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El abogado granadino que lidera ocho demandas millonarias contra Amazon: “No sabía dónde me metía”

A la derecha, Juan Luis Aguilera, el abogado que lidera la causa

Analía Plaza

26 de noviembre de 2020 22:29 h

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Juan Luis Aguilera recibió este jueves una buena noticia. El juzgado de primera instancia número 16 de Madrid admitió a trámite la primera de las ocho demandas contra Amazon que lidera su pequeño despacho granadino, Aguilera Castilla y Asociados Abogados. La demandante es la empresa de informática Megasur, proveedora de la multinacional, a la que reclama 410.392 euros por impagos. Tras ella vendrán las de Saturday Trade, compañía madrileña de productos de electrónica, e Infortisa, mayorista informática valenciana. Esta rebelión de proveedores españoles lleva más de un año gestándose y por fin se empieza a materializar. Los clientes se han ido conociendo a través del fichero de morosos ICIRED, que colabora con el despacho. Juntas, las demandas en fase de presentación superan los 3,5 millones de euros.

Lo complicado del caso Megasur, explica Aguilera, es que no son impagos al uso, sino distintos conceptos que Amazon va dejando de pagar, que se acumulan y que es difícil demostrar. Aunque Amazon no hace comentarios sobre procedimientos en curso, fuentes cercanas a la compañía destacan que estudiarán la demanda cuando les llegue (en los próximos veinte días hábiles) y que, en principio, no están “muy de acuerdo” con lo que han leído en prensa sobre el asunto.

El abogado ha tenido que meterse en las tripas de Amazon para armar la causa. La demanda incluye 6.000 folios en pruebas. “No queremos matar al juez del susto, pero es necesario probar cada céntimo hasta llegar a los 400.000 euros”, avanza. “Ha sido un trabajazo. Día y noche encerrados para entenderlo. Reclamamos mucho y no podemos equivocarnos”.

¿Cómo ha vivido la admisión a trámite de la demanda?

Para el despacho es importante porque se abre la veda. Hasta ahora, los proveedores de Amazon y las empresas que venden en su marketplace han vivido esta desgracia y sometimiento en silencio. Pero hay un mar de fondo en el que quieren sacar a la luz estas cosas. Quieren que cuando compremos en el Black Friday se sepa quién paga la fiesta. No la paga Amazon, sino una serie de personas que hay detrás y que crean muchos puestos de trabajo.

Hay otras demandas además de la de Megasur.

Megasur es la primera. Saturday Trade será la segunda e Infortisa la tercera. Hay un total de ocho demandas, pero el resto aún no quieren salir a la palestra. Lo que impugnamos es la actitud que mantiene Amazon con sus proveedores cuando trabaja con ellos. Son demandas voluminosas y globales que atacan todos sus incumplimientos y abusos.

¿Por qué no hacen una conjunta?

No todo el que comercia con Amazon lo hace igual. Hay dos tipos de negocio. Si eres proveedor, o vendor, Amazon te pide que suministres cosas que luego él vende por su cuenta. Y luego están los seller, que usan el marketplace para vender productos con su nombre. La contratación es distinta. Amazon tiene irregularidades, o formas de actuación, que son estratégicas y comunes a todas las empresas. Pero a unas les hace más daño en una cosa y a otras en otra. Es complicado montar una demanda.

Cuando reclamas a Amazon un millón de euros, ese millón sale de muchos productos que valen pocos euros. Con cada producto tienes que justificar todo. Y tampoco podemos acudir a una reclamación por cláusula abusiva, porque entre empresas no ocurre igual que hacia los consumidores. Es más restrictivo. Ahora mismo no se dan las circunstancias para poner una demanda colectiva. Es un movimiento muy incipiente: se está gestando y la gente está perdiendo el miedo.

¿Qué empresa lo inicia todo?

Megasur. Es la que pierde el miedo y dice: que decida un juez. Megasur es importante en su sector, pero si la comparas con Amazon no es nada, es un mosquito. Nosotros estamos acostumbrados a reclamaciones entre empresas, a cierta normalidad. Cuando nos encaramos con Amazon nos contaron que tiene una plataforma específica, un lenguaje, un sistema... Con esta demanda que se ha admitido a trámite llevamos año y medio. Amazon es muy complicado.

