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El caso Vinícius desata la indignación y condenas en todo el mundo, desde Brasil hasta Bruselas pasando por Washington

Protesta contra los ataques racistas a Vinícius Jr. frente al consulado de España en Sao Paulo (Brasil).  EFE/ Isaac Fontana

Francesca Cicardi

Madrid —

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Estados Unidos es el último país que se ha sumado a las condenas internacionales por el caso del futbolista del Real Madrid, Vinícius Junior, contra el que dirigieron el pasado domingo cánticos racistas en el estadio del Valencia, calificados de “terribles” por el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Matthew Miller.

La Administración del presidente Joe Biden, que ha firmado recientemente con Brasil una declaración sobre una acción conjunta contra la discriminación racial y étnica, condena “el racismo en todo el país, en todo el mundo, donde quiera que se produzca, incluido el deporte”.

Precisamente, el primer Gobierno que levantó la voz por lo ocurrido y que ha tomado más acciones es el de Brasil, cuyo presidente expresó su solidaridad con Vinícius -“posiblemente, uno de los mejores jugadores del mundo”, en palabras de Luiz Inácio Lula da Silva-, nada más y nada menos que en la cumbre del G7 celebrada en Japón. Ante las mayores economías del mundo, denunció que el jugador “fue llamado 'mono'”. “No es posible, en pleno siglo XXI, tener un prejuicio racial tan fuerte en tantos estadios de fútbol. Es injusto que un pobre chico a quien le ha ido tan bien en la vida sea insultado en cada estadio en el que juega”.

La ofensiva diplomática de Brasil

“Es importante que la FIFA, la Liga española, las ligas de otros países tomen medidas, porque no podemos permitir que el fascismo y el racismo se instalen dentro de los estadios de fútbol”, agregó en su comparecencia al término de la cumbre.

Desde entonces, varios de sus ministros han tomado cartas en el asunto, como el de Deportes, que pidió “tomar en consideración la gravedad de los hechos” porque el de Vinícius es “otro episodio inaceptable en España”. “El Gobierno brasileño lamenta que, de momento, no se hayan tomado medidas eficaces para evitar que se repitan estos actos racistas”, por lo que pidió al Ejecutivo español y las autoridades deportivas que tomen todas las medidas para castigar a los culpables y prevenir que se repitan estos hechos.

Incluso, el Ministerio de Justicia había amenazado con aplicar el principio de extraterritorialidad, una acción que Brasil contemplaba en caso de que hubiese una “omisión” por parte de las autoridades españolas a la hora de perseguir a los que insultaron a Vinícius. El titular de Justicia, Flávio Dino, descartó esa posibilidad después de los arrestos esta semana en relación con el caso, pero no dejó de mencionarlo en una reunión telemática con la comisaria europea de Interior, Ylva Johansson.

También el Ministerio de la Igualdad Racial de Brasil ha tomado partido y ha hecho una declaración conjunta con el de Igualdad español, en la que expresan “su solidaridad incondicional con Vini Jr., así como con todos y todas las deportistas, profesionales o no profesionales, que experimentan cada día la violencia racista en el ámbito deportivo”. En el texto, emitido dos días después de los insultos al jugador brasileño, los Ministerios afirman que “las actitudes racistas, machistas y fascistas dentro y fuera de los campos de fútbol son intolerables en una democracia” y recuerdan que los Gobiernos de España y Brasil han firmado un Memorando de Entendimiento para la promoción de la igualdad racial y la lucha contra el racismo, la discriminación racial y otras formas conexas de intolerancia.

Este miércoles, el canciller brasileño, Mauro Vieira, ha declarado ante una comisión parlamentaria que Brasil y España mantienen un “contacto permanente” para encontrar fórmulas que terminen con el racismo en el deporte. Según el titular de Exteriores, en los últimos días ha conversado telefónicamente sobre el asunto con el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, quien ha negado que España sea un país racista y ha repudiado lo ocurrido, que no refleja “las características de la sociedad española”.

