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Marruecos detiene indiscriminadamente a migrantes subsaharianos en el Sáhara para someterles a test de COVID-19

Test de COVID-19 los migrantes subsaharianos de forma indiscriminada.

Sonia Moreno

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Las autoridades marroquíes están deteniendo de forma masiva e indiscriminada a personas de origen subsahariano en El Aaiún, capital del Sáhara Occidental, a los que encierran en centros de internamiento para someterles a test de COVID-19. “No hay agua. Les pedimos que nos traigan bidones al menos para lavarnos, porque en el baño no hay agua. No comemos. Nos dan un pan y hay que esperar hasta la noche para comer otro pan”, explica un migrante de origen subsahariano encerrado este viernes, después de que la policía irrumpiese en su casa.

Los agentes desconocen si las personas a las que detienen han estado en contacto con un positivo o si presentan síntomas, sino que han convertido a todo migrante subsahariano en sospechoso de estar contagiado. Aunque las fuerzas de seguridad marroquíes encerraban desde el inicio de la pandemia en centros de internamiento a personas migrantes que se encontraban en la calle con el objetivo de que estos cumpliesen el confinamiento, ahora han dado un paso más.

Desde la semana pasada, los agentes detienen y encierran a personas de África subsahariana con el objetivo de someterles a pruebas PCR, tras la detección de 25 contagios entre los 68 ocupantes de dos pateras que partieron de El Aaiún con destino Fuerteventura la semana pasada -todos ellos fueron identificados en la isla y se encuentran siguiendo su cuarentena-. Una tercera embarcación fue rescatada en la costa de Tarfaya, a 85 kilómetros de El Aaiún, y 37 personas dieron positivo en el test de coronavirus.

Algunos de los contagiados trabajaban en un empresa de conservas en el puerto de El Aaiún, conocido como 'La Playa', donde se ha localizado un brote. A pesar de que en los últimos días se detectaron 168 casos de la COVID-19, solo 24 son personas de origen subsahariano.

Los encierros han despertado protestas en algunos de estos centros. “Ayudadme, voy a morir. Los militares nos tienen encerrados aquí, nos obligan a tomar comprimidos, dicen que es para el corona. Yo no tengo corona, me están forzando a morir, ayudadme”, denuncia en un vídeo una mujer encerrada con sus hijos desde hace dos semanas.

Marruecos ha pasado a hacer redadas en las casas donde suelen vivir los migrantes. En varios vídeos enviados a las organizaciones y compartidos en las redes sociales se puede ver cómo los sacan de sus casas y los meten en furgonetas sin atender a las medidas de distanciamiento social necesarias para evitar el contagio. Tampoco tienen en cuenta si han guardado la cuarentena.

“Estaba en casa durmiendo y vinieron por la noche a cogerme. Cuando salí, me dijeron que subiera para poder hacerme el test de coronavirus y que podría volver pasado mañana. Desde que llegamos no comemos nada más que pan. Encima de eso estamos cerrados aquí y no tenemos el derecho de salir a comprar lo que queramos. No podemos lavarnos, y llevamos con la misma ropa desde hace cinco días”, relata con un hilo débil de voz un migrante desde Tarfaya.

El Gobierno marroquí ha creado dos centros de internamiento en una escuela y otro local desde que comenzó la pandemia. “El dolor de los migrantes subsaharianos continúa en El Aaiún en lugares de encierro ilegales donde viven condiciones muy difíciles”, denuncia Omar Naji, presidente de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) en Nador. Además, advierte que el mismo procedimiento se extiende a otras localidades del país; en Rabat desde hace dos días están haciendo redadas en las casas.

Aunque el número de detenidos cambia cada día, el colegio Dsira de El Aaiún mantenía retenidas este jueves a 55 personas. A las puertas de este centro se agolparon otros migrantes en una protesta que terminó en enfrentamientos con la intervención de agentes antidisturbios. Al menos “un senegalés resultó herido”, según explica otro de los detenidos.

Discurso xenófobo

“Cuando hay un grupo racializado que hace algo, la culpa se extiende a todo el grupo. Si un migrante africano negro tiene coronavirus, entonces van a hacer redadas en todos los barrios de migrantes y confinarlos. Pero si un europeo blanco tiene coronavirus, no van a hacer lo mismo con todos los europeos. Treinta migrantes que llegaron a España tienen coronavirus, pero ¿cuántos casos había en España antes? ¿Y por eso empiezan a violar los derechos humanos de gente que se encuentra en una situación precaria?”, denuncia a eldiario.es Cynthia Magallanes-González, estudiante de doctorado en la universidad de Michigan, que ha trabajado en Marruecos en los últimos cuatro años investigando los flujos migratorios.

“Los contagios están llevando a la discriminación y al racismo con la población migrante subsahariana a la que se refieren como africanos. Incluso hubo una pelea en el empresa de conservas de pescado entre marroquíes y subsaharianos acusando a estos últimos de traer la COVID-19”, explica a eldiario.es Ahmed Brahim de 'Equipe Media'.

El miedo y el discurso racista que empieza a extenderse en la región queda reflejado en un mensaje de un conductor de Tarfaya, que al encontrarse en la carretera a un grupo de personas migrantes subsaharianas a pie, alerta del peligro de contagio y hace un llamamiento para que se difundan sus palabras y lleguen a las autoridades locales: “Están viniendo a pie de Guelmim a Tan-Tan, y son ellos los culpables de los casos que hubo en El Aaiún. Que dios nos proteja, si alguno de ellos consigue llegar a Tantan vamos a contagiarnos todos del virus. Por favor compartid este audio”.

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