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Serrat vuelve a los orígenes en su ciudad natal, a orillas del Mediterráneo

Serrat vuelve a los orígenes en su ciudad natal, a orillas del Mediterráneo

EFE

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Tras una larga travesía que las ha hecho universales, las canciones del mítico disco “Mediterráneo” han recalado hoy en Barcelona, ciudad natal de su autor, Joan Manuel Serrat, que ha ofrecido un concierto emotivo ante un público feliz de reencontrarse una vez más con “el noi de Poble Sec”.

En la primera de las tres citas programadas en el Auditori del Fòrum de Barcelona, Serrat ha respondido a la calidez del público con un concierto generoso, que se ha alargado en los bises con “Seria Fantàstic”, “Me'n vaig a peu”, “Cançó de bressol” y “Cantares”.

Antes ha interpretado “Barcelona i jo”, un tema con el que ha declarado su amor a la ciudad que le vio nacer y ha puntualizado que “Mil caras tiene Barcelona (...) la que me vuelve la espalda y la que me da la mano”.

De esas miles de caras, Barcelona ha mostrado hoy a Serrat la que le da la mano, le aplaude, le grita “guapo”, le regala flores y se pone en pie para despedirle, deseando que no se marche nunca.

Pero, “como en todo viaje, hemos llegado a puerto”, ha señalado el catalán universal en el último tramo del concierto, que él mismo ha planteado como una travesía.

“En 1971 escribí 'Mediterráneo' en un hotelito de Calella de Palafrugell; hoy lo sacaremos a navegar”, ha dicho al inicio de la singladura de hoy.

Barcelona es la última escala en la Península de la gira “Mediterráneo da capo”, que en enero llegará a Las Palmas de Gran Canarias y Tenerife, antes de volver a cruzar el Atlántico camino de República Dominicana.

“Da capo significa comenzar, volver al principio”, ha aclarado el artista, y eso es exactamente lo que ha hecho en Barcelona, recordar sus inicios, volver a los años setenta y llevarse con él a todos los presentes, que han vivido un nostálgico viaje de dos horas.

Durante la primera parte de concierto ha desgranado una por una todas las canciones de “Mediterráneo”, empezando por la que da título al disco y siguiendo por “Que va a ser de mí”, “Vagabundear” y “Barquito de papel”, todas interpretadas por Serrat de pie tocando la guitarra y acompañado de Ricardo Miralles (piano) al timón, Josep Mas (teclados), David Palau (guitarra), Vicente Climent (batería), Tomás Merlo (bajo y contrabajo) y Uxía Amargós (viola).

“Pueblo blanco” y sus referencias a la España negra del franquismo ha sido recibida con aplausos por un publico que vivió la posguerra, como Serrat, que hoy ha estado rodeado principalmente por sus seguidores de toda vida, es decir, los que tienen su edad o se acercan.

Un grupo de espectadores se ha equivocado y le ha cantado el “cumpleaños feliz”, pero él les ha aclarado que cumple 75 años pronto, pero todavía tiene 74.

El primer tramo del concierto ha acabado con una segunda interpretación de “Mediterráneo” que ha puesto la carne de gallina y ha seguido con una selección de temas, mayoritariamente en catalán, relacionados de alguna manera con el mar.

“La lluna”, “Cançó de matinada”, “Temps era temps”, “Plany al mar”, “Es quan dorm que hi veig clar”, “Menos tu vientre”, “Para la libertad” y “Pare” se han ido sucediendo en un escenario presidido por una tela de vela de barco sobre la que se han proyectado imágenes vinculadas con cada una de las canciones.

Serrat ha cantado al amor, al estraperlo, a Kubala y a la luna y ha hablado del Mediterráneo, de su belleza, de la contaminación que lo amenaza, del drama de los refugiados que lo tiñe de sangre y de las mujeres “que mueren en manos de amores malvados”.

Y cuando ha llegado al final se ha vuelto a referir al viaje y a Ulises, y ha dicho que “Ulises hay tres: el de Homero, el de James Joyce y el de la familia Ulises”, y entre estos él se queda con el último porque “no necesitó volver a casa, porque nunca se había machado”.

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