Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Becas para garantizar una comida al día para la infancia más vulnerable, también en verano

Muchas familias se quedan sin un apoyo económico para su alimentación o una beca comedor pública en verano

Fabiola Barranco

El impacto económico y social de la COVID ha golpeado fuerte en muchos hogares de España y en el de María y su hijo, campó a sus anchas: estuvo meses en ERTE y todos los trabajos que hacía por su cuenta, como limpiar casas o atender a personas dependientes, también desaparecieron. Las cuentas no salían y apenas le llegaba para pagar el alquiler del piso donde vive sola con su hijo de 11 años. Hoy, aunque arrastra deudas de ese tiempo, poco a poco empieza a recuperarse retomando los trabajos puntuales que dejó durante el confinamiento. Pero sortear la pobreza y precariedad, supone también vivir con el riesgo perenne de volver a la casilla de salida, de empezar de cero una y otra vez.

Con la llegada del verano y el fin del curso escolar, se cierran los colegios y comedores, lo que supone otra nueva limitación a la que hacer frente que, además, causa estragos sobre los menores. “En verano no tengo a nadie con quien dejar a mi hijo en casa o a alguien que cuide de él, porque estoy sola en este país. Solo estamos mi niño y yo”, lamenta María. Y es que, si no trabaja no puede conseguir ingresos para mantener y alimentar a su hijo. Para salir de esta encrucijada, esta familia cuenta con el respaldo del Programa de Verano de la ONG Educo, que no solo permite a los niños y las niñas en situación de vulnerabilidad tener acceso a actividades de ocio y tiempo libre, sino que también garantiza al menos una comida completa y nutritiva al día a este colectivo. 

Esta iniciativa, liderada por Educo, se lleva a cabo en colaboración con 65 entidades que organizan distintas modalidades de campamentos a lo largo de toda la geografía española, proporcionando unas 115.000 comidas a más de 2.000 niños y niñas desde junio hasta septiembre. 

Con el fin del curso escolar empiezan los problemas nutricionales para la infancia más vulnerable

Según datos del gobierno, más de 700.000 niños y niñas se quedan sin un apoyo económico para su alimentación o una beca comedor pública en verano. “Durante los meses de verano, con las escuelas cerradas, los niños y las niñas más vulnerables no tienen acceso a actividades de ocio y tiempo libre y acaban quedándose en casa. Pero lo más grave es que también se acaban las becas y ayudas para el comedor escolar que reciben. Es cierto que muchas familias pueden asumir este gasto, pero ¿qué pasa con aquellas que no pueden? En muchos casos, empiezan los problemas de alimentación y nutrición de muchos niños y niñas hasta que empieza el nuevo curso escolar”, explica Pilar Orenes, directora general de Educo. 

Además de garantizar la comida de los más pequeños durante el periodo estival, es importante atender a otros aspectos fundamentales para el crecimiento y desarrollo de cualquier niño, niña o joven. “También tienen derecho a tener unas vacaciones y a disfrutar del tiempo libre. Es algo básico si queremos asegurar su bienestar emocional”, apunta Orenes.

Por ello, el Programa de Verano de Educo también busca fomentar la relación de los críos con su entorno y sus amistades; y crear espacios seguros donde disfrutar de momentos de ocio. En esta línea, las actividades contemplan talleres de resolución pacífica de conflictos, donde a aprender a dialogar y a escuchar atentamente o a hacer un uso responsable de las redes sociales e Internet. Es decir, a través del juego y los cuidados, lograr que nadie se quede atrás.  

Y es que este programa resulta indispensable si atendemos a los últimos datos oficiales en los que se refleja que en España uno de cada tres menores de 18 años está en riesgo de pobreza o exclusión y que más de 370.000 niños, niñas y adolescentes no comen carne, pescado o pollo cada dos días.

Asegurar la alimentación de la infancia todos los días del año

Garantizar al menos una comida completa al día a menores en situación de vulnerabilidad es un objetivo que la Administración y las organizaciones sociales se marcan durante los doce meses del año. Un reto que también se ha abordado durante el periodo más duro de confinamiento y pandemia, cuando los centros educativos se cerraron. 

En ese tiempo, la familia de Gabriela recibió una ayuda a través de un ingreso económico mensual para que pudiera hacer compra de alimentos y asegurar la comida de sus dos hijos de nueve y doce años. 

“Me siento muy contenta y agradecida de poder tener a los niños comiendo en el comedor, así, mientras puedo buscar trabajo. Ellos están muy contentos, además es el momento de tener una comida sana”, reconoce esta madre tras la vuelta a las aulas. 

Compartir ese momento del día, con un plato de comida y en compañía de amigos, es una oportunidad para desarrollarse y disfrutar de un entorno seguro e inclusivo, pero también un derecho. Y así lo expresan algunos: “En el comedor me siento feliz, alegre, contento, cómodo”. Con esa frase adornada por corazones de colores que rodean cada una de las palabras, definía su experiencia uno de los más de 1.000 menores becados por Educo para comer en su centro educativo durante el curso 2020-2021.

Etiquetas
stats