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Propaganda nazi en la 'casa' de Mercedes-Benz contra un trabajador de origen turco y musulmán

Sede de Central de Mercedes Benz en Stuttgart

Aldo Mas

Berlín —

Centro Automóvil es una organización sindical muy pequeña, pero está dando mucho que hablar estos días en Alemania. No ha pasado desapercibida su última campaña en defensa de dos trabajadores que acosaron a otro compañero durante meses en un centro de producción en Stuttgart del fabricante de coches germano Daimler, empresa responsable de marcas como Smart o Mercedes-Benz. Ese mobbing les costó el empleo. Fueron despedidos de inmediato tras saberse en la compañía lo que estaban haciendo.

Un vídeo dedicado a esos dos empleados firmado por Centro Automóvil suma ya más 100.000 visitas en Internet. En esa suerte de documental titulado Der Vertrauensmann o “El enlace sindical”, una producción que dura 35 minutos, se defiende como si fueran víctimas a la pareja de trabajadores que perdieron sus empleos tras haber acosado durante meses a un compañero de origen turco y musulmán. Entre otras cosas, le enviaron vía Whatsapp mensajes de contenido islamófobo, contra los demandantes de asilo y en los que aparecen el propio Adolf Hitler o soldados del III Reich.

En una de las dos sentencias salidas en primera instancia de la Magistratura Laboral de Stuttgart –que por el momento han dado la razón a Daimler frente a los empleados despedidos– se describe uno de esos mensajes. Se ve a un soldado alemán en una imagen de tiempos de la Segunda Guerra Mundial con una ametralladora. En la imagen, un texto reza: “El procedimiento de asilo alemán más rápido rechaza 1.400 solicitudes por minuto”. Esa imagen es conocida en los círculos de la ultraderecha y la extrema derecha germanas. Al compañero acosado se le llegaron a enviar desde fotos de Hitler hasta de muñecos de nieve haciendo el saludo nazi. En otra imagen se observa una bandera con una esvástica rodeada por el mensaje: “Si esta bandera te molesta, te ayudo a hacer las maletas”. En otro mensaje se lee: “Construimos un musulmán. Fuera el cerebro. Mierda dentro”.

Con ese tipo de mensajes, enviados con oscuros fines por los dos empleados que ahora defiende Centro Automóvil, se produjo lo que, en primera instancia, el juez ha visto como una “ofensa masiva” extendida “durante varios meses”. En Der Vertrauensmann el envío de esos mensajes queda descrito como un comportamiento de críos “en la guardería”, según los testimonios de uno de los participantes en esa producción audiovisual de Centro Automóvil. La identidad del trabajador acosado no ha trascendido. A día de hoy, todavía está amenazado.

Los hechos, de los que ha dado cuenta la cadena de televisión Das Erste y el semanario Stern, datan de 2018, pero el caso ha llegado ahora a los tribunales y las decisiones de los jueces que están respaldando a la empresa en su decisión de despedir a los dos empleados.

El sindicato de un antiguo músico neonazi

IG-Metall, el sindicato mayoritario de la metalurgia alemana y referente en firmas como Daimler, también lucha estos días para frenar los ataques que le lanza Centro Automóvil. Esta organización, liderada por Oliver Hilburger, un exmúsico neo-nazi, está aprovechando el despido de los dos empleados para denunciar lo que él llama “la corrupción diaria de los sindicatos tradicionales”.

En el caso de los dos despedidos, su organización reprocha a IG-Metall haber introducido a “enlaces sindicales” en la empresa para, entre otras cosas, espiar y vigilar a los empleados. El propio Hilburger, que aparece como una de las principales figuras del documental Der Vertrauensmann, alude al caso como un “escándalo”. En IG-Metall han tachado la producción de Centro Automóvil de “propaganda”.

Con mensajes contra el establishment sindical, y en el actual contexto de auge político de la ultraderecha en las democracias occidentales, organizaciones como Centro Automóvil han ganado mucha visibilidad en Alemania. “Las listas de representantes sindicales de ultraderecha están presentes en nueve de cerca de 11.000 comités de empresa, según nuestros cálculos”, dice a eldiario.es un portavoz de IG-Metall.

De acuerdo con las estimaciones de esta organización de trabajadores, los liberados sindicales de ultraderecha pueden representar un 5% del total existente. En Daimler, Centro Automóvil cuenta con 11 representantes sindicales de un total de 755, de acuerdo con las cuentas de Michael Brecht, máximo representante sindical en el consorcio.

La empresa como un “motor de la integración”

Sin embargo, el carácter marginal de organizaciones como Centro Automóvil no las hace menos importantes. Porque visto está que tienen capacidad de perturbar la vida en la empresa, especialmente en un sector golpeado por el escándalo del 'dieselgate' y en el que el desarrollo de la movilidad eléctrica genera muchos interrogantes. “Los populistas de ultraderecha están alimentando la inseguridad y el miedo. No son la respuesta a los desafíos de la digitalización, los desafíos energéticos ni a los cambios que afronta la movilidad”, comentan desde IG-Metall.

En Daimler han creído conveniente expresar su rechazo a la campaña de Centro Automóvil. Ola Källenius, el mismísimo presidente de la junta directiva de la compañía, ha salido a la palestra a cuenta de este caso de racismo entre unos trabajadores que, según los medios alemanes, cobran entre 4.000 y 5.000 euros brutos al mes. Daimler, un consorcio global que emplea a cerca de 300.000 personas en todo el mundo, no suele comentar este tipo de casos. Sin embargo, Källenius ha tenido que señalar que “Daimler no es sólo un motor en materia laboral y de innovación, sino también un motor para la integración”. Sólo en Alemania personas originarias de 150 países trabajan en el fabricante de coches con sede en Stuttgart.

En IG-Metall también se sienten implicados en esa labor de integración que ahora reivindican en las altas instancias de la empresa. “Los sindicatos tienen una larga tradición antifascista y antirracista. Consideramos que tenemos una responsabilidad social y política”, comentan los portavoces de IG-Metall consultados por eldiario.es. Al empleado acosado con propaganda neonazi, cuyo caso llega a segunda instancia a finales de año, IG-Metall le está facilitando todo el “apoyo personal y legal posible”, subrayan.

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