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Estos son los sospechosos habituales del Nobel de Literatura

Mónica Zas Marcos / Marta Peirano

Haruki Murakami

¿Quién es? El Leonardo DiCaprio del Nobel de Literatura nació en Japón en 1949. Sus detractores le acusan de caer en tal espiral de repetición que se podría jugar al bingo con sus muletillas y cantar casi siempre el cartón. Pero los que pujan por su nombre destacan la facilidad de empastar los elementos oníricos de la cultura nipona con puro pop occidental. Además, como buen traductor de obras de Scott Fitzgerald o Raymond Carver, Murakami se cuida de que su prosa sea sencilla y fácil de digerir en otros idiomas.

¿Por qué no se lo han dado? Parece que este año, según las apuestas de Ladbrokes (se pagan 4 a 1), podría abandonar por fin su reservado en el banquillo. Pero su presencia constante en la estantería de best-sellers ha prevalecido sobre su calidad literaria como una mala etiqueta. Y su última faceta reconocida de runner (con el libro De qué hablo cuando hablo de correr) no le ha ayudado demasiado.

¿Por dónde empezar? Kafka en la orilla, After Dark y Al sur de la frontera, al oeste del sol, para disfrutar del Murakami más realista.

Ngugi Wa Thiong'o

¿Quién es? Seis años consecutivos lleva sonando el nombre del keniata (1938) junto al de Murakami en las apuestas. Su compromiso con el activismo político le costó la cárcel en la década de los 70, treinta años de exilio y tres intentos de asesinato. Desde entonces, ha tratado los derechos humanos tanto en las novelas de ficción como en sus numerosos ensayos. También fue el primer escritor de África Oriental que publicó un libro en ingles, lo que le abrió el mercado anglosajón.

¿Por qué no se lo han dado? 2013 parecía el año de la victoria, pero Alice Munro se impuso. A la Academia sueca se le acumulaban las cuentas pendientes y África tuvo que esperar.

¿Por dónde empezar? El brujo del cuervo o El diablo de la cruz por ser de los pocos traducidos al castellano. También Weep not child: upper level, reservado para bilingües.

Joyce Carol Oates

¿Quién es?

Truman Capote la odiaba y el machista confeso Norman Mailer la reconoció como una igual en el uso de la violencia. Esta neoyorquina nacida en 1938 no ha pasado desapercibida entre los grandes de la literatura y sus novelas descarnadas se han convertido en un género gótico en sí mismo. Con casi 80 años, sigue enseñando en la Universidad de Princeton.

¿Por qué no se lo han dado? Oates lleva más de cien títulos a sus espaldas y cuesta establecer un veredicto ecuánime para toda su obra. Además, no lleva bien que le cuestionen su inclinación por la violencia: “la pregunta es insultante, ignorante y sexista”. No sabemos cómo sentará eso entre un tribunal tirando a conservador, pero lo podemos imaginar.

¿Por dónde empezar? Mamá, La hija del sepulturero y Blonde, la faraónica biografía de Marilyn Monroe.

Philip Roth

¿Quién es?

También llamado el mejor autor norteamericano vivo, Roth despegó como el benjamín de la gran generación de escritores judíos junto con Saul Bellow, Bernard Malamud y Norman Mailer. Ha recibido todos los premios posibles salvo este. Dicen que cada año viaja a Nueva York a sentarse en la oficina de su agente y esperar la famosa llamada media hora antes de la nominación. Tanto ansía el galardón sueco, que en 2012 dijo todo cabreado que dejaba de escribir.

¿Por qué no se lo han dado? Él dice que se lo darían si El lamento de Portnoy se llamara El orgasmo bajo el capitalismo rapaz. Otros dicen que no lo ha conseguido por cascarrabias y misógino. Podría ser que la academia tenga algo contra los autores blancos estadounidenses. El último americano en ganar el premio fue Isaac Bashevis Singer en 1978 y tampoco lo han conseguido favoritos como Cormac McCarthy, Don DeLillo, Thomas Pynchon o Richard Ford.

¿Por dónde empezar? La misma década, dos Roths muy diferentes. El lamento de Portnoy, según el New Yorker “una de las novelas más guarras jamás publicadas”, es el eufórico monólogo que un joven judío calenturiento destapa sobre su psicoanalista, incluyendo un encuentro con un grande y purpúreo pedazo de hígado que causó furor entre los jóvenes muchachos, horror entre las feministas y los judíos ortodoxos y escándalo general en plena revolución sexual. En Pastoral americana, la vida del pluscuamperfecto Seymour “El sueco” Levov, estrella del atletismo y exitoso hombre de negocios, se tuerce cuando su hija Merry planta una bomba en una oficina postal.

Ismail Kadaré

¿Quién es?

