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La política extremeña se une en el adiós a Mariano Gallego

Mariano Gallego

Pablo Sánchez / Pablo Sánchez

Este miércoles, a los 71 años de edad, el alcalde Mariano Gallego ha fallecido en su domicilio de Don Benito tras una larga enfermedad que minó sus resistencias, debilitadas desde hace años por un trasplante de corazón. Como suele ser habitual, en el momento de la muerte es fácil suscitar unanimidades en los afectos y los reconocimientos públicos. En vida, suele ser bastante más complicado. “No es difícil morir en esta vida, vivir, es lo difícil”, cantaba Maiakosvki. Con Gallego, la historia se repite.

A Mariano Gallego (Valdecaballeros, 1944) le costó encontrar unanimidades en vida porque fue un político singular, cercano, muy personalista y con un punto de soberbia que le condujo a algunos desencuentros fuera de su partido y dentro, especialmente en los últimos tiempos en los que apenas mantenía relación alguna con la dirección regional del PP.

Larga travesía

Gallego, licenciado en derecho por la Universidad de Sevilla y profesor de primaria, comenzó su carrera política en los primeros años de la recuperación democrática en los ayuntamientos. De perfil centrista y buen orador, fue concejal por la UCD en la primera Corporación democrática de Don Benito en 1979. Luego pasó por las filas del CDS y acabó en el PP, y desde ese partido logró llegar a la alcaldía, en minoría, en 1995 tras una larga travesía en la oposición durante 16 años.

Tras su primera victoria electoral sumó cuatro victorias en las siguientes elecciones, todas ellas por mayoría absoluta. Ya enfermo, no concurrió a las pasadas elecciones del 24 de mayo en las que el socialista José Luis Quintana logró mayoría absoluta.

Vehemente e impulsivo, abogado de personas sin recursos por vocación, personalista en su gestión y altivo tras dos décadas de gobiernos, parecía lógico que en su etapa final despertase apoyos incondicionales y feroces críticas.

Más allá de críticas y halagos, hay unanimidad a la hora de señalar a Mariano Gallego como un alcalde que dejará huella en la ciudad por los notables cambios urbanísticos, su gestión muy personal de los asuntos del día y su feroz independencia de criterio en los temas que él creía importantes para la ciudad.

Funeral familiar

Nada más conocerse su fallecimiento, previsible desde hacía ya unos días, el alcalde electo Quintana expresó sus condolencias y las de su partido y expresó su agradecimiento “por el enorme trabajo que desarrolló durante estos 20 años a favor de Don Benito”.

En la política regional, nada más conocerse la noticia de su fallecimiento abundan las reacciones de reconocimiento y afecto hacia el alcalde fallecido. El presidente del PP extremeño, José Antonio Monago ha calificado a Gallego como “un referente político y del municipalismo” y señala que “su ausencia nos llena de tristeza, por lo que supone la pérdida de un colaborador, un compañero y un amigo”, ha dicho Monago a través de un comunicado de prensa. El secretario general del PSOE extremeño, Guillermo Fernández Vara, también ha lamentado la muerte de Mariano Gallego y ha desvelado que hace pocos días mantuvo una charla telefónica con él, de la que salió reconfortado a título personal, señala Vara.

El funeral tendrá lugar esta mañana en la iglesia de Santiago, en el centro de Don Benito, y la familia ha expresado su deseo de que todo transcurra en la mayor intimidad posible.

El Ayuntamiento ha decretado tres días de luto en recuerdo de uno de los alcaldes que marcará la reciente historia de la ciudad. A partir de este jueves, las banderas del edificio municipal ondearán a media asta, según ha afirmado la edil María Herrera.

 

 

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