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La parte fija de la factura de la luz se duplica en un año y penaliza el ahorro

El ministro de Industria, José Manuel Soria. / Efe

Andrés Gil

Por dos. La parte fija de la factura de la luz se ha duplicado en un año. Es decir, que lo que usted tiene que pagar en su recibo como término fijo, esto es, la potencia contratada, ahora le cuesta el doble que hace un año: de 21,8 euros kilovatio/hora en febrero de 2013 a 42 euros en febrero de 2014 –incluidos los 4 euros del margen de la comercializadora–. De esta manera, el peso de la parte fija se multiplica, y representa el 60% de la parte de la energía de la factura (el 41,2% son peajes, el 21,4% son impuestos y el 37,4% es energía –potencia contratada, con coste fijo, y consumo, con coste variable–), cuando hace un año era el 35%. Desde el 1 de febrero, ha subido un 18% con respecto a agosto de 2013.

¿Qué quiere decir esto? Pues que lo mínimo que ha de pagar cada mes, cuesta el doble que hace un año, y que cada vez cuenta menos si tiene encendido el horno, el microondas y la lavadora simultáneamente durante las 24 horas del día. La parte variable, la del consumo que se hace, pesa cada vez menos, influye cada vez menos en lo que se paga. De hecho, se ha reducido en torno al 37% en un año: de 0,068 euros kw/hora a 0,043, y ya sólo representa el 14,8% de lo que se paga en la factura.

La conclusión es que, si se quiere ahorrar porque se está en paro –como el 26% de la población activa, según la EPA– o con un trabajo que no le da para cubrir las necesidades básicas –como le ocurre al 12,7% de los que trabajan–, ya no vale sólo con ir apagando interruptores, porque cada vez tiene menos impacto en el recibo de la luz.

Del mismo modo, cada vez habrá menos incentivos para luchar por la conservación de la tierra, el medio ambiente, el ahorro energético con medidas como las bombillas de bajo consumo, ya que el bolsillo apenas lo agradecerá y sólo los verdaderamente concienciados seguirán teniendo en cuenta estrategias de ahorro.

“Se está caminando hacia la tarifa plana que quieren las eléctricas, para que consumir más o menos cada vez importe menos. Confirma el desprecio del Gobierno hacia cualquier medida de ahorro”, explica Jorge Morales, de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético. Tal y como reconoce el Gobierno en una nota difundida este martes, “el Ministerio de Industria ha modificado la parte regulada de la tarifa haciendo que pese más el componente de potencia contratada que el de energía consumida”.

Así, el departamento de José Manuel Soria muestra la evolución de cada parte en el recibo: la parte fija representaba un 35% en enero de 2013, un 50% en diciembre de 2013 y un 60% en febrero de 2014.

La factura de la luz había adelgazado durante los años de la crisis porque una de las primeras medidas que tomaron las familias fue la de ahorrar en el consumo de la luz. Con estas medidas, se garantizan unos ingresos casi fijos, pasando el cepillo también por viviendas vacías y segundas residencias. En definitiva, más ingresos para el sistema (y en muchos casos, más gasto para el consumidor).

Lo que quiere decir esto, aunque no lo cuenta el Gobierno en su nota, es que se ha ido encareciendo hasta en un 100%. De febrero de 2013 a agosto de 2013 se produjo el principal salto: un 63%. Sin embargo, el Gobierno afirma que este incremento “afecta en menor medida a los consumidores domésticos”. De hecho, la nota, que obvia el incremento del precio de la parte fija del recibo, se titula: “El Ministerio de Industria modifica los peajes de acceso para que descienda la factura de las familias”.

De acuerdo con los cálculos de la organización de consumidores CEACCU, la multiplicación por dos de la parte fija del recibo de la luz “tiene un sobrecoste medio anual de 114 euros para una casa con 5,7 kw”. Esta organización de consumidores considera, en una nota, que este incremento es “injusto y penaliza a las familias que peor lo están pasando: las que se encuentran en situación de precariedad energética por no poder asumir el encarecimiento sostenido del recibo de la luz”.

La CEACCU sostiene: “Es intolerable que la respuesta a las estrecheces de las familias sea mantener alto el precio de su factura a pesar de sus renuncias en bienestar para conseguir un mínimo ahorro reduciendo su consumo. Se trata, parece, de mantener unos ingresos constantes para las grandes eléctricas, precisamente cuando cae el consumo”.

De acuerdo con los datos del Gobierno, el recibo medio de la luz, que este trimestre arranca con un crecimiento del 2,3% después de anular la subasta del 19 de diciembre que fijaba el alza en el 11%, ha subido un 83% en los últimos 10 años.

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