Trabajó como periodista en Albania después de su ruptura con la Unión Soviética. Como “el escritor es el enemigo natural de una dictadura”, pidió asilo en Francia hasta que regresó para informar sobre el conflicto de Kosovo en los 90. Sus novelas de convirtieron de inmediato en un retrato de la vieja Yugoslavia y de la opresión comunista.

¿Por qué no se lo han dado? Kadaré formó parte de las instituciones comunistas, fue diputado y disfrutó de cierta protección del dictador Enver Hoxha. Aunque sus novelas no rinden pleitesía a nadie, hay quien asegura que esas amistades peligrosas le convierten en el eterno favorito de los Nobel. También influye que la temática de su obra camina de la mano de ganadores recientes como Aleksijevitj, Modiano y Herta Mueller.

¿Por dónde empezar? El general del ejército muerto, El palacio de los sueños y Abril Quebrado.

Margaret Atwood

¿Quién es?

Principalmente novelista, la gran dama de las letras canadienese escribe también ensayo, relato y poesía. Adorada por millones de personas, Atwood además es feminista, activista por los derechos humanos, milita en el Partido Verde Canadiense y donó su Man Booker prize a causas medioambientales.

¿Por qué no se lo han dado? Su única rival canadiense, Alice Munro, le quitó el Nobel en 2013. Además juguetea con la ciencia ficción y es demasiado popular, demasiado leída.

¿Por dónde empezar? Su distopía feminista El cuento de la criada ganó el Arthur C. Clarke Award y el Governor General's Award en 1985. La novia ladrona es una intriga de tres amigas que confabulan contra la hechicera Zenia, su mejor personaje hasta la fecha.

Javier Marías

¿Quién es?

Empezó detrás de Juan Goytisolo y por un momento pareció que se le adelantaba Enrique Vila-Matas. Con su prosa reflexiva, ambiente académico y más irónico que humorístico, se podría decir que Marías es el típico escritor de Nobel. Amante de las muertes y las paradojas, es favorito de grandes como J. M. Coetzee o -aseguran- W. G. Sebald y traductor de otros tantos: John Ashbery, W. H. Auden, Joseph Brodsky, Seamus Heaney, Frank O’Hara y Wallace Stevens a Anthony Burgess, Raymond Carver, Thomas Hardy, J. D. Salinger, Robert Louis Stevenson y John Updike. Los malandrines dicen que su mejor otra es el Tristram Shandy de Laurence Sterne.

¿Por qué no se lo han dado? Porque hay 11 nobeles escribiendo en español y 6 de ellos son españoles, una injusticia histórica teniendo en cuenta el estado de ebullición en el que se encuentran las letras latinoamericanas desde hace décadas.

¿Por dónde empezar? Un corazón tan blanco es una reflexión sobre el matrimonio que empieza con una joven que volvió de su luna de miel y “se puso frente al espejo, se abrió la blusa, se quitó el sostén y se buscó el corazón con la punta de la pistola.” Mañana en la batalla piensa en mí, sobre un affaire frustrado que deviene en misterio, muerte y obsesión.

Thomas Pynchon

¿Quién es? El mejor escritor norteamericano de su generación, por encima de contemporáneos como Don DeLillo, y de imitadores como David Foster Wallace o Neil Stephenson. Su ambición estratosférica y su incendiaria mezcla de pasión científica, revisión histórica, vitalidad desbordante y traviesa preferencia por las situaciones absurdas fue bautizada como “realismo histérico” por el gran James Wood, además de ser inspiradora para toda la generación de postmodernos norteamericanos y de los llamados cyberpunks.

¿Por qué no se lo han dado? Pynchon no da entrevistas, no se deja hacer fotos, rehuye de las cámaras y rechaza las apariciones públicas. Sus últimos libros no están a la altura de los demás. Y tampoco se lo dieron a su único homólogo literario, el irlandés James Joyce.

¿Por dónde empezar? El arcoiris de la Gravedad es su obra maestra (1973), La subasta del lote 49 (1966) y Mason & Dixon (1997).

Nawal al Saadawi

¿Quién es?

Escritora, psiquiatra, feminista y contraria a “todos los gobiernos”. La egipcia, nacida en 1931, aborda en sus obras desde el extremismo religioso hasta la mutilación genital, pasando por la prostitución. Su ideología le costó el puesto como directora general de salud pública en Egipto y la cárcel, donde aprovechó para escribir sus memorias en un rollo de papel higiénico.

¿Por qué no se lo han dado? La figura de Al Saadawi es más conocida gracias a su activismo por los derechos de las mujeres que por su obra. Si bien tiene más de medio centenar de libros publicados, pocos de ellos han sido traducidos a otro idioma que no sea el inglés.

¿Por dónde empezar? Dos mujeres en una, Memoirs from a Women's Prision y La inocencia del diablo.

Adonis

¿Quién es?

