Izal cambia el compás al Sonorama, al que Xoel López pone ritmo y pasión

Izal ha sabido cambiar hoy con sonidos vertiginosos y contundencia el compás del escenario principal del Sonorama, por donde días antes han pasado sin gloria Diego El Cigala y el ex Oasis Liam Gallagher. Una gloria de la que hoy ha disfrutado el gallego Xoel López, que ha puesto ritmo y pasión.

La última gran noche de esta XXI edición del Sonorama estaba reservada, en su mayoría, para bandas nacionales, con Izal como cabeza de cartel y ante 25.000 personas en un recinto que, al contrario de lo ocurrido en días anteriores, se ha quedado a veces pequeño.

La banda formada hace ocho años en Madrid es ya habitual en el Sonorama desde que este festival fuera el primero que les colgó una tarjeta de “artista” en la edición de 2011, donde tocaron para medio centenar de personas en una pequeña carpa.

Durante estos años, el Sonorama ha sido el lugar donde ver la progresión de esta banda que ahora disfruta de las mieles de un éxito cosechado a través de un duro camino en el que han grabado cuatro discos de estudio que han repasado hoy en el Sonorama.

Con una puesta en escena basada en audiovisuales y juego de luces, Izal ha salido poco después de las diez de la noche arrancando con “Autoterapia”, tema que da título a su último disco lanzado este año y en el que se aprecia una mayor madurez, con compases más complicados y sonidos electrónicos aderezados.

Izal son una fiesta, saben hacer su trabajo y, aunque gusten más o menos, la verdad es que suenan bien y sus temas tienen cierta complicación que se agradece en tiempos donde lo rápido, sencillo y descongelado funciona, pero no emociona, ni sienta bien.

Así lo han sabido apreciar los sonorámicos, que han disfrutado de temas ya clásicos de la banda como “Copacabana”, “Pausa” y “Pequeña gran revolución”.

Mención aparte para “Qué bien”, y menos mal que decidieron incluirla en su primer disco a pesar de estar descartada, porque fue todo un acierto y les permitió comenzar ese camino, en el que hoy se han dejado la piel, con fuegos artificiales incluidos.

Sin tanta parafernalia, Xoel López ha dado uno de los grandes conciertos de este Sonorama, con permiso de Rozalén, Bunbury y La M.O.D.A., y que ha estado tan rítmico que llegó a tocar la guitarra con unas baquetas. Pero no a lo bestia. Esa no es su guerra, la suya es la de la de emocionar como nadie y la de poner a bailar al público como ninguno.

Con una “superbanda” en la que se encontraba, entre otros, Charlie Bautista a las teclas, Iván Gonzalez “Chapo” al bajo y Alice Wonder como corista, el gallego ha intercalado canciones de “Deluxe” con otras de su carrera ya como Xoel López.

Y ha sabido hacer algo realmente difícil. Poner a bailar a personas de todas las edades en el segundo escenario del festival, que se ha quedado pequeño y donde el buen rollo ha impregnado a los sonorámicos, que han recargado pilas de energía positiva.

También “Sidecars” han desplegado una buena carga de rock and roll, como han hecho los pucelanos “Arizona Baby”, con un Javier Vielba como maestro de ceremonias en un concierto en el que han aprovechado para presentar una canción del próximo disco en el que trabajan y que canta el batería Guille Aragón.

Pero aún queda Sonorama para rato porque los conciertos se van a suceder hasta bien entrada la madrugada, con unos “Dorian” que vienen a resarcirse del problema de sonido que tuvieron el año pasado y que les obligó a cancelar su actuación al poco de empezar.

“Dorian”, pero también los murcianos “Nunatak” y los californianos “Vintage Trouble” que hacen tal vez la mezcla más explosiva de blues y rock que se puede escuchar en la actualidad.

Y para rematar mañana este Sonorama, El Meister, Cala Vento, Anaut y Sexy Zebras, entre muchos otros. Porque esto es este festival: intentar ver 120 bandas en apenas cuatro días y regresar a casa feliz por, al menos, haberlo intentado. Gorka Ruiz