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Seis formas inesperadas de reutilizar las fundas de tus gafas

Fundas

Eva San Martín

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Todos guardamos en casa objetos con un potencial inesperado; aunque a veces tengamos que recurrir a la creatividad para darnos cuenta. Y entre ellos, uno de los más olvidados son las fundas de las gafas que ya no utilizamos. Lo creamos o no, esas pequeñas cajas rígidas esconden un sinfín de posibilidades para poner orden donde más nos suele costar: en esos objetos pequeños de los cajones. 

Y las fundas de las gafas no solo ayudan a ordenar objetos pequeños en la oficina, en bolsos y mochilas: también son estupendas cuando tenemos que viajar y necesitamos un sitio donde guardar y proteger los auriculares. ¡Y hasta sirven para llevar en la mochila frutos secos o nuestros aperitivos preferidos!

1. Funda de las gafas: ¡genial para organizar esos cables! 

Si en casa navegamos en un océano de cables electrónicos, memorias digitales, adaptadores USB y cargadores de todo tipo para diferentes gadgets, no estamos solos. La buena noticia es que podemos poner orden en ese océano revuelto de cables y demás dispositivos electrónicos de pequeño tamaño con algo tan sencillo como una funda de gafas que ya no usemos. ¡Y que casi seguro que ya tenemos en un cajón o armario!

Cuando la marejada tecnológica doméstica se antoja un asunto serio, resulta buena idea guardar cada uno de los diferentes tipos de accesorios en una funda diferente: así podremos etiquetarlas con una pegatina adhesiva de papel o de plástico (como las que usamos en las etiquetadoras) con el nombre de lo que vayamos a guardar dentro. ¡Fácil, barato y ordenado!

2. Funda de las gafas: guardar auriculares y cargadores

Aunque las bolsas grandes o mochilas resulten muy cómodas para acudir a la oficina, a la piscina o durante un viaje, también pueden convertirse en un saco sin fondo ¡donde encontrar un objeto pequeño, como puede ser un auricular o el cargador del móvil, resulte complicado! Y la funda de unas gafas puede resolvernos este dilema: si metemos dentro los auriculares o el cargador, nos resultará más sencillo de encontrarlos al tacto cuando metamos la mano dentro de la mochila. ¡Incluso mientras caminamos!

3. Funda de las gafas: organizar el escritorio

La mesa de trabajo puede, asimismo, convertirse en un laberinto de clips, chinchetas y otros objetos pequeños, como gomas o lápices; en el que parece que nunca encontramos a la primera lo que necesitamos. Es cierto: podemos comprar un organizador de escritorio y resolver el asunto. Pero hay algo que ya tenemos en casa que nos hace la misma función sin invertir más dinero: ¡una funda vieja de las gafas!

Esta carcasa resulta brillante para meter dentro los clips y otros objetos diminutos que necesitemos utilizar: fácil de encontrar, barata y nos ayuda a mantener el espacio de trabajo ordenado.

4. Un pequeño botiquín, ¡en la funda de las gafas!

Si solemos llevar un pequeño botiquín encima, pero cuando hemos necesitado un paracetamol nos ha costado una barbaridad encontrarlo, ¡utilicemos una funda de gafas! Esta carcasa rígida puede alojar un pequeño kit de emergencia con alguna medicina. Muy útil también para llevar dentro un tampón o la copa menstrual, si antes lo limpiamos bien, ¡y que la regla no nos pille desprevenidas!

5. ¿Viajas con bisutería? ¡Guárdala en una funda de gafas!

Si buscamos una alternativa barata para meter dentro de la bolsa o de la maleta cuando viajamos algo de bisutería, como unos pendientes, un collar o un anillo, una funda de gafas sirve a este propósito. Estupenda para meterla dentro de la maleta con el resto de equipaje y encontrar entre la ropa el anillo que buscamos cuando lleguemos al destino: ¡y en un periquete!

6. Funda de las gafas: genial para llevar frutos secos y aperitivos

Y, aceptémoslo: no necesitamos ese recipiente de viaje tan chulo (y más caro) para guardar los aperitivos y frutos secos que puede que nos guste llevar encima cuando salimos de casa y planeamos pasar buena parte del día fuera. ¡Porque las fundas de las gafas que no usamos nos hacen la misma función!

Son estupendas para meter dentro algún paquete de aperitivos. O, más sostenible: si limpiamos bien la funda de las gafas, podemos comprar nuestro aperitivo preferido a granel y verterlo tal cual dentro de la funda de las gafas con cierre. ¡Y listo para consumir cuando queramos sin tener que gastar más envases!

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