Albares ha afirmado desde Valencia que “España es un país tolerante, la inmensa mayoría de la sociedad española es tolerante y antirracista. Durante muchos años ha sido país de emigración y acoge con naturalidad a quien llega aquí”. En unas declaraciones, recogidas por Europa Press, ha defendido que en España “hay un sistema perfectamente diseñado para actuar en estos casos y está actuando con celeridad”.

Las instituciones internacionales miran hacia España

Si bien la actuación de las autoridades españolas ha sido bienvenida, el accidente en Mestalla ha hecho saltar todas las alarmas de la comunidad internacional. El alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, ha destacado que la reacción de España ha sido “enérgica”, con rápidas detenciones de presuntos autores de los insultos, pero ha pedido a los organizadores de eventos deportivos que pongan en marcha “estrategias para evitar el racismo en el deporte”, según la Agencia EFE.

“Se necesita mucho más para erradicar la discriminación racial, y debe empezarse escuchando a las personas afrodescendientes, involucrándolas y dando pasos reales para atender sus principales preocupaciones”, ha dicho en una rueda de prensa en Ginebra.

Türk incluso ha relacionado los ataques a Vinícius con el asesinato hace tres años de George Floyd en EEUU, señalando que “está claro que no se resolverá el problema de la brutalidad policial contra afrodescendientes hasta que no lidiemos con el problema más amplio de las manifestaciones sistemáticas de racismo que permean cada aspecto de nuestras vidas”. En su cuenta de Twitter, ha homenajeado a Floyd y ha aprovechado para lanzar un mensaje contra el odio y todas las formas de discriminación.

También el vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, ha mostrado a través de esa red social su “apoyo total” al jugador brasileño, subrayando que “en nuestra sociedad no hay sitio para el racismo - dentro o fuera del campo de juego”. Schinas ha escrito que “el modelo deportivo europeo debe servir de brújula para luchar contra la discriminación donde y cuando ésta asome la cabeza”.

El comisario griego mencionó un tuit de Vini Jr. con una foto del Cristo Redentor de Río de Janeiro, que apagó sus luces en solidaridad con el futbolista, quien se dijo “emocionado” por este gesto simbólico, que ha dado la vuelta al mundo.

Por su parte, la plataforma del Consejo de Europa que promueve la protección del periodismo ha emitido una alerta por el acoso a la periodista deportiva española María Morán, tras haber preguntado al entrenador del Real Madrid, Carlo Ancelotti, si Vinícius se merecía una tarjeta roja.

La periodista ya había denunciado ante la Policía Nacional los comentarios, insultos y amenazas recibidas en las redes sociales y ahora recibe el respaldo de la institución europea, cuyo cometido es alertar al Consejo de Europa, para que pueda tomar medidas cuando sea necesario, al tiempo que busca identificar tendencias y proponer respuestas políticas para promover la libertad de prensa. En base a las alertas emitidas, los Estados miembros deben actuar y abordar los problemas, e informar posteriormente a la plataforma.

La ONG Amnistía Internacional (AI) también se ha pronunciado este jueves sobre el caso Vinícius y el racismo en España: “algo está fallando cuando los últimos datos indican la tendencia ascendente de normativas, prácticas y comportamientos racistas y xenófobos en los últimos años, y seguimos sin un compromiso claro para luchar contra el racismo y la discriminación en todas sus manifestaciones y en todos los ámbitos”.

“Ojalá en esta ocasión la sociedad española se despoje de la hipocresía imperante y enfrente la realidad, sus prejuicios y estereotipos discriminatorios”, desea la organización en un comunicado. “Sólo admitiendo que en España hay racismo y xenofobia –comenzando por el reconocimiento por parte de las autoridades de racismo institucional- (...) se demostrará si hay verdadera voluntad política para realizar una revisión profunda de la legislación, las políticas y las prácticas”, afirma AI.

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