Bruselas aparca el procedimiento por déficit excesivo a Italia después de que su Gobierno haya prometido rebajar la deuda en 7.600 millones
La Comisión Europea ha decidido este miércoles, tras los recortes anunciados por las autoridades italianas esta semana, no proponer la apertura de un Procedimiento de Déficit Excesivo (EDP) por el incumplimiento de Italia en los límites de deuda pública, que se sitúa en el 132% del PIB.
El 5 de junio de 2019, la Comisión evaluó el presupuestario de Italia en 2018 y las previsiones fiscales para 2019 y 2020, y concluyó que estaba justificado un procedimiento por déficit excesivo.
Esta conclusión fue apoyada por el Ecofin el 11 de junio de 2019, que reclamó a Italia “las medidas necesarias para garantizar el cumplimiento del Pacto de Estabilidad y Crecimiento”, y agregó que se “podrían tener en cuenta otros elementos que Italia podría presentar”.
Así, este lunes, en pleno Consejo Europeo para el reparto de poder de la UE, nada más volver del G-20 de Osaka, el Gobierno italiano adoptó su presupuesto para lo que queda de 2019, así como un decreto ley que incluye unos ajustes para 2019 de 7.600 millones de euros, el 0,42% del PIB en términos nominales.
¿Y cómo cuadra el Gobierno italiano la disminución de deuda en 7.600 millones? Con una corrección de 6.100 millones en los ingresos y con la congelación de 1.500 millones en los gastos. Esto le permitirá reducir en 0,3 puntos, en lugar del 0,2 previsto, su déficit estructural –el que no tiene en cuenta el ciclo económico y que la UE usa para evaluar el respeto a la disciplina fiscal–.
Como resultado, se espera que el déficit de Italia alcance el 2,04% del PIB en 2019 (en comparación con el 2,5% calculado en las previsiones de primavera de la Comisión Europea), que fue el objetivo fijado en el presupuesto de 2019 aprobado por el Parlamento italiano.
La rebaja en términos estructurales es ligeramente mayor, asciende a 8.200 millones de euros o el 0,45% del PIB, lo que lleva a una mejora en el saldo estructural de alrededor del 0,2% del PIB (comparado con un deterioro del 0,2% en el pronóstico de primavera de la Comisión 2019).
La diferencia en comparación con la cantidad nominal se debe a los ingresos menores a los esperados de la amnistía fiscal, de alrededor de 600 millones de euros, lo que empeora el objetivo fiscal en términos nominales pero no en términos estructurales.
Estas cifras no tienen en cuenta la flexibilidad del 0,18% concedida provisionalmente a Italia para “acontecimientos extraordinarios”, relacionados con el derrumbe del puente de Morandi.
Teniendo en cuenta las disposiciones adoptadas el 1 de julio, la Comisión Europea espera “que Italia cumpla ampliamente con el esfuerzo requerido bajo el brazo preventivo del Pacto de Estabilidad y Crecimiento en 2019. Además, el esfuerzo fiscal adicional realizado por el gobierno para 2019 es tal que también compensa parcialmente el deterioro en el saldo estructural registrado en 2018”.
Finalmente, con respecto a 2020, “el Gobierno italiano ha reiterado su compromiso de lograr una mejora estructural a través de una nueva revisión del gasto, así como una mejora de las proyecciones”, tal y como decía en una carta enviada el 2 de julio a la Comisión el primer ministro Giuseppe Conte, y del Ministro de Economía y Finanzas, Giovanni Tria.
En todo caso, Bruselas anuncia que “la Comisión mantendrá bajo vigilancia la aplicación efectiva de este paquete: supervisará de cerca la ejecución del presupuesto 2019 y evaluará el cumplimiento del proyecto de plan presupuestario 2020 con el Pacto de Estabilidad y Crecimiento”.
Pierre Moscovici, comisario de Asuntos Económicos y Financieros, ha dicho: “El objetivo del Pacto de Estabilidad y Crecimiento no es castigar, es garantizar que los gobiernos persigan finanzas públicas sanas y corrijan los problemas rápidamente cuando ocurren Me complace observar que este es el caso hoy”.