Deliveroo lanza un órdago a los repartidores contratados por restaurantes haciéndoles competir con sus 'riders'
Deliveroo disfraza de innovación un órdago que puede contribuir a eliminar los puestos de trabajo de los repartidores contratados por restaurantes. La plataforma –con una primera sentencia que falla en contra de su modelo laboral y varias denuncias en la Inspección de Trabajo– va a incluir en su aplicación móvil alrededor de 750 restaurantes que podrán decidir si su entrega a domicilio la realiza un 'rider' de Deliveroo o su propio empleado.
Los restaurantes deciden si usan a sus propios empleados o si, por el contrario, es un 'rider' el que entrega la comida. Diana Morato, directora general de Deliveroo en España subraya que de esta manera se podrán realizar entregas más rápidas y los establecimientos tendrán libertad para ampliar los horarios de servicio a domicilio: “ya no estarán limitados por la capacidad de sus propios repartidores”, sostiene. En definitiva, Deliveroo hace que sus repartidores, sin apenas costes laborales, entre en competición con los repartidores contratados legalmente por los restaurantes.
La directora explica que normalmente los restaurantes disponen de tres o cuatro repartidores en plantilla, lo que implica que en momentos de “alta demanda” se pueden dar retrasos o cancelaciones en las entregas y “limita” el número de pedidos que se puedan gestionar. Formar parte de la plataforma “es bueno para los restaurantes porque incrementan sus ventas”, para los 'riders' porque perciben “más ganancias” y destaca además la “entrega rápida”. El objetivo: convertirse en “la empresa definitiva de comida”.
La empresa indica que esta novedad no va a afectar a los 'riders' en materia de carga de trabajo porque tienen “plena flexibilidad para rechazar o aceptar pedidos”, asegura Morato, aunque resalta que “si aceptan más pedidos, ganarán más dinero”.
La Inspección de Trabajo, sin embargo, ha fallado dos veces en contra de este modelo concluyendo que se sustenta en falsos autónomos para efectuar los repartos a sus clientes, ya que es Deliveroo quien manda y organiza el trabajo. Los inspectores rechazan que los repartidores tengan una libertad real para rechazar pedidos: “La negativa a realizar servicios tiene consecuencias negativas para el repartidor (asignación de menos horas de reparto)”, recoge el acta.
Además, aun cuando decidan si quieren aceptar o rechazar un pedido, “la autonomía para la organización de su actividad es tan mínima” que ni siquiera “conocen dónde han de llevarlo, lo que les impide adoptar una decisión informada”. Los inspectores explican que Deliveroo les va dosificando la información: cuando les mandan a recoger una hamburguesa, por ejemplo, no saben dónde van a tener que llevarla después al cliente. “Hasta que no están en el restaurante no conocen la dirección de entrega”.
Este punto tienen bastante incidencia en opinión de la autoridad laboral debido a que los riders cobran por pedido. Cuando les llega una entrega no saben cuánto tardarán en completarla, por lo que no están en condiciones de calcular si les compensa aceptarla, “careciendo de información suficiente para poder adoptar la decisión”.