El Instituto Cervantes recupera a Leopoldo de Luis, poeta de “un tiempo sombrío”

El Instituto Cervantes recorrerá desde mañana la vida del poeta cordobés, Leopoldo de Luis, en una exposición en la que a través de sus libros, manuscritos o dibujos también se podrá “apreciar” en qué condiciones se tuvo que construir la llamada Generación del 36.

“Leopoldo de Luis, poeta en un tiempo sombrío”, así se llama esta muestra que, desde mañana y hasta el próximo 30 de septiembre, ocupará el vestíbulo de la sede central del Instituto Cervantes, un edificio familiar para el poeta (Córdoba, 1918-Madrid, 2005) ya que durante su años en Madrid fue la entidad bancaria donde tenía su cuenta corriente.

Así lo ha recordado su hijo, Jorge Urrutia, escritor y catedrático, durante la presentación de esta exposición que exhibe un total de 40 libros -entre ellos primeras ediciones de los principales títulos y ediciones a su cargo, así como otros dedicados- 13 manuscritos originales, revistas, fotografías o correspondencia.

Huellas de la vida de este poeta, escritor, ensayista y crítico literario que jugó un “papel relevante” en la escena literaria española durante casi siete décadas a través de sus publicaciones en revistas como Corcel, Acanto, Cuadernos Hispanoamericanos o Ínsula o de poemarios como “Romances de un combatiente”, ilustrado por el escultor Tomás Ferrándiz, el primer que vio la luz.

“Es una exposición que muestra muy bien en qué condiciones se tuvo que construir su generación; es muy importantes porque recoge mucho material que cumple una función de recuperación histórica”, ha dicho Urrutia.

Así, y con motivo del centenario de su manifiesto, “Leopoldo de Luis, poeta en un tiempo sombrío”, llega al Cervantes para, según el director de la institución, también para “apreciar lo difícil” que fue la reconstrucción “literaria de su tiempo”, pero también para ahondar en la figura de este poeta “socialista utópico”, en palabras de su hijo.

Comisariada por Ángel Luis Sobrino, especialista en revistas literarias, la exposición de De Luis es para él una “celebración de la poesía” a través de los pasos que dio en su vida este “trabajador de una agencia de seguros” que en sus “ratos libres se dedicaba a la poesía”.

Un personaje del que Bonet, Urrutia y el propio comisario, han destacado “su máscara”, por esta especie de doble vida: “Ocultó para muchos de nosotros la importancia de su poesía, solo lo conocíamos como editor de la primera obra completa de Miguel Hernández”, de quien fue amigo.