Poeta nacido en el Siria en 1930 y exiliado en Francia por sus escritos. Ali Ahmad Said Esber defiende que la religión ha condenado a su pueblo a la misoginia, el analfabetismo y el oscurantismo. Sus críticas no se limitan a Oriente Medio y también responsabiliza a los occidentales de regirse por otra dictadura: la económica. Sus ensayos han contado con la colaboración de importantes pensadoras árabes. También es un gran fetichista del arte abstracto sirio.

¿Por qué no se lo han dado? Su candidatura sonó fuerte el año de la Primavera Árabe, que siguió de cerca expresando en poemas su alegría y a la vez criticando que solo los islamistas y los norteamericanos recogiesen los frutos del movimiento. Su dura visión sobre Europa puede que no haya emocionado a los Dieciocho.

¿Por dónde empezar? Este es mi nombre, donde expresa toda su rabia por la Guerra de los Seis Días, el ensayo Violencia e Islam y The fixed and the changing (solo disponible en inglés y francés).

Don DeLillo

¿Quién es?

Nacido en el Bronx hace 79 años, DeLillo es considerado uno de los escritores vivos más influyentes junto a su colega de lista Philip Roth. Ha hablado del nuevo milenio con la escritura fresca de quien acaba de entrar en él, sin arcaísmos. Usa la tecnología como marco para descubrir las aristas más desagradables de la humanidad y disfrazarlas de palabras suaves.

¿Por qué no se lo han dado? Acaba de publicar obra, Cero K (después de seis años) y eso es algo que a los académicos les gusta tener en cuenta. Que sean personas con el cerebro todavía activo. Pero su ausencia del panorama mediático y su introversión (sin llegar a los extremos de Pynchon) puede que jueguen en su contra.

¿Por dónde empezar? Libra, Fascinación y Cosmópolis.

Ursula K. Le Guin

¿Quién es? Escritora anarquista, feminista, ecologista, académica y taoísta, la gran dama de la ciencia ficción debutó en la revista Amazing en 1962. Es una visionaria trascendente y exploradora de espacios de gran profundidad social, moral, política y psicológica. Los mundos que visita son espejos magnificantes de la ambición humana, sus sueños de grandeza y sus consecuencias, espacios complejos fuertemente cargados de simbolismo. Tiene el don de lo sublime y una escritura que fluye, engancha e ilumina.

¿Por qué no se lo han dado? Además de ser mujer, K. Le Guin escribe ciencia ficción, un género estúpidamente considerado menor. Pero ha sido finalista del American Book Award y el premio Pulitzer, y ha ganado cinco veces el premio Hugo, cinco veces el Nébula, el Grand Master de los SWFA del National Book Award, el Kafka Award, el Pushcart Prize, el Howard Vursell Award de la Academia Americana de las Artes y las Letras, y el premio Robert Kirsch Award del L.A. Times. Entre otros.

¿Por dónde empezar? Sus Historias de Terramar, una saga de cinco novelas sobre un archipiélago dominado por la magia, fue su salto al estrellato y es apta para los más jovenes. El ciclo Ekumen, una federación galáctica de mundos habitados por seres humanos donde se exploran distintos tipos de sociedad. Por ejemplo La mano izquierda de la oscuridad, donde especula con una raza que cambia de sexo a conveniencia para ver qué pasaría si no existieran las diferencias de género.

John Banville

¿Quién es?

También es Benjamin Black, álter ego con el que deja volar su imaginación en el género negro. Como Banville, el escritor nacido en 1945 es casi persona non grata en su país por los continuos latigazos de su obra a la arraigada moral católica irlandesa. Su prosa es irónica, llena de referentes culturales clásicos y maníaca de la perfección sintáctica.

¿Por qué no se lo han dado? No parece que sea tarde para el regenerador de la novela policíaca. Irlanda ostenta un puesto privilegiado entre los Nobel, y Banville podría sumarse al Olimpo junto a Bernard Shaw y Samuel Beckett. Quizá sea solo cuestión de tiempo.

¿Por dónde empezar? El mar, El libro de las pruebas y La rubia de ojos negros (como Black).

Ko Un

¿Quién es?

Novelista, ensayista y pacifista pero fundamentalmente poeta, Ko Un tiene todo lo que gusta a los dieciocho del jurado: es hombre, es político y es octogenario. Durante diez años fue monje budista y estuvo condenado a cadena perpetua por criticar la dictadura del presidente Park.

¿Por qué no se lo han dado? No es un gran entrevistado: “yo no soy un ladrón sino un mendigo, un don nadie que le mendiga unas cuantas palabras a la realidad y al universo”.

¿Por dónde empezar? Aunque ha escrito un centenar de obras, en castellano solo hay cuatro: su antología Fuente en llamas, Ananda. 108 poemas zen, Unas horas con los poetas muertos y Diez mil vidas.

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