La mayor parte del tiempo la hemos pasado intentando entenderlo. La trastienda es complejísima. Y al ser una empresa tan grande que lo domina todo hay muchos desequilibrios. La palabra que usamos para referirnos a la relación de Amazon con estos empresarios, que son unos valientes, es vasallaje. Es una relación de subordinación absoluta, manda quien manda. Te lo comes o no. Entras y, como yo hice, descubres la realidad de forma progresiva.

No sé si la relación con los proveedores se parece a la de Mercadona, pero Mercadona es una minucia al lado de Amazon

La contratación es muy atípica. Es todo agresivo. Nada se negocia unilateralmente. Hay unas cláusulas a las que te sumas y luego te van mandando protocolos, que o aceptas o nada. Muchos empresarios adquieren una relación de dependencia porque Amazon les supone un buen porcentaje de las ventas. Quizá han invertido en personal o en infraestructuras y es muy difícil desprenderse de eso.

¿Se parece a la relación que tiene Mercadona con sus proveedores?

Aunque he leído sobre ello, lo desconozco. No he estudiado los contratos. Y, en cualquier caso, hay que extrapolarlo al volumen de Amazon. Porque Mercadona es lo que es y al lado de Amazon es otra minucia.

Megasur reclama más de 400.000 euros por impagos. ¿Qué es lo que deja de pagar Amazon?

Muchos conceptos. Lo más difícil es probarlo. Hay que tener en cuenta lo siguiente: cuando un empresario entra a trabajar con Amazon, cada detalle de cada operación está en una plataforma con un lenguaje que ella controla. El empresario no puede descargar esos datos, debe llevar la cuenta en un programa paralelo. Y una de las sanciones que impone Amazon es bloquearte la cuenta. Te suspenden y ya no entras. Preparar un juicio es muy sigiloso, porque corres el riesgo de que te corten la plataforma y no te dé tiempo a descargar. Y por descargar me refiero a ir pantallazo a pantallazo, no hay otra manera. En esta demanda hay 6.000 folios de pruebas. En otras son más. Es necesario probar cada céntimo de cada CD-ROM, de cada ratón de ordenador, hasta reclamar los 400.000 euros. Y otras demandas son millonarias. La de Saturday es más grande.

¿Cuáles son esos conceptos?

Algo muy recurrente es que falte material. Te encargan 300 ordenadores y dicen que les has enviado 210. No tienen firmados albaranes: te dicen que no estaban y lo descuentan directamente. ¿Dónde van los ordenadores? Megasur ha hecho vídeos subiendo la mercancía a los camiones. Decían: ¿qué hacemos? Si es que Amazon dice que no llegan, pero al transportista lo conocemos perfectamente y nos fiamos de él.

Otro asunto son las devoluciones. Tú sabes que si compras un vaso en Amazon, esté defectuoso o no, tienes un plazo amplio para devolverlo incluso si no te gusta, porque Amazon pasa del tema y se lo devuelve al proveedor. En estas devoluciones hay de todo. Megasur ha vendido televisores y Amazon le ha devuelto palés de televisores que ni siquiera eran suyos. Esas devoluciones las descuenta y cobra los portes. ¡Te deducen un televisor que no has vendido tú! Además, en las cajas te encuentras de todo: de pizzas a ladrillos. Pues así, uno a uno, salen 400.000 euros. Puedes imaginar lo que cuesta juntar todas las pruebas.

¿Alguna práctica más?

Otro concepto es el canon digital. En los productos electrónicos pagamos esa tasa. Megasur le vende a Amazon un ordenador por 100 euros en los que van el IVA y el canon. Pues el canon a veces no lo paga. Reclamas. A veces lo devuelven, otras no. No sé en base a qué criterio lo hacen. Ahí van otros ciento y pico mil euros.

Cuando nos llegó la demanda creíamos que iba a ser otra cosa. Pasamos diferentes fases, incluso de pensar que nos estábamos olvidando del resto de clientes del despacho.

¿Cuántos sois?

Cinco. Distribuimos tareas porque exigía mucho. Ahí nos dimos cuenta de dónde nos estábamos metiendo.

