Lagarde promete “flexibilidad donde sea necesario y siempre que sea necesario” para evitar una crisis de deuda

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

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Christine Lagarde no da detalles. Pero sí hace promesas. La presidenta del Banco Central Europeo ha intervenido este lunes en la comisión de Economía del Parlamento Europeo, donde ha sido cuestionada por eurodiputados de todos los colores sobre la oportunidad de las últimas decisiones tomadas, principalmente el anuncio de una subida de los tipos de interés. Pero, también, ha sido interpelada por el nuevo instrumento que anunció la semana pasada para contener las primas de riesgo de los países más expuestos –los del sur– y evitar una crisis de deuda en lugares como Grecia, España, Italia y Portugal, por ejemplo.

Lagarde ha insistido en que está “normalizando la política monetaria”, abandonando la “compra de activos” para usar los “tipos de interés”. Y todo ello para intentar estabilizar los precios en torno al 2%, a través de la subida del 0,25% en julio y al menos otro tanto en septiembre. “Tenemos que estar pendientes de lo que ocurre en la economía”, ha reconocido Lagarde sobre las posibilidades de una caída económica por el cambio de política monetaria: “En nuestros pronósticos no entra la recesión”.

“En junio decidimos tomar más medidas para normalizar nuestra política monetaria”, ha dicho Lagarde: “La actividad en la eurozona se ve frenada por los costes de energía, incertidumbre y suministros. En servicios se ve cierto crecimiento por la suspensión de las restricciones de la pandemia y buenas perspectivas turísticas. Un mercado laboral con más empleo apoyará los ingresos y el consumo. El deterioro de los costes energéticos y la gran incertidumbre forman un panorama adverso. Mientras los precios han aumentado porque hay cuellos de botella por la demanda del sector servicios en medida de que la economía vuelve a abrirse”.

Lagarde también ha constatado: “Han empezado a aumentar los salarios, esperamos un aumento de los salarios negociados en 2022 y luego más por encima de las proyecciones por mercados laborales apretados, el aumento de salarios mínimos y la inflación. Vamos a ajustar la política monetaria en función de la inflación. La pandemia ha dejado vulnerabilidades en la zona euro”.

La presidenta del BCE ha explicado que el 15 de junio se decidió “aplicar más flexibilidad en las reinversiones en el PEPP [programa pandémico de compra de activos] para poder mantener la función de la política monetaria en el mecanismo de transmisión para el mandato de estabilidad de precios. Y hemos decidido completar todos los instrumentos contra la fragmentación del mercado. La agresión de Rusia en Ucrania está afectando a la zona euro. Estamos en un momento de incertidumbre. La política presupuestaria es lo que va a permitir adaptarnos a estas consecuencias, además del NGEU y el REPowerEU”.

“Estamos viviendo una secuencia de acontecimientos”, ha reconocido Lagarde: “Decidimos que íbamos a detener las compras netas de activos, que concluye el 1 de julio, porque habría una secuencia: acabar con las compras y subir los tipos de interés. Queremos aumentar los tipos un 0,25%. Es el inicio, un paso en el camino,. Como tercera componente, se dijo que si la inflación a medio plazo persiste o deteriora, querríamos contar con otra herramienta. Más allá de septiembre, vamos a ir aumentando los tipos de manera gradual y adecuada. Esto está en el núcleo del mandato, para asegurar la estabilidad de precios. Nuestro deber es aplicar los instrumentos con la flexibilidad necesaria contra ese riesgo de fragmentación”.

La presidenta del BCE ha explicado: “Desde que se inició la progresiva normalización en 2021, el consejo de gobierno del BCE ha instado a luchar contra los riesgos de fragmentación, y en la reunión que convoqué la semana pasada decidió aplicar la flexibilidad a la hora de reinvertir en la cartera, porque la pandemia ha aflorado vulnerabilidades. A fin de mejorar nuestra caja de herramientas, encargamos el completar este plan para que fuera considerado por el consejo de gobierno. Es tentador preguntar qué tipo de horquilla, diferencial, medidas, criterios, marcos... Pero no les voy a responder, entiendo que sea una pregunta en la mente de muchos, pero los trabajos están en curso, baste decir que la fragmentación se abordará si surge ese riesgo, y con los instrumentos apropiados, y flexibilidad, en una medida eficaz, proporcionada y dentro de nuestro mandato, y quien dude, comete un error”.

Lagarde ha reconocido que el BCE es “el primer banco central que abre una investigación interna sobre qué llevó a fallar en las proyecciones de inflación. No es temporal ni transitorio, y estamos investigando. Nuestras proyecciones fallaron sobre el impacto de energía y cuellos de botella. Hemos detenido la compra de activos, usamos el tipo de interés, somos flexibles donde sea necesario y siempre que sea necesario. Veremos el balance más adelante”.