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¿Tu gato te sigue al baño? Este es el verdadero motivo

Gato en la pica del lavamanos

Eva San Martín

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Queremos a nuestros gatos, mucho. Y los gatos nos quieren a nosotros. Pero sus comportamientos aún nos sorprenden. Y seguramente uno de los enigmas felinos que más nos preguntamos cuando vivimos con ellos sea este: por qué los gatos tienen esa obsesión de seguirnos, y meterse con nosotros, en el cuatro de baño.

Los que convivimos con gatos conocemos bien el escenario: cuando nos disponemos a adentrarnos en el cuarto de baño, nuestro felino corre y se apresura a entrar con nosotros. Y coge posición: tal vez se siente en el suelo (con esos ojos felinos tan irresistibles) o se coloque encima del lavabo, preparado para verte hacer pis; o para mirarte mientras te duchas. 

 Tal vez intentas coger a tu gato, e invitarle, con dulzura, a que abandone el baño. Cierras la puerta detrás de él. Pero, dos segundos después, ahí lo tienes: tu felino ha comenzado a aporrear la puerta. O empieza a maullar como si no hubiera un mañana. Y no va a renunciar.

Tu gato te adora, y quiere tu atención

Lo sabemos: los gatos duermen encima de nosotros porque nos quieren, y cuando lo hacen, además, consiguen caricias y mimos. Y se colocan delante del ordenador cuando intentamos teletrabajar por el mismo motivo: la atención humana que reciben cuando bloquean la pantalla que nos mantiene embobados.

Aclarémoslo de una vez: los gatos intentan capturar nuestra atención siempre, y donde pueden. No solo para pedir unas caricias suaves en la barbilla cuando nos tumbamos en el sofá a disfrutar de nuestra serie preferida, o cuando se instalan, literalmente, delante de nuestro ordenador. 

Si te preguntas por qué tu felino te sigue al baño, ahí tienes la clave: probablemente sea el único momento que estemos realmente quietos, y no vamos por la casa de un lado para otro. Nuestra atención no está en ningún otro lugar. Tampoco puedes levantarte para hacer cualquier otra cosa. Y tu gato lo sabe.

Humano: hazme caso (ahora que estás atrapado en el baño)

Repasemos la escena: nosotros estamos, literalmente, atrapados en el váter. Y ahí están nuestros gatos, asomados a la puerta. Y, seguramente se pregunten: “¿Ey, humano, humana, es un buen momento para un poco de amor?”

El gato analiza la situación; nos ve sentados en el baño. Además, parecemos bastante quietos y dispuestos a no movernos, por lo menos, durante unos minutos. Y su mente gatuna concluye lo evidente: “Pues sí, parece un buen momento, ¡hablemos un rato de mí!” 

Los gatos seguramente sepan que, cuando estamos en el cuarto de baño, somos una audiencia atrapada; y, en estos días locos que vivimos, no es algo habitual; siempre tan distraídos como ocupados. Sin embargo, dentro del cuarto de baño, los gatos al fin tienen la oportunidad de conseguir nuestra atención en exclusiva; toda para ellos. 

 Misterio resuelto: cuando eres un gato o una gatita, hay pocos sitios mejores que el cuarto de baño para asegurarte la atención de tu querido humano.  Así que los felinos, que sí aprenden, sacan provecho de la situación. Y exprimen al máximo la oportunidad de hacerse con esa atención humana, ese amor, que tanto aprecian: aunque sea breve, mejor eso que nada. 

Hay más: porque el baño está fresco

Los gatos también pueden encontrar muy atractivas esas superficies suaves y frescas que tenemos en el cuarto de baño, sobre todo, en verano, cuando hace tanto calor.  Pensemos en el lavabo, incluso en la bañera.

Sabemos cuánto les gustan a los gatos las cajas de cartón; y, para ellos, seguramente el lavabo sea una gran caja de cartón, fresca, y aún más suave. No solo eso: muchos gatos prefieren beber agua del grifo, y el lavabo es estupendo para conseguirlo.

Hay más: el lavabo está elevado, y sabemos que a los gatos les encantan las alturas. Es más, las necesitan: una posición elevada les permite tener controlado su territorio (tu casa, en este caso, tu cuarto de baño). Y esto es justo lo que les proporciona un lavabo: un buen sitio en alto desde donde no perder detalle de todo lo que sucede.

Y hablando de cuartos de baños: si tu gato no solo entra al baño contigo, sino que, además, usa la bañera o la placa de la ducha para orinar o depositar sus heces (en lugar de utiliza su arenero) no lo castigues ni lo riñas.

Al contario, puede que sea el momento de pedir ayuda; y, además de preguntar al veterinario, acudir a una consulta de comportamiento felino para que un profesional acreditado repase esos areneros, y te ayude a resolver ese problema.

Puede que no siempre entendamos por qué nuestros gatos hacen lo que hacen, aunque la ciencia cada vez nos da más respuestas. Pero algo sí sabemos: los gatos nos quieren, y hacen nuestras vidas más felices, interesantes y divertidas; a veces, de modos tan sorprendentes como este: acompañándonos al baño, y haciéndonos reír mientras que nos lavamos los dientes. 

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