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Los municipios de una de las comarcas más envejecidas de Castilla y León, preocupados por la llegada de residentes en Madrid

Uno de los 62 núcleos rurales de la comarca de Aliste (Zamora)

Ángel Villascusa

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“De momento no me he encontrado con nadie que viva en Madrid. Espero que siga así”, bromea Vanesa Mezquita, alcaldesa de San Vitero, uno de los municipios de la comarca zamorana de Aliste. En los últimos días, regidores y médicos, han comprobado cómo varios de los vecinos de estas zonas que viven en Madrid y tienen una segunda residencia han vuelto a los pueblos, incumpliendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias y políticas.

Esta zona de Castilla y León es, según explican varios de sus alcaldes, una de las más envejecidas y dispersas de todo el país. “Alrededor del 70% de la población tiene más de 70 años”, indica el alcalde de Rabanales, Santiago Moral. Esta particularidad pone en riesgo a los vecinos, que podrían contagiarse. Aunque se ha pedido desde redes sociales que aquellos que viven en Madrid no se desplazasen, estos se lo han tomado “a la bartola”, dice el regidor.

La situación les preocupa. La sanidad pasa por una situación delicada en estas zonas. A principios de este mes, la Junta de Castilla y León estrenó un nuevo sistema asistencial basado en las consultas a demanda, para garantizar el acceso a la sanidad de los vecinos. La llegada de más personas al sistema no sólo preocupa porque el modelo no está pensado para un volumen tan alto de personas, también porque, quienes han venido de los focos de contagio pueden poner en riesgo la vida de los vecinos.

“Mi municipio tiene un 60% de población con más de 70 años”, señala Moral. “Como alcalde tengo pánico por lo que pueda pasar. Hay 40 vecinos que pueden ser considerados pacientes de riesgo”, se lamenta por teléfono. Muchos de quienes están volviendo a sus pueblos de origen son estudiantes o jóvenes residentes en Madrid, pero también hay quienes tienen una segunda residencia en Aliste y han decidido aprovecharla para huir de la capital, el principal foco de contagio de todo el país.

Tomás, uno de los médicos que pasan consulta en Alcañices, el centro de salud de la Zona Básica de Aliste, está preocupado por la situación, pero reconoce con cierta impotencia que poco pueden hacer para cambiar la situación. “No podemos obligar a que no se muevan”, asegura. “Es triste que hayan tomado la decisión de venir. No se si no eran consciente de la gravedad de venir a una zona tan envejecida”.

Tomás atiende al diario.es por teléfono. Aunque está pasando consulta, en los últimos días las visitas al médico se han reducido. Ahora, reconoce, la llegada de personas que pueden estar afectadas ha cambiado la actitud de los vecinos. “Hasta antes de ayer había una sensación de seguridad, porque pensaban que era difícil que llegase el virus a los pueblos. Ahora han dado cuenta de que, al haber venido gente de fuera, la posibilidad existe y tienen que ser muy cuidadosos”.

“Es verdad que gracias a los medios de comunicación los vecinos conocen las medidas básicas de higiene. Ahora tenemos que recordárselas”, explica. En el Centro de Salud de Alcañices están preparados, conocen los protocolos y están a la espera de que pudieran surgir casos. Dese la Consejería de Sanidad se les ha pedido que si hay posibles pacientes que no estén graves, se les recomiende volver a sus casas. “Nosotros les llamaríamos para ir comprobando, a distancia, la temperatura y la evolución de la enfermedad.

Sin embargo también hay casos de vecinos viviendo en Madrid que han actuado de manera responsable. Javier Faúndez, alcalde de Trabazos, asegura haber recibido llamadas de personas que le han comunicado que se quedaban en Madrid. Para Faúndez es importante no caer en la psicosis ni estigmatizar a quien viene de fuera, aunque tampoco cree que hayan tomado la decisión más acertada. Los alcaldes alistenses coinciden en mantener la calma y tomar precauciones hasta que pasen unas semanas. “No podemos permitirnos que la España Vaciada deje de existir”, dice Moral.

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