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Espacio para la reflexión y el análisis a cargo de parlamentarios europeos españoles.

Este 23J nos la jugamos en la UE

Los primeros ministros de Hungría y Polonia, Viktor Orbán y Mateusz Morawiecki en una imagen de archivo.

Isabel García

Diputada al Parlamento Europeo —

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A estas alturas Feijóo ya no puede disimular que carece de un proyecto para el país. Tras cuatro años ejerciendo la oposición más desleal, a las puertas de unas elecciones generales el Partido Popular se encuentra a merced de la extrema derecha de Vox y sin otra propuesta que la de derogar “el Sanchismo”. Una vaga consigna tras la que esconden la reducción de políticas sociales, limitación de derechos y libertades, el freno de la recuperación económica y la vuelta a la España del ruido, en la que llevan instaurados desde hace cuatro años. Esa es la oferta de Feijóo: un país contra la mayoría social. 

La reducción del salario mínimo, recortes en derechos laborales o volver a la congelación de las pensiones son algunas de sus propuestas. Una apuesta por el retroceso social más que evidente ante la que Europa tendría mucho que decir. Porque España, como todos los Estados miembros, tiene compromisos adquiridos con la Unión Europea y su incumplimiento supondría multas millonarias. Es decir, cualquier modificación significativa de la reforma laboral o de las pensiones implicaría un incumplimiento del Plan de Recuperación acordado con Bruselas y España pasaría de recibir fondos -37 mil millones de euros hasta la fecha- a acumular multas. 

Nos situaríamos de esta forma en el club de los países europeos, como Hungría o Polonia, cuyos fondos comunitarios se han visto congelados por la deriva autoritaria de sus gobiernos. Entre tanto, el Partido Popular seguirá hablándonos de la importancia de volver a la “moderación” mientras pactan con Vox y su credibilidad será la misma que cuando dan lecciones de coherencia. Porque en Bruselas estamos acostumbrados al patriotismo hipócrita de los Populares, donde han intentado poner toda serie de trabas para que España, y los españoles, no reciban esos tan necesarios fondos de recuperación. Pese a ello, es difícil saber si este modus operandi es consecuencia de su política del insulto o simple ignorancia de las normas comunitarias. 

Lo pudimos ver también durante la visita que la Comisión de Control Presupuestario del Parlamento Europeo hicimos a España por situarse a la cabeza en la ejecución de los fondos de recuperación. Ocasión que el PP aprovechó una vez más para lanzar ataques contra el Gobierno de Pedro Sánchez que, en definitiva, son ataques contra nuestro país. Al menos esa fue su intención, porque lo que quedó claro es que España está cumpliendo todos los compromisos europeos y cuenta con sistemas de control y de ejecución sólidos. Aunque tampoco les importó, pues ya sabemos que su discurso siempre pasa por el “miente que algo queda”. 

Así es el extraño patriotismo del Partido Popular que quiere tumbar todas las medidas que han permitido al país avanzar y que han logrado respeto internacional, como la ‘excepción ibérica’ en el mercado eléctrico. La Comisión Europea ha alabado la reforma de las pensiones como un ejemplo de diálogo entre los agentes sociales y las autoridades nacionales y europeas. Del mismo modo, el ejecutivo europeo acogió de forma positiva la reforma laboral, que además de ser un hito cumplido del Plan de Recuperación, es el marco que ha permitido lograr excelentes datos de empleo y crecimiento del PIB. En mayo, España superó por primera vez los 20.8 millones de trabajadores afiliados a la Seguridad Social. Unos datos muy alejados del apocalipsis que algunos alientan, pero que nunca llega. Políticas que han permitido seguir construyendo un país para todos dentro de la Europa que queremos, fruto del impulso del Gobierno central y de su colaboración con las autonomías. 

Por todo ello, es más que evidente que en estas elecciones no solo decidimos los próximos cuatro años de gobierno, sino que nos jugamos las próximas décadas. Porque bajo los gobiernos de Feijóo se abre paso a la extrema derecha, a los aliados de Le Pen, de Viktor Orbán, de Bolsonaro. Elegimos entre seguir siendo un referente en progreso o volver a la España oscura de los recortes y de la irrelevancia internacional. Porque tal vez el Partido Popular no lo sepa, pero el socialismo es lo único que hace avanzar a nuestras sociedades. Mientras unos miran con nostalgia al pasado, este 23J la mayoría de españoles nos jugamos el futuro. 

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