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Las mujeres que no quieren habitar el miedo

Paula San Millán

Periodista de la Fundación porCausa —

Desplazadas, maltratadas y violadas y sin tener ningún sitio a donde ir, han encontrado refugio en este espacio fundado por la activista Patricia Guerrero, quien ahora pide a la alcaldesa Manuela Carmena que la ciudad de Madrid se hermane con la Ciudad de las Mujeres.

Esta petición toma la forma de una carta abierta dirigida a la alcaldía de la capital española y una recogida de firmas, iniciada por la Fundación porCausa, que ya ha encontrado más de 800 apoyos. “Cuando hablamos de hermanar La Ciudad de las Mujeres con la ciudad de Madrid, lo que queremos en crear un lazo filial sobre las ideas de desterrar la violencia de nuestras vidas”, explica Patricia Guerrero. “Las mujeres no podemos continuar habitando en el miedo, en el miedo de no poder volver a casa sin haber sido abusadas, violadas y madrugar de nuevo a trabajar sin la esperanza de cambios verdaderos en nuestras vidas. Una vida libre de violencia necesita ciudades en donde la violencia no se tramite a través de los cuerpos de las mujeres”, añade.

A la campaña de apoyo se han sumado mujeres conocidas como la cantante Soledad Giménez, la actriz Mabel Lozano o la periodista Marta Nebot. Compañeras del Colectivo de Mujeres Cineastas también han respaldado la propuesta. La guionista Virginia Yagüe asegura que “ante el abuso y las injusticias que sufren las mujeres, la respuesta solidaria y de apoyo por parte de las propias mujeres, estamentos y organismos ha de ser contundente y decisiva”. “No queremos un mundo insolidario y deshumanizado que pase una factura especialmente brutal a mujeres como las compañeras desplazadas en Colombia. Reclamamos igualdad, seguridad y derechos universales. Por ellas y por nosotras mismas”, reclama Yagüe.

Patricia Guerrero fundó la Liga de Mujeres Desplazadas en 1999, una organización que afronta el problema del desplazamiento forzado de las mujeres por el conflicto armado colombiano y la violencia sexual que radica en él.

En 2004, empezó a construir la Ciudad de las Mujeres con la intención de crear un lugar seguro en el que poder asistir y asesorar a las víctimas. Hoy en día, este espacio, situado en el municipio de Turbaco, cuenta con un centenar de viviendas además de una escuela y un centro comunitario y asiste a más de 800 personas. Entre ellas también hay hombres pero estos han de aceptar la ley de las mujeres: la de la no violencia.

El hermanamiento que propone Guerrero representa la unión solidaria de sus habitantes, el estrechamiento de vínculos culturales. Madrid ya se encuentra hermanada con más de 40 ciudades, entre las que se hallan ciudades europeas como Lisboa y Bruselas, estadounidenses como Nueva York o Miami (la última en hermanarse, en el año 2014) y latinoamericanas como Ciudad de México, Bogotá o La Habana. Este hermanamiento no sería simplemente un vínculo entre ciudades, sino entre mujeres y todo el que las apoye. Patricia Guerrero se pregunta: ¿quién separa a las mujeres a día de hoy?, ¿por qué no podemos hermanarnos?, ¿quién nos lo impide?“.

El Ayuntamiento no ha emitido una respuesta todavía, pero fuentes municipales apuntan que actualmente la figura del hermanamiento está en desuso, aunque considerarán la petición de Guerrero, puesto que es una iniciativa a la que se sienten muy próximos.

La Ciudad de las Mujeres no es solo un espacio, es una comunidad. Una entidad que merece reconocimiento internacional y toda nuestra solidaridad para poder luchar por la igualdad de la única manera posible: juntas. Es por eso por lo que estrechar lazos es tan importante, para abrir nuevas oportunidades y poder seguir combatiendo la violencia sistémica y machista.

Desplazadas, maltratadas y violadas y sin tener ningún sitio a donde ir, han encontrado refugio en este espacio fundado por la activista Patricia Guerrero, quien ahora pide a la alcaldesa Manuela Carmena que la ciudad de Madrid se hermane con la Ciudad de las Mujeres.

Esta petición toma la forma de una carta abierta dirigida a la alcaldía de la capital española y una recogida de firmas, iniciada por la Fundación porCausa, que ya ha encontrado más de 800 apoyos. “Cuando hablamos de hermanar La Ciudad de las Mujeres con la ciudad de Madrid, lo que queremos en crear un lazo filial sobre las ideas de desterrar la violencia de nuestras vidas”, explica Patricia Guerrero. “Las mujeres no podemos continuar habitando en el miedo, en el miedo de no poder volver a casa sin haber sido abusadas, violadas y madrugar de nuevo a trabajar sin la esperanza de cambios verdaderos en nuestras vidas. Una vida libre de violencia necesita ciudades en donde la violencia no se tramite a través de los cuerpos de las mujeres”, añade.