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José Miguel Fernández Sastrón: Ni la SGAE se lleva nada, ni es pública

José Miguel Fernández Sastrón: Ni la SGAE se lleva nada, ni es pública

EFE

Madrid —

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A cuatro meses de que se cumpla su primer año al frente de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), José Miguel Fernández Sastrón lamenta la confusión que hay respecto a la SGAE porque, recalca, la entidad que gestiona los derechos de los autores “ni se lleva nada ni es pública”.

Fernández Sastrón (Madrid, 1959) asegura en una entrevista con EFE que desde que asumió su cargo, en abril de 2016, respira “tranquilidad y serenidad”, como la entidad en la que él ha tenido durante años un papel “de muy activa crítica” porque, dice, no compartía en absoluto su proyecto cultural.

“No se puede crear un patrimonio para los autores, no hay que invertir en piedras”, asegura en referencia a los teatros que se compraron bajo el paraguas de Arteria y que ya se han vendido.

Este músico y compositor de profesión quiere dejar claro que la SGAE “recauda el dinero de los autores y lo reparte”, que “ni tiene ánimo de lucro ni cobra nada para sí misma” y que, lejos de lo que piensa una parte de la sociedad, la entidad es privada.

Todas esos equívocos, afirma, derivan de una fecha clave en el devenir de la SGAE, el 1 de julio de 2011, cuando los telediarios se llenaron con las imágenes de medio centenar de agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) entrando en la sede de la entidad y deteniendo a varios directivos, entre ellos al presidente, Eduardo “Teddy” Bautista.

“¿Justificado? -se pregunta- Después de casi seis años de instrucción todavía no lo sabemos. Y la pregunta es: ¿alguien nos va a explicar en algún momento qué es lo que pasaba, por qué entraron así, y qué es lo que estaba ocurriendo que hizo necesario eso?”.

Lo que sí sabe, afirma rotundo, es que ha derivado en una “falta de credibilidad, una sospecha continua y mucho daño”.

Pero también ha conllevado “un gran perjuicio para los autores” porque provocó una “morosidad tremenda”.

“Para el usuario ha sido un argumento para no pagar y ha hecho mucho daño”.

Todavía no se han juzgado los hechos, es decir, el presunto desvío de fondos de la filial digital de esa entidad, pero los autores sí han dejado de percibir más de cien millones, de 390 en 2011 en 290 dos años después, una sangría que su presidente cree que se ha cortado.

“No soy ni amigo de conspiraciones, pero tampoco de casualidades. Lo que se es que todo lo que ha ocurrido a alguien no ha ayudado, y es al autor. No es el dinero de SGAE, sino el de los autores nacionales y extranjeros porque representamos a todos. Hay quien cree que es una entidad pública que vive de algún tipo de subvención. Ni una cosa ni la otra”, insiste.

Aunque lo que más preocupa es la “desafección” que produjo entre los autores más jóvenes, es decir, “la SGAE del futuro”.

“Hay que recuperarlos por bien de la entidad, pero sobre todo por ellos, porque la gestión colectiva morirá si ellos no la defienden”, algo especialmente grave, dice, en un país “en el que hay muy poco respeto por el creador”.

La cultura, afirma, es “un colectivo muy herido” por motivos distintos, políticos y económicos, que “sólo se puede recuperar” si tiene la “ayuda y el entendimiento” de instancias políticas: “Es un bien de todos y hay que protegerlo”.

En ese sentido apunta que hay “muy buena disposición del Gobierno actual”, en especial del secretario de Estado de Cultura, Fernando Benzo, y recalca que comparten totalmente que el sistema anterior que compensaba a los creadores por las copias privadas “no valía”.

“Ya dijimos que no servía y que el sistema debe cambiar y ajustarse a la realidad”, aunque tampoco era partidario del anterior, el canon digital, que fue, afirma rotundo, “el gran negocio de la industria tecnológica”.

Fernández Sastrón quiere crear “un mercado único iberoamericano” que suponga la “unificación a la hora de negociar” los derechos de autor y esa es, adelanta, “una meta a corto plazo”.

“El repertorio iberoamericano es de enorme relevancia y puede competir con el anglosajón si está unido. Y esa unión a la hora de negocio con las plataformas tecnológicas importantes es para mi fundamental”, precisa.

Para Fernández Sastrón el “fallo fundamental” en las negociaciones entre creadores y el nuevo entorno digital está en reconocer “cuál es el verdadero negocio” de los distribuidores de contenidos.

“Nos han convertido en un verdadero reclamo para vender sus cosas pero en el fondo nos venden a nosotros porque somos datos, y esos datos son el verdadero negocio, pero eso no está en la negociación del porcentaje de lo que nos dan a cambio de lo que les aportamos”.

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