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Hacienda espolea a la desesperada a los equipos antifraude para tapar la sangría de ingresos

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en el Congreso. / Efe

Bruno Pérez Vázquez

Una minipaga extra de 100 euros. Este es el inesperado regalo que han recibido hace unas semanas en sus cuentas los inspectores de Hacienda. No han sido los únicos. A los técnicos de Hacienda les han ingresado unos 75 euros y el resto de la plantilla de la Agencia Tributaria también ha recibido un premio proporcional a su rango salarial.

Según la explicación oficial de la Agencia Tributaria, se trata de una entrega a cuenta del Plan Especial de Productividad para este año, que por primera vez prevé la entrega secuenciada de una bolsa total de hasta 12 millones de euros al personal de la Agencia en función del cumplimiento de determinados objetivos de rendimiento personal y de resultados recaudatorios.

Lo llamativo del caso es que el cobro de esa bolsa de productividad se vinculó desde el primer momento, y de forma inapelable, a la consecución de unos objetivos recaudatorios que, a dos meses largos de la finalización del ejercicio, todavía no está claro que se vayan a cumplir, según reconoce la propia Agencia.

¿Por qué se ha adelantado entonces su pago? Fuentes no oficiales de la Agencia Tributaria consultadas por eldiario.es interpretan que la dirección del organismo se ha animado a ofrecer este anticipo, a pesar de las restricciones al gasto aún vigentes, ante el inquietante escenario dibujado por dos factores clave: la incertidumbre sobre el cumplimiento de los objetivos de la Agencia para 2014 y el fiasco de la previsión de ingresos del Estado, que, según ha admitido el propio Gobierno, se quedará en 3.000 millones por debajo de lo previsto inicialmente.

El propio equipo directivo de la Agencia Tributaria admitió antes del verano, en una reunión con representantes de la plantilla, que si bien eran “moderadamente optimistas” respecto al primer objetivo del Plan Especial –que pasaba por alcanzar 9.600 millones de euros de recaudación en la lucha contra el fraude, un 4% por encima de la previsión presupuestaria, pero un 7% menos de lo realmente recaudado en 2013–, consideraban que a la vista de los resultados en la primera mitad del año sería difícil intentar llegar al segundo objetivo, que implica simplemente igualar los resultados obtenidos el año anterior: 10.400 millones de euros.

En esa misma reunión, incluso pidió “un esfuerzo extra” a la plantilla para tratar al menos de igualar la recaudación obtenida en 2013. Así se refleja en un acta de la reunión que con fecha 24 de julio remitió a sus afiliados una de las organizaciones presentes en ella y a la que ha tenido acceso eldiario.es.

En dicha acta se precisa también que cerca del 90% de la plantilla de la Agencia Tributaria se ha acogido al Plan Especial, de adscripción voluntaria y al que se accedía siempre que se realizaran 12 horas extra en los siguientes seis meses a su puesta en marcha, lo que en una sencilla regla de tres arrojaría un saldo de dos horas extra al mes, media hora más a la semana o seis minutos más al día. 2.742 empleados se han quedado fuera de forma voluntaria o por no haber cumplido este requisito previo.

Objetivo: 11.000 millones de euros

La tensión en la cúpula de la Agencia Tributaria es evidente, según admiten las fuentes consultadas, inspectores de Hacienda que solicitan de forma explícita el anonimato. “Se ha creado una dinámica perversa en la lucha contra el fraude, según la cual hay que superar siempre los resultados del año anterior. Y si no se consigue, se interpreta como un fracaso”, explica uno de estos inspectores. “La obsesión es llegar a los 11.000 millones de recaudación y, si ves los resultados de años anteriores, es un objetivo casi imposible de conseguir”.

Un hecho parece atestiguar la tensión interna que provoca esta comparación. El año pasado la Agencia Tributaria agregó a los resultados de la lucha contra el fraude un nuevo concepto nunca antes contabilizado –la minoración de devoluciones derivadas de la rectificación de autoliquidaciones erróneas–, sólo para ofrecer un resultado final de 10.950 millones de euros que se pareciera siquiera lejanamente a la cifra récord de 11.517 millones obtenida en 2012.

Sin ese concepto, los ingresos se quedaban en 10.479 millones de euros, un gran resultado considerado con perspectiva histórica, pero que hubiera significado una caída del 9% frente al ejercicio anterior.

Lo que Hacienda ha pedido a sus equipos de lucha contra el fraude este año es alcanzar los 10.790 millones de euros de recaudación. Si se llega a esa cifra, accederán a la cuantía completa de la bolsa de productividad de 12 millones de euros del Plan Especial, si no, sólo ingresarán una parte proporcional de lo aflorado, siempre y cuando superen esos 9.600 millones de euros que se han establecido como objetivo base. Por debajo de esa cuantía, esa bolsa de productividad se quedaría en las arcas del Estado.

Para los trabajadores no es poca cosa lo que hay en juego. El complemento de productividad representa hasta el 40% de la nómina de muchos trabajadores de la Agencia y aunque este año sólo se ha vinculado al resultado un 10% de esta bolsa, según fuentes sindicales, cumplir el Plan Especial en su totalidad supondría, aproximadamente, un extra de 5.000 euros para un jefe de área, de 1.700 euros para un inspector o de 500 para un profesional de nivel técnico.

Menos litigio y más recaudar

La salarial no es la única palanca que ha activado la cúpula de la Agencia Tributaria en su afán por incrementar los ingresos de la lucha contra el fraude.

“Aumentar los ingresos provenientes del fraude no es tan sencillo como se asegura en los debates públicos. No hay recetas milagro. Lo que ocurrió en 2012, esas cifras récord de ingresos por lucha contra el fraude, se dio por un hecho puntual, porque el Tribunal Supremo se comprometió a sacar adelante una serie de expedientes fiscales que estaban embalsados y que se resolvieron entre finales de 2011 y 2012 generando unos ingresos extra muy elevados. Pero eso sólo puede ocurrir una vez”, señala otro de los inspectores consultados.

Agotada esa vía, la opción que ha elegido la actual dirección de la Agencia Tributaria es instar a los inspectores a que agilicen la resolución de los litigios fiscales con las empresas. Como ya publicó eldiario.es, los responsables de la lucha contra el fraude no dejan pasar la oportunidad de pedir a los inspectores que resuelvan las controversias con las empresas por la vía del acta con acuerdo, un cauce amistoso de resolución de conflictos tributarios por el que Hacienda renuncia a cualquier acción posterior contra la empresa a cambio de que ésta regularice una cantidad pactada y más reducida de la que exigió en un primer momento.

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