España logra rebajar los recortes en las cuotas de la merluza para 2020: del 20% previsto al 5,5% final
La reunión comenzó el martes a las 9.30 de la mañana y ha acabado este miércoles “a las 6.28”, según ha explicado el ministro de Agricultura y Pesca, Luis Planas. El consejo de ministros de la UE para el reparto de las cuotas pesqueras es muy esperado en Bruselas: se sabe cuándo empieza, pero nunca se sabe cuándo acaba, porque hay que poner de acuerdo a 28 países sobre cuánto pescar de acuerdo con criterios de sostenibilidad, con evaluaciones y contraevaluaciones científicas.
Pero al final siempre todo se mide en cuánto podrán pescar las flotas, qué diferencias hay con los años previos y con los planes iniciales de la Comisión Europea.
Ya sea para que todos se vayan más o menos contentos o porque realmente hay márgenes de mejora, cada año España sale con algo más de lo que se recogía en la propuesta inicial de la Comisión Europea. Así, el ministro Planas ha celebrado los datos de la merluza sur, una de las especies más importantes para el sector en España: “La propuesta de la Comisión incluía una disminución del 20% y se ha quedado en un 5%. En realidad, es un 3% y los otros dos puntos son para los descartes. Hemos utilizado el rango más alto de rendimiento máximo sostenible (RMS)”.
Así, Planas, ha celebrado el acuerdo sobre los Totales Admisibles de Capturas (TAC) y las cuotas pesqueras para 2020 en aguas del Atlántico y del mar del Norte, y ha explicado que la negociación ha estado marcada por ser 2020 el año de referencia previsto en la Política Pesquera Común para alcanzar el objetivo de Rendimiento Máximo Sostenible (RMS) –explotación de los caladeros a niveles biológicos seguros–, lo que ha determinado el resultado en muchas especies.
De esta manera, los totales de capturas acordados intentan cuadrar un círculo a 28: la viabilidad del sector y el compromiso de los rendimientos máximos sostenibles para cumplir los objetivos de la política pesquera común: la sostenibilidad medioambiental, social y económica.
Pero los círculos no siempre pueden cuadrarse. Para la entidad ecologista Oceana, las medidas tomadas por los Estados miembros “son insuficientes” y condena “que la sobrepesca continuará siendo una realidad en 2020, a pesar de la regulación europea existente en esta materia”.
España, así, ha minimizado el recorte de cuotas de merluza sur (Cantábrico, Golfo de Cádiz y Portugal), fundamental para las comunidades costeras, con un descenso del 5,5%.
Asimismo, el acuerdo modifica sustancialmente el inicial recorte de un 40% para el lenguado del caladero nacional, que finalmente tendrá una bajada del 20 %. Además, los ministros de la UE se comprometen a que se trabaje para mejorar “las actuales incertidumbres de su evaluación”, explica el ministerio.
El caso de jurel sur (Golfo de Cádiz y Galicia) ha sido uno de los más llamativos, con discrepancias sobre las evaluaciones científicas. Así, frente a una propuesta inicial de la Comisión Europea de disminución del 50%, la cuota se incrementa un 24% con respecto a 2019.
Para el jurel (o chicharro) del Cantábrico, las capturas admisibles caen un 40,7 %. Tras la negociación, afirma el ministerio, “España logra medidas de flexibilidad que permiten equilibrar las posibilidades de pesca de las que dispondrá España entre las dos unidades de gestión que componen esta pesquería, a través del incremento de las condiciones especiales. De este modo la flota española en su conjunto dispondrá de cuota suficiente para desarrollar su actividad pesquera durante el año 2020”.
Las cuotas de caballa (también verdel o xarda) aumentan un 41% para la flota del Cantábrico: sube por primera vez, tras años de bajadas. También aumenta un 3% la bacaladilla. Las cuotas de gallos y rapes se mantienen en niveles similares a los de 2019, con repuntes significativos en algunos caladeros.
La anchoa del Cantábrico se reduce un 3% y la merluza norte (aguas de Escocia e Irlanda, Gran Sol y aguas francesas del Golfo de Vizcaya) baja un 20%, aplicando el rendimiento máximo sostenible. El Gobierno considera “que la cuota establecida será suficiente para cubrir las necesidades de la flota española, que este año no agotó su cupo”.
La cuota de anchoa (boquerón) de la zona 9a (Galicia y Golfo de Cádiz) se fija entre el 1 de julio y el 30 de junio del año siguiente. Por tanto no será hasta el mes de junio cuando estén los resultados de las evaluaciones científicas momento en el que se establecerá el total admisible para el nuevo período.
En relación a la cigala del Cantábrico, la Comisión Europea y España se han comprometido a seguir trabajando, con el Instituto Español de Oceanografía (IEO) y con la colaboración del sector, para solicitar, en cuanto sea posible, la revisión de la recomendación científica actual. La pesquería lleva cerrada desde el año 2017, algo que, de momento, no ha cambiado para 2020, 2021 y 2022.