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La SGAE, un puzle difícil de resolver

La SGAE, un puzle difícil de resolver

EFE

Madrid —

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A falta de algo más de un mes para que los socios de la SGAE elijan a su futuro gobierno, la mayor entidad de gestión de derechos de autor de España se encuentra en el ojo del huracán generado por los enfrentamientos internos entre sus socios, el caso Saga y la trama de la llamada rueda de las televisiones.

Esa trama ha provocado esta misma semana la imputación de su presidente en funciones, José Miguel Fernández Sastrón, que además ha sido denunciado en un juzgado por casi la mitad de su junta directiva por no permitir el voto electrónico en las elecciones que ha convocado para el 26 de octubre.

Estas son algunas de las claves para entender lo que sucede en el Palacio de Longoria, sede de la SGAE, desde que entrara allí en 2011 la Guardia Civil para detener al presidente del Consejo de Dirección de entonces, Teddy Bautista, y a otros miembros de la directiva.

- ¿Qué es la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE)?

Creada en 1988 al amparo de la Ley de Propiedad Intelectual para gestionar y regular el pago de los derechos de autor en España, se trata de una entidad dividida en cuatro familias: Pequeño Derecho (músicos), Gran Derecho (artes escénicas), Audiovisual y Editores.

Cuatro familias encargadas de elegir a los miembros de los distintos colegios que forman el Consejo de Dirección (14 miembros) y la Junta Directiva (esos 14 más otros 25); en definitiva, 39 escaños a repartir entre los colegios.

- Un “Juego de Tronos”.

Y donde hay familias hay guerra. Y eso es lo que sucede en la SGAE desde que en 2011 su entonces responsable, Eduardo “Teddy” Bautista (1943), después de 30 años al frente de la entidad, fue detenido junto a varios de sus directivos acusado de desvío de fondos en la filial digital de esa entidad en el llamado caso Saga, por el que le piden 7 años de cárcel, aunque aún no se ha fijado fecha de juicio.

Tras su detención, la SGAE inició una etapa por cuya presidencia han pasado ya Santiago Moncada, Antón Reixa, José Luis Acosta y Fernández Sastrón, quien en 2016 se convirtió en el cuadragésimo presidente de la entidad. Se da la circunstancia de que ninguno ha podido cumplir su mandato de cuatro años.

- Una presidencia envenenada.

Fernández Sastrón (1959), que hizo una contumaz oposición a todos los presidentes que le antecedieron, fue elegido en abril de 2016 y, tras una breve etapa de paz, ha tenido enfrente a buena parte de la Junta Directiva (gran parte de Audiovisual y de Gran Derecho y a algunos editores).

En septiembre del año pasado tuvo que someterse a una moción de censura que superó con solo dos votos de diferencia, pero ha seguido siendo el objetivo de sus opositores por dos motivos: una reforma de estatutos fallida y su posición en relación con la rueda de las televisiones.

-La rueda que gira y gira.

La trama denominada rueda de las televisiones fue denunciada en 2013 ante la Fiscalía Anticorrupción por el expresidente Antón Reixa.

No obstante, no fue hasta el 20 de junio de 2016 cuando, por orden del juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno, la policía judicial inició una operación contra el fraude en el cobro de derechos de autor de piezas musicales que se emitían en cadenas de televisión en horario nocturno y que podía ascender a 100 millones de euros.

Entre los implicados aparecía un productor que había registrado 11.000 obras en 5 años o la madre de otro que desde 2007 había inscrito 275 obras sinfónicas, recaudando el triple que Pablo Alborán con música apenas audible como fondo de programas emitidos de madrugada.

“Yo no he hecho nada ilegal”, aseguraba al respecto Fernández Sastrón, que compareció el pasado jueves para mostrar sus liquidaciones como autor de 2005 a 2011 el pasado jueves, un día después de que el juez Ismael Moreno le citara como investigado en esta trama.

- Caso Saga, el inicio de la gran crisis.

El caso Saga fue para la SGAE el inicio de todos sus males. La operación, iniciada el 1 de julio de 2011, supuso la detención del entonces responsable de la misma, Eduardo “Teddy” Bautista, acusado de desvío de fondos en la filial digital de esa entidad.

Según el auto del juez Pablo Ruz, el director de la Sociedad Digital de Autores y Editores (sDae), José Luis Rodríguez Neri, cobraba sobresueldos facturando hipotéticos servicios y construyó un entramado de sociedades para lucrarse.

Una auditoría que se hizo por encargo de la comisión rectora que asumió la SGAE tras las detenciones afirmaba que Bautista fue “el líder e impulsor” de una red para la compra de teatros por un importe de 252,5 millones de euros.

- ¿Vuelve Teddy Bautista?

El nombre del músico canario vuelve a estar en boca de todos por la inminencia del juicio del caso Saga y porque varias fuentes apuntan a que su voluntad es disputar la presidencia de la SGAE en las próximas elecciones.

- Elecciones cuestionadas.

Los opositores a Fernández Sastrón -17 de 39 miembros de la Junta Directiva- le han denunciado la semana pasada ante un juzgado de Madrid por no permitir el voto electrónico en estas elecciones y argüir para convocarlas una presunta presión del Ministerio de Cultura.

El próximo 24 de septiembre se conocerá la lista de candidatos, que se presentan individualmente, a las elecciones del 26 de octubre.

- Unos estatutos fallidos.

Las elecciones las convocó Fernández Sastrón cuando la Asamblea General del pasado mes de junio rechazó su pretensión de modificar los estatutos, de forma que él pudiera volverse a presentar.

Aunque fueron muchas las voces que pidieron su dimisión, el actual presidente en funciones siempre defendió que la solución eran unos comicios y que, entre tanto, la entidad se siguiera rigiendo por sus antiguos estatutos.

- Cultura y SGAE, un amor imposible.

La relación entre el Ministerio de Cultura y la entidad es cada vez más tensa. El Consejo de Ministros aprobó el pasado mes de abril un real decreto-ley por el que las entidades de gestión de derechos deben incorporar un órgano de control interno para vigilar la ejecución de su presupuesto y el reparto de la recaudación a los socios.

El Ministerio de Cultura, al que la oposición ha pedido la “intervención temporal” de la entidad, ha advertido en varias ocasiones a la SGAE que está “vigilante” y “atento” y ha requerido información sobre su proceso electoral.

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