser el impacto en la salud de los valencianos y valencianas si el gobierno de la señora Catalá no hubiera descartado con el compromiso que alcanzó el anterior gobierno progresista con los vecinos y vecinas y hubiera eliminado el túnel de Pérez Galdós para seguir priorizando el tráfico privado“.