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Opinión - Un tercio de los españoles no entienden lo que leen. Por Rosa María Artal

Cinco documentales bélicos para entender por qué Peter Jackson ha pintado de colores el horror

Franco en 'España dividida: la guerra civil a color', de DMAX

Mónica Zas Marcos

Christopher Nolan capturó la guerra en Dunkerque como muy pocos lo habían logrado antes en la ficción. El silencio, los silbidos de los aviones y el humo gris fundiéndose con el color cetrino del canal de la Mancha fueron capaces de convertir una sala de cine en una playa y a los espectadores en asistentes a uno de los peores episodios de la Segunda Guerra Mundial.

Sin embargo, la impostura estaba ahí por mucha intención que Nolan le pusiese, algo que no depende de la pericia del director sino de la distancia de las dos dimensiones. El gusto por el cine bélico e histórico nace de otro lado: el de entender. El abuelo del cineasta fue combatiente en Dunkerque y allí perdió la vida. Lo único que tenía de él eran algunas fotos desgastadas y unas imágenes documentales de la época en pésima calidad.

Lo que realmente separaba a Nolan del entendimiento y esos archivos era el color. O, mejor dicho, la falta de él. Con todo lo útil que resulta el blanco y negro para ciertas narraciones, en tramas históricas es un mero narcotizante. Por eso no hacemos más que revivirlas con los avances que hoy nos brinda el cine, ya sea reinterpretándolas como Nolan o coloreándolas como ha hecho Peter Jackson últimamente.

El director de El señor de los anillos ha ido un paso más allá con una labor hercúlea en Ellos no envejecerán, que puede verse desde la noche del jueves en el canal Historia. Jackson no solo ha teñido las imágenes en blanco y negro, sino que ha aumentado la velocidad de los fotogramas, le ha añadido tecnología 3D para lograr figuras más nítidas y ha doblado las voces de los soldados con ayuda de intérpretes forenses.

Nadie puede negar la carga emotiva del blanco y negro, por eso es todavía una de las técnicas más usadas por reputados fotógrafos como Sebastiao Salgado o en películas modernas y grandiosas como Nebraska, The Artist o Frances Ha, que la utilizan para centrar la atención en la trama y no en la gama cromática de turno que aparezca en pantalla.

Eso no quita que, en muchas ocasiones, sea necesario recordar con todo el realismo posible los momentos más bochornosos y horrendos de nuestra Historia. No es igual el Hitler que se mueve a trompicones como si fuese un autómata y habla en la lejanía de un mundo monocolor, que escucharlo alto y claro en sus vistosos mítines, donde sedujo a millones de personas con cantos de sirena.

Tampoco es lo mismo esconder el rojo de la sangre, el negro de la carne roída y el verde de las infecciones de los soldados de la Primera y la Segunda Guerra Mundial que pasarlos por un filtro cómodo para la vista. Por eso seleccionamos cinco cintas que fueron retocadas a posteriori en pos de la emoción y el realismo.

Quizá, con ayuda del color, seamos más conscientes de lo peligrosamente cíclica que es la Historia, de lo parecidos que son algunos discursos actuales al de los tiranos del pasado y ganemos en empatía con aquellos que hoy en día mueren en guerras a todo color y los sentimos más lejanos que los que murieron hace un siglo y, para nosotros, lo hicieron en blanco y negro.

Ellos no envejecerán

Ellos no envejecerán

Esta proeza de la tecnología estuvo nominada al Bafta en 2018 por conseguir traer a la vida un pasado que muchos dieron por enterrado años atrás. Se habían coloreado documentales antes de que llegase Peter Jackson, pero no con una pulcritud tal que parece que sea fruto de un plató de Hollywood en lugar de lo vivido realmente en las trincheras británicas entre 1914 y 1918.

