El Ayuntamiento de Bilbao espera sacar a licitación un nuevo contrato para la reