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Los 15 días en los que un paro del transporte ha puesto en apuros a la industria y a la cesta de la compra

Transportistas aparcados en el Polígono Industrial-Parque Logístico Barral la semana pasada en San Fernando de Henares, Madrid.

Cristina G. Bolinches

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“Hemos vivido dos semanas de protestas alimentadas por medias verdades, por muchas mentiras y aún más demagogia”. Así resume un transportista, que no ha respaldado el paro patronal que comenzó el pasado 14 de marzo, cómo han ido alimentándose unas protestas, inflamadas por los problemas que vive el sector, sobre todo por el coste del combustible.

Dos semanas de paros, de incidentes y de maratonianas reuniones entre sector –una parte– y Gobierno que han tenido como protagonistas a una asociación hasta ahora prácticamente desconocida y a su principal portavoz. Se trata de 'Plataforma para la defensa del sector de transporte de mercancías por carretera nacional e internacional', o Plataforma Nacional, como prefiere denominarse la convocante de los paros, y Manuel Hernández, su presidente.

“A Manuel, sin las redes sociales, no lo hubiera conocido nadie. Este ha sido un paro que ha ido creciendo gracias a sus vídeos en Facebook, engordado por el cabreo generalizado por el gasóleo”, recalca, “y por un Gobierno que reaccionó demasiado tarde porque pensó que no iba a ser para tanto”.

Tras más de 15 días de protestas, los paros parecen ir desinflándose, aunque Plataforma los mantiene. A principios de esta semana, la circulación por las carreteras españolas de vehículos pesados rozaba el 95% de un día normal, sin paros, cuando la semana pasada rondaba el 70%. Este miércoles ya alcanzaba el 98%.

La industria reconoce que después de dos semanas muy complicadas, con problemas para que llegasen insumos y para sacar sus productos de las fábricas, empieza a vislumbrar la normalidad, aunque lentamente. Costará, indican, recuperarse de las pérdidas de las últimas jornadas: solo el sector de los supermercados las cifró en 130 millones de euros diarios.

Este miércoles, la mayor asociación del sector, la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM), lamentó  las “pérdidas millonarias” que han ocasionado las actuaciones de los piquetes del paro de transportistas. Reparar una rueda pinchada o rajada, aseguró, cuesta 600 euros; cada luna, 500.

¿Qué es Plataforma y quién es Manuel Hernández?

La Plataforma convocante de los paros indefinidos en el transporte se ha convertido en protagonista de las últimas semanas, prácticamente en igual medida que su presidente, Manuel Hernández, quien ha ido marcando el paso de los paros a golpe de vídeos en redes. De hecho, este miércoles, al tiempo que la protesta perdía fuelle y se especulaba con un cese del paro, la Plataforma publicaba en su web que “solamente se darán por válidas las declaraciones del presidente mediante vídeos editados por el mismo”.

Hernández comenzó a despuntar a mediados del 2021, cuando empezó a ser activo en redes y a reclamar que el sector del transporte tenía que “hablar en los bares y los muelles”. Aparecía como presidente de Plataforma, una asociación activa desde hace casi 15 años (se creó en 2008), formada por camioneros de Lugo y de Albacete. 

El líder de Plataforma es de la localidad albaceteña de Hellín, pero su nombre no aparece entre los miembros constituyentes de la asociación. Esta asegura que echó a andar como escisión de asociaciones que formaban parte del Comité Nacional de Transporte por Carretera (CNTC) –el representante oficial del sector– y que buscaban dar “un toque de atención a los directivos” de ese comité.

Plataforma está registrada como asociación desde mayo de 2008, según consta en el Ministerio del Interior. Y solo unas semanas después de crearse, en junio de ese año, fue una de las organizaciones más activas del paro de los transportistas que, con José Luis Rodríguez Zapatero en Moncloa, paralizó carreteras y vació supermercados. Entonces, Plataforma, como ahora, fue la última en apearse de los paros.

