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“Hitchcock/Truffaut”, la quintaesencia del cine en una conversación

"Hitchcock/Truffaut", la quintaesencia del cine en una conversación

EFE

Madrid —

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David Fincher lo atisbó con 7 años, en la mesa del despacho de su padre y se sumergió en él. Para Scorsese fue la llave maestra que le introdujo por primera vez en los secretos del cine. “El cine según Hitchcock”, un libro basado en 50 horas de conversación con François Truffaut, llega ahora a la gran pantalla.

El documental “Hitchcock/Truffaut”, que se estrena este viernes en España, une a esa mítica entrevista realizada en 1962, el repaso visual de la filmografía del maestro del suspense y las voces de cineastas contemporáneos que tras la lectura de aquel libro pudieron comprender “la profundidad y el misterio” del cine de Hitchcock.

En el momento de aquel encuentro, que se prolongó ocho días, Truffaut tenía 30 años y había dirigido tres películas: “Los 400 golpes”, “Tirad sobre el pianista” y “Jules et Jim”. Hitchock, con más de 60, era un cineasta consagrado y con gran éxito comercial que trabajaba en el corazón del sistema hollywoodiense.

Pero nadie hasta entonces en Estados Unidos lo consideraba un verdadero artista. La poesía y la potencia de su cine, su estricto conocimiento y manejo del tiempo y el montaje, su erotismo y su sugestión onírica, permanecían en la clandestinidad.

“La estrategia de Truffaut va dirigida a la crítica americana, que cree que Hitchock es un buen constructor de películas, pero sin sustancia”, señala en una entrevista con Efe Serge Toubiana, coguionista del filme, dirigido por Kent Jones, y autor de un documental y de una biografía sobre su compatriota francés.

“Hitchcock construye su carrera en Estados Unidos escondiéndose, porque lo que importaba en el cine de los estudios era el 'star system', la historia, la eficacia y el éxito de público. Pero él era un gran artista formal, y con Truffaut se libera y deja aflorar parte de sus secretos”, añade el también exdirector de la Cinemateca francesa.

En el filme, Martin Scorsese subraya que en un momento en que había un consenso sobre lo que era y lo que no era cine serio, ese libro resultó revolucionario. “Nos radicalizó como cineastas”, afirma.

Peter Bogdanovich fue más allá y siguió su ejemplo escrutando y publicando libros sobre el trabajo de otros directores como John Ford u Orson Welles. Wes Anderson destaca que lo ha leído tantas veces que ha tenido que sujetar sus páginas con una goma.

Y es que Truffaut se conocía al dedillo la filmografía del director de “Vértigo” o “La ventana indiscreta” y no dejó escapar detalle. Desde el beso eterno de Ingrid Bergman y Cary Grant en “Encadenados” a la minuciosa planificación de la escena de la ducha en “Psicosis”.

“Era la primera vez en la historia en que dos cineastas hablaban públicamente de su oficio. Era un libro fácil de leer y en el que aprendías mucho sobre puesta en escena, dirección de actores, planificación de planos”, apunta Toubiana.

Pero además, a medida que la conversación va avanzando, se van desvelando aspectos más profundos del carácter de Hitchock que influyen en su manera de hacer cine, especialmente sus frustraciones en las relaciones con las mujeres, por el peso de sus complejos físicos y sus creencias religiosas.

“La violencia contenida en Hitchcock se manifiesta en su mirada sobre las actrices y en las historias de amor”, subraya Toubiana. “La libertad contrariada por la moral y la culpa es un tema esencial de su cine. La lucha entre el deseo y la culpa”.

Fue Toubiana quien a principios de los 90 encontró en las oficinas de Truffaut en París una caja de cartón con unas cintas, hasta entonces olvidadas. Cuando puso una de ellas en un magnetófono, apareció la voz de Hitchcock. “Fue un milagro”, recuerda.

Por Magdalena Tsanis

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