“¿Cómo es aquello?”, preguntan los iniciados a los que tienen la suerte de volver de una pieza al campamento. “Es una pesadilla”, les confiesan. Y basta con un vistazo a sus rostros, al pánico tatuado en sus ojos azules, para saber que no mienten. La Gran Guerra fue la tumba de 10 millones de jóvenes que se alistaban sin saber realmente dónde se metían, porque el mundo llevaba siglos sin una contienda tan sanguinaria.

Aunque en el documental muchos dicen añorar la vida de soldado, la conclusión es otra: “no mereció la pena”. Y no son actores, son personas que tuvieron que convivir con el horror hasta el final de sus días.

España dividida: la guerra civil en color

España dividida: la guerra civil en color

Para la realización de este ambicioso proyecto fue necesario un equipo de 40 personas que, durante un año y medio, revisaron más de 750 títulos del almacén de la Filmoteca Española, restauraron más de 180.000 metros de película, repararon digitalmente más de 250 mil fotogramas digitalizaron 300 minutos de metraje.

Para conseguir el coloreado más preciso y fiel a la realidad, hubo una investigación a fondo de todas las imágenes editadas, llegando a producir más de 25 mil referencias de color históricas para determinar cómo se veía todo aquello que reflejan las fotos en blanco y negro. Tanto esta primera parte como la siguiente, España después de la guerra: el franquismo a color, fueron realizadas y emitidas por el canal Discovery Max.

George Stevens: del Día D a Berlín

George Stevens: del Día D a Berlín

George Stevens subió a bordo del HMS Belfast hace 75 años para grabar en blanco y negro a los aliados en la Segunda Guerra Mundial mientras viajaban por Normandía, liberaban París y luchaban en la Batalla de Bulge. Pero a la vez, el premiado director también estaba filmando en color con su cámara de 16 milímetros para su recuerdo personal. Años más tarde, su hijo encontró las cintas en casa y quedó impactado por el efecto de la paleta sobre las imágenes que siempre había visto solo en gris.

“Me di cuenta de que mis ojos eran probablemente los primeros, aparte de los que estuvieron allí, que veían todo esto en color”, dijo cuando ganó un Emmy por su documental George Stevens: del Día D a Berlín, que reunía las imágenes inéditas de su padre con otros fotogramas remasterizados por primera vez.

Revolution in Colour

Revolution in Colour

Los fotogramas tienen más de 80 años, pero no han podido ver la luz hasta este año, cuando el gigante audiovisual British Pathé rescató el clandestino documental sobre la independencia de Irlanda y lo estrenó a todo color. La primera vez que se intentó fue en 1935, pero el proyecto fue sofocado por el gobierno irlandés llegando incluso a confiscar los rollos de película.

Desde marzo de 2019, Revolution in color está disponible en el canal de video on demand de British Pathé en Reino Unido.

Los espectadores asisten aquí a eventos críticos como la firma del Acuerdo del Viernes Santo o el funeral del venerado líder del IRB, O'Donovan Rossa, y a escenas tan dramáticas como la destrucción de Limerick, la guerra de guerrillas en el campo, los combates en las calles y la represalia británica. Una Irlanda anterior a la independencia que rara vez se ha visto en cine, en televisión o ni siquiera en fotografías.

Apocalipsis: la amenaza y el Führer

Apocalipsis: la amenaza y el Führer

El documental, obra de los mismos autores de la celebrada miniserie Apocalipsis sobre la II Guerra Mundial y de la que es una extensión, se divide en dos episodios de una hora cada uno: La amenaza y El Führer. Se presentó en 2011 para National Geographic como un intento de entender cómo fue posible el ascenso de Hitler siguiendo su trayectoria de manera cronológica, desde su juventud hasta el momento previo a la segunda contienda.

Entre las secuencias más sorprendentes se encuentran fotogramas de la I Guerra Mundial, de la firma del Tratado de Versalles, de Hitler en prisión en 1924, del incendio del Reichstag, de una joven Eva Braun o del bombardeo de Gernika durante la Guerra Civil española.

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