“La asociación estaba prácticamente desaparecida, pero Manuel la reactivó, en estas semanas. En sus vídeos, ha dicho lo que la mayoría del sector quería escuchar, hasta peticiones que son imposibles, como que nos pongan tarifas mínimas, y se ha convertido en una estrella”, asegura uno de los integrantes del Comité. “Es muy sencillo. Este sector no puede trabajar con precios mínimos porque los prohíbe la Unión Europea, los teníamos hasta 1992, pero se prohibieron”, insiste otra fuente del CNTC, que también prefiere ser anónima.

El papel de Plataforma y de Manuel Hernández fue en aumento con la convocatoria del paro indefinido. Este se decidió en una asamblea en el madrileño Palacio de Vistalegre, el pasado 5 de marzo. Desde entonces, Hernández ha reclamado constantemente reunirse con el Ministerio de Transportes, arrogándose la representatividad del sector. 

Hernández, que no ha respondido a la solicitud de elDiario.es para hablar con él, tuvo (ya no) camiones en propiedad, según indican distintas fuentes. Tanto él como la empresa familiar, Transportes Manolin e Hijos SL, se declararon en concurso de acreedores a finales de 2018. “Y qué más da si le ha ido mal su empresa y la cerró. A mí también me va mal la mía, como esto siga así, acabaré quebrando como él”, aseguraba el pasado viernes Francisco, uno de los camioneros que se manifestaron en Madrid.

El responsable de Plataforma sí figura en el registro de transportistas del Ministerio de Transportes, pero la empresa está extinguida. En el año anterior a cesar su actividad, contaba con un patrimonio neto de 68.431,17 euros y un pasivo de 284.106 euros. De esta última cifra, casi 190.000 euros eran deudas con entidades de crédito. En ese ejercicio de 2017, la empresa ingresó 812.208 euros, tuvo un beneficio de 22.255 euros y solo contaba con una persona en plantilla, una mujer, según su memoria anual.

En estas dos semanas se ha hablado mucho de la vinculación de Plataforma y del propio Hernández con Vox y con la extrema derecha, incluida una foto en la que el transportista aparece junto a miembros de esa formación política y de una cofradía de Hellín, que publicó en Twitter el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique. Hernández no ha aclarado si forma parte de Vox, de la cofradía o de ambos.

Él ha asegurado en distintos medios que su asociación no está ligada a un movimiento político, pero en la manifestación del viernes sí hubo banderas de Solidaridad, el sindicato de Vox –aunque no eran mayoritarias– y la formación de ultraderecha ha respaldado la protesta.

Lo que sí ve claro el sector del transporte es que Hernández va a aprovechar el respaldo para hacer crecer su organización, captar afiliados y restar representatividad a otras asociaciones.

Un problema de coyuntura y otro de base

Ceñir el problema de los transportistas, de los camioneros, a las reivindicaciones de Manuel Hernández y de Plataforma no refleja exactamente la realidad de un sector donde hay mucha más marejada y mar de fondo.

En estas dos semanas, el sector ha hecho patente su división y sus problemas de representatividad y de interlocución con el Gobierno. Así se vio el lunes 21, cuando el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana selló un acuerdo con el Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC) para inyectar 500 millones de euros a los operadores a través de bonificaciones a la compra de combustible. Fue el primer gran intento de frenar la protesta.

El acuerdo se convirtió en papel mojado en minutos, porque varias asociaciones que integran ese Comité –y que habían firmado el acuerdo tras horas de reunión con la ministra Raquel Sánchez– se descolgaron, argumentando que no era suficiente, y provocando malestar en el Gobierno, que había vestido al CNTC como único órgano legítimo y la 'voz' oficial del transporte.

Ese Comité Nacional del Transporte por Carretera es el órgano oficial de representación de un sector que tiende históricamente al asociacionismo y donde más del 80% de los camioneros son autónomos. Es el mismo órgano que planteó un paro a las puertas de la última Navidad, que se desconvocó tras un acuerdo con el Gobierno para mejorar sus condiciones de trabajo y que, visto lo visto, no calmó al sector. 