Si Megasur ya no trabaja con Amazon, ¿cómo ha entrado en sus 'tripas'?

No venden a Amazon ni Amazon les pide mercancía, pero mantiene el contrato en vigor. Y sigue devolviendo productos. A Amazon le interesa mantener el contrato, porque les cobra cosas. Megasur alega que le deben 400.000 euros y Amazon ha llegado a ofrecerles el 80%, que no han cogido. Nosotros pedimos la resolución del contrato.

¿No lo puede romper Megasur?

Ellos siguen mandando cosas y Megasur tiene ahí una deuda. Sigue habiendo una relación.

¿Van los portes incluidos en los 400.000 euros?

No, porque no los teníamos todos registrados y se nos iba de tiempo. En otra demanda sí están cuantificados. Son tantos documentos que hay problemas para subirlo.

En este reportaje, Saturday Trade contó que la estrategia de Amazon era puentearles y acceder directamente a sus proveedores.

Esa demanda aún no ha sido admitida a trámite y está en fase de presentación. Pero es brutal, la prueba es mucho peor. Para colmo, el juzgado nos ha dicho que lo pasemos todo a papel.

Saturday tiene diez mil referencias en Amazon. Les llegan dos denuncias de otros países que dicen que unos productos determinados son falsos, aunque a mí el cliente me explica que seguramente sea un competidor que quiere fastidiarles. Amazon suspende sus cuentas y les corta el negocio en todos los países. Pide pruebas de que esos productos son originales, así que le tienen que mandar quién es el fabricante. Mi cliente sostiene que Amazon usa la información para ponerse en contacto con esos fabricantes, encargarles grandes cantidades y cargarse por el camino a las empresas que trabajan en su marketplace.

Creemos que un porcentaje del negocio de Amazon sale de estas prácticas injustas

¿Por qué una empresa seria y grande como Amazon tiene estas prácticas? Al final, si se corre la voz habrá compañías que no quieran trabajar con ella.

Por eso tiene campañas de blanqueamiento. Lo que nosotros creemos es que Amazon tiene otras formas de ganar dinero. No son impagos al uso. Se inventa tres fórmulas distintas para saquearte la cuenta. Son mecanismos para procurarse un beneficio distinto a lo que estaba pactado. Mis clientes consideran que un porcentaje del negocio de Amazon sale de estas prácticas injustas.

Por ejemplo, algo que no se puede decir que sea estrategia pero que ocurre varias veces. Amazon se endeuda con Megasur y luego le dice: negociemos. Y le ofrece pagarle un 60%. Si lo aceptan, ese 40% lo han ganado por la cara. Crean deudas para negociar y obtener una quita.

¿Le consta que lo hagan con otras empresas?

Conocemos casos. A Saturday y Megasur les ha ocurrido. Saturday pasó a Amazon información de su fábrica, pero Megasur se negó porque vio venir la jugada. No puedo decir que sean estrategias, pero sí digo que son hechos objetivos.

¿Cree que se abrirá la veda?

Creo que esto no ha hecho más que empezar. Las prácticas que vemos están causando un daño tan grande en el tejido que las empresas se están movilizando. Hay dos tipos de empresa: las que dependen mucho de Amazon, que tienen ahí el 50 o 60% de su facturación. A estas les es complicado salir, porque es como una droga. Y hay otras que en un determinado momento pueden prescindir. Hay una plataforma que lidera Megasur en la que se asesoran mutuamente y comparten experiencias para hacer reaccionar al gigante. Se trata de que Amazon cumpla las normas del mercado, que coma y deje comer. Es un escaparate brutal y no se puede luchar contra el futuro. Si todo el mundo gana, bien; pero si solo beneficia uno y perjudica al resto, no es justo.

¿Hay casos similares en otros países?

En Estados Unidos le dan caña. Allí las instituciones se mojan más. Con este movimiento de proveedores acudiremos a organismos que tienen competencia, como la CNMC, para intentar que actúen como árbitro en el mercado. No puede dejarse que sea a lo salvaje, porque el pez grande se come a los pequeños sí o sí. Se trata de que atiendan a razones. Nadie quiere cargarse a Amazon, ni puede.

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