Seis bronces monumentales de Moore dialogan con obras de Chillida y Oteiza

Seis esculturas monumentales de Henry Moore convierten desde hoy el Paseo de la Zurriola de San Sebastián en un “museo a cielo abierto” frente al mar en un espacio en el que las 9,5 toneladas de bronce esculpido del artista británico dialogan con el Peine del Viento de Eduardo Chillida y la Construcción Vacía de Jorge Oteiza.

La exposición recala en San Sebastián en el marco de la Capitalidad Cultural Europea gracias a la colaboración de la Obra Social de la Caixa, organizadora de la muestra, con el Ayuntamiento de la ciudad y la Henry Moore Foundation, tras un recorrido que ha incluido Sevilla, Valencia o Salamanca, entre otras ciudades españolas.

El alcalde de la ciudad, Eneko Goia, la directora adjunta de la Fundación bancaria “la Caixa”, Elisa Durán, y el jefe de Colecciones de la Henry Moore Foundation, Sebastiano Barassi, han sido los encargados de presentar la muestra a la prensa en el teatro Victoria Eugenia tras lo cual han descubierto las figuras instaladas en el paseo de la Zurriola.

Creadas en uno de los momentos cúspide de la carrera de Moore entre 1960 y 1982, las piezas reflejan algunas de las “obsesiones” creativas del artista de Castleford (Yorkshire) como la maternidad, la exploración entre la figura humana y el paisaje o la tensión entre lo natural y la abstracción.

Se trata de “Figura reclinada en dos piezas” (1960), realizada en dos formas separadas que representa una fusión del cuerpo humano con las formas rocosas y el paisaje; “Gran figura de pie: filo de cuchillo” (1976), que evoca la “Victoria alada de Samotracia” o “Pieza de bloqueo” (1963-64), creada según la explicación de su autor a partir de dos piedrecillas que encontró unidas en el campo.

En “Óvalo con puntas” (1968-70) combina elementos antropomórficos con formas procedentes de la naturaleza así como contornos redondeados con puntos afilados enfrentados entre sí pero que nunca llegan a tocarse.

“Formas conectadas reclinadas” (1969) explora una forma exterior encerrada en otra interior, uno de los temas favoritos de Moore, y “Figura reclinada”, elaborada en 1982 cuando tenía 84 años sobre otro de sus motivos recurrentes, completan la muestra.

“Es una gran ocasión para gozar de la belleza enigmática” y compartir “el sentimiento de libertad” de uno de los grandes creadores del arte contemporáneo en un contexto “natural” y “privilegiado” como San Sebastián, ha explicado Elisa Durán.

A través de un “lenguaje de formas y contornos vivos inspirados en la naturaleza” las obras suponen una “rotunda afirmación de la humanidad”, ha señalado.

Aunque Henry Moore visitó España una sola vez en un viaje en moto con amigos en 1934 en el que conoció las cuevas de Altamira, que definió como “Real Academia del Arte Rupestre”, Madrid y Toledo, el arte español generó en él una “huella indeleble”, ha asegurado Barassi.

Su visita al estudio de Pablo Picasso en París cuando pintaba el “Guernica” en 1937 marcó también al artista británico que tuvo siempre en el pintor malagueño uno de sus referentes.

La referencia al Guernica, según ha explicado Barassi, vincula a Moore con el País Vasco, ya que el único lugar de España que cuenta con una escultura al aire libre de este artista es Gernika, donde “Gran figura en un refugio”, instalada en 1990, comparte espacio en la Plaza de los Pueblos Europeos con una pieza de Chillida.

Las conexiones artísticas entre ambos escultores son conocidas, ha indicado Barassi, quien ha recordado que tras visitar el estudio del escultor británico, Chillida aseguró que éste “trabajaba sobre el pellejo de la realidad”.

Moore “hubiera estado encantado” de ver la ubicación de seis de sus monumentales bronces en un enclave en el que puede establecer conexión con el “Peine del Viento”, de Chillida y “Construcción Vacía”, de Jorge Oteiza.