El CNTC se elige periódicamente, cada cuatro años (acaba de reelegirse hasta 2025) y en él no está Plataforma porque, según diferentes fuentes, hasta ahora no ha tenido avales suficientes. Para formar parte del CNTC, las asociaciones tienen que cumplir dos condiciones: que la suma de sus socios sea, al menos, el 6% de los afiliados al conjunto de asociaciones que formen parte de la sección del Comité que se trate; o bien que sus socios sean titulares de, al menos, el 6% de las autorizaciones que correspondan al conjunto de los afiliados de las asociaciones que integran la sección.

“Luego, el Ministerio comprueba esos datos, manda cartas a los afiliados para comprobar que lo son y, si mientes, te los restan”, explica un integrante del CNTC al justificar por qué tienen la representación de los camioneros.

Actualmente, las asociaciones más representativas son Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM), Fenadismer, Fetransa y Feintra. Estas tres últimas fueron las que se descolgaron del acuerdo sellado el lunes 21, aunque parte de sus integrantes, en su mayoría autónomos, ya se habían sumado a los paros, bien por convicción, bien por miedo a sufrir daños en sus vehículos.

Sin embargo, Plataforma, sin estar en él –no puede entrar antes de 2025– ha marcado el paso y ahondado en las diferencias en el sector, atribuyéndose el éxito de unos paros que, según las empresas cargadoras –las que contratan transportistas para llevar sus mercancías–, ha sido un “problema de Estado”.

Una manifestación crítica y un acuerdo que ha calmado los ánimos

Precisamente, la presión de la industria por los daños económicos y el cese de producción en un momento de crisis como el actual con una guerra a las puertas de la Unión Europea hicieron saltar las alarmas, obligaron a acelerar las reuniones con el CNTC y llevaron al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a prometer que si no se llegaba a un acuerdo, nadie se levantaría de la mesa; aunque en esa mesa no estuviesen los convocantes.

El viernes 25, a las 2 de la mañana, el Ministerio de Transportes y el CNTC llegaron a un acuerdo en el que, básicamente, se prometió al sector bonificaciones a la compra de carburante, hacer mensual en lugar de trimestral la devolución parcial del Impuesto sobre Hidrocarburos por consumo de gasóleo profesional y, sobre todo, ayudas directas. En total, 450 millones de euros, a razón de 1.250 euros por camión o 500 por furgoneta.

Ese acuerdo no fue bastante para Plataforma y para parte del transporte, que también reclama un cambio en el modelo de organización del sector que evite la contratación a pérdidas. Por eso, el viernes mantuvo la manifestación convocada en Madrid y los paros.

“Han intentado parar la circulación más abajo del Ministerio, en Gregorio Marañón, querían cortar la Castellana, pero cuando se han enterado de que la ministra iba a reunirse con ellos se han dado la vuelta”, explicaba a elDiario.es uno de los policías que vigilaban la marcha.

Ese cambio de criterio de la ministra Raquel Sánchez, que tras haber rechazado varias veces reunirse con Manuel Hernández –por no ser la voz oficial del sector– aceptó verlo, amortiguó las críticas. “También nosotros vimos bien que le explicara el acuerdo al que llegamos de madrugada, a ver si lo convencía”, indican desde el CNTC. Sin embargo, tras esa reunión Hernández afirmó que el paro seguía en marcha.

Unos días después, la normalidad parece volver a las carreteras y puertos. En parte, aseguran transportistas, porque las cuentas y las finanzas “no están para seguir sin trabajar y perder clientes”. También, porque algunos autónomos con trabajadores a cargo y empresas en paro habrían dado dos semanas de vacaciones a los empleados, coincidiendo con las movilizaciones. Y los 15 días ya se han cumplido.

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