Un trabajo cerca de casa
Muchas dificultades no conocen de geografía. Saltan de un entorno a otro y no hacen distinciones entre lugares. Incluso podría decirse que la ubicación de una persona le añade un puñado más de obstáculos a la mochila que ya lleva. Cuento esto porque si saltarse las barreras que la discapacidad ya planta por sí sola, si se tiene que hacer en un ámbito con cierto punto de aislamiento geográfico....
Por eso hablamos hoy de un par de proyectos de emprendimiento social encaminados a crear puestos de trabajo en entornos no especialmente favorecidos y con un público objetivo de neto carácter excluido: enfermos mentales en zona rural. El Comité de Asociaciones de Representación de Personas con Discapacidad (CERMI) en Aragón certificó ya en un estudio de 2006 que si la inserción laboral de gente con discapacidad era complicada “en el caso de los enfermos mentales (y sobre todo los severos) es casi nula”. Y certificó que de las 1.500 ofertas de trabajo específico para personas con alguna diversidad funcional -física o psíquica- “sólo el 5% llega a la enfermedad mental severa”. Cifras similares pueblan las áreas menos urbanas del país.
En Aragón, en el pirenaico valle de Benasque, una empresa social llamada El Remós nació en 1998 como “un proyecto nacido en el seno de la Asociación Guayente con el objeto de que las personas con discapacidad del Valle de Benasque y sus familias no tuvieran que dejar sus pueblos para ser atendidos por su discapacidad”. Desde el inicio de su actividad, incluyeron como objetivo primordial, según cuenta, “conseguir generar empleo para las personas con discapacidad como elemento fundamental para su desarrollo social y laboral”. Como iniciativa modesta y sin aire de grandeza, poco a poco, como detallan, “12 personas han ido pasando como trabajadores y se han convertido en una pieza fundamental para posicionarnos como un referente de la jardinería en el valle”.
La división laboral que se mueve por este entorno de naturaleza privilegiada es conocida por el elocuente nombre de Jardinería Valle de Benasque pero ha ido ampliando su rango desde la población base de Villanova a “trabajar en numerosas localidades de la Alta Ribagorza y del Valle del Esera”. ¿En qué? En otras entradas pretéritas de este blog, las actividades de jarnidería no han sido elemento extraño a la hora de hablar de proyectos con ánimo de autoabastecerse y facilitar la entrada en el mercado de trabajo de gente con pocas oportunidades. Los trabajos manuales funcionan: las podas, las instalaciones de infraestructuras de jardín, la siembra, el mantenimiento de plantas... todas estas funciones casan perfectamente con estos empleados peculiares e impiden que tengan que desarraigarse de sus pueblos y sus familias para hallar un horizonte activo.
Jardines del Valle nace de El Remós, como centro de atención a la enfermedad mental que entiende como pieza clave conformar un entorno completo de integración. “Atendemos a distintos tipos y grados de discapacidad en un mismo centro y en un entorno rural y que prioriza la integración a través del trabajo como una actividad normalizadora, generando una actividad económica y social en su entorno”, subrayan. De ahí el carácter social de este emprendimiento enfocado a que la zona rural, los pueblos pequeños, por el hecho de ser así, de su propia idiosincrasia no añadan más cuesta al camino -ya algo dificultoso- de estas personas.
Otro ejemplo de proyecto con ganas de sujetar a las personas es El Cierzo y la Retama. Una idea que lleva 20 años “dedicándose a la cerámica artesanal, permitiendo la integración laboral de personas con discapacidad, preferentemente con enfermedad mental grave”. Desde Ejea de los Caballeros, ellos cuentan que se “adaptan a las capacidades y desarrollan los ajustes personales y sociales que requieran sus trabajadores”. Luego, el producto redunda en un beneficio económico que permite y ayuda a seguir incluyendo compañeros. La actividad comercial funciona desde 1992 en la Comarca de las Cinco Villas en Zaragoza “con el objetivo de proporcionar una alternativa laboral”. Al tiempo, dicen, que facilitan a las empresas cumplir con su responsabilidad social corporativa “si nos hacen pedidos”. Una estrategia de márketing.