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“Estás cavando tu propia tumba”: el acoso a un 'rider' queda probado en un juzgado, pero no los culpables

Uno de los mensajes amenazantes que señala al repartidor Fernando García en el chat gestionado por la asociación AAR.

Laura Olías

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“Lo que hay que hacer es troncharle las piernas”. Es uno de los mensajes dirigidos a Fernando García, rider vinculado a UGT, en varios chats de asociaciones afines al modelo de negocio de las multinacionales de reparto a domicilio como Glovo y Deliveroo, condenadas por usar falsos autónomos. El “acoso” tuvo lugar durante “meses” en los que se estaba ultimando la Ley Rider, que declara la laboralidad de estos mensajeros. Una magistrada ha analizado el caso y, aunque detecta un posible delito de amenazas, no considera probada la autoría de estas entre las cinco personas acusadas en el proceso, que quedan absueltas.

La causa judicial deriva de la denuncia que presentó Fernando García ante la Policía, en la que dio cuenta del acoso en redes que estaba sufriendo, con capturas de varios mensajes amenazantes en diferentes chats de mensajeros contrarios a la Ley Rider, como publicó este medio.

Por un lado, Fernando García denunció en una comisaría una agresión de otro rider en esos meses previos a la aprobación de la ley y, por otro, las amenazas sufridas en los grupos de Whatsapp y Telegram. La investigación policial identificó a varios participantes de los chats de mensajeros que utilizaban otros nombres o apodos y, en total, resultaron cinco personas imputadas por los mensajes de acoso.

Acoso durante meses: “Hay que troncharle las piernas”

La sentencia del juzgado de instrucción número 39 de Madrid, a la que ha tenido acceso elDiario.es, recoge en los hechos probados que “durante varios meses ha sido objeto de acoso en las redes sociales de Whatsapp y Telegram dirigiéndole expresiones tales como 'vas a terminar muy mal, estás cavando tu propia tumba, lo que hay que hacer es troncharle las piernas...”.

En estos chats de mensajeros eran frecuentes las peleas y enfrentamientos a propósito de la Ley Rider, donde Fernando García (vinculado a UGT) tenía una postura contraria a las multinacionales como Glovo y Deliveroo por el abuso de falsos autónomos y tachaba de “mafia proempresa” y “estercolero” a las organizaciones de mensajeros afines a su modelo de negocio.

“De la documentación obrante en la causa se desprende que existe una situación de gran conflictividad entre los participantes en los grupos derivada de las condiciones de trabajo y diferentes opiniones que se mantienen sobre las condiciones laborales, sin que tengan entidad suficiente para ser consideradas constitutivas de infracción penal”, valora la jueza.

Amenazas sin culpables

Pero, más allá de los insultos cruzados, en estos grupos se difundieron mensajes amenazantes contra García. “Lo que hay que hacer es troncharles las piernas con el parachoques”; “ten cuidado con insultar, a ver si voy a ir a tu casa (...)”; “te estás cavando tu propia tumba”; y “ojalá le paren y le metan una paliza a este HIJO DE PUTA”, como informó este medio a partir de la denuncia a la policía. También se llegó a difundir datos e imágenes personales en los chats, así como de otra repartidora de RidersxDerechos.

La magistrada reconoce que hay mensajes que pueden incurrir en delito (sin detallar cuáles), pero no considera que esté probado que los cometieran los cinco acusados: “Respecto a las expresiones que pueden ser consideradas constitutivas de delito leve de amenazas, no consta debidamente acreditada la autoría de las mismas por parte de los denunciados”.

Por ello, absuelve a las cinco personas imputadas. “Lo anteriormente expuesto impide a esta juzgadora obtener el convencimiento que todo pronunciamiento condenatorio exige. Ello unido al principio constitucional de presunción de inocencia a que tiene derecho todo ciudadano, en tanto en cuanto no se pruebe su culpabilidad”, recuerda.

Fernando García lamenta que estos mensajes queden impunes. “Tengo mucha frustración y estoy asustado. Parece un mensaje de 'dale caña', porque pese a probar estos mensajes no pasa nada. Es una sensación de impunidad”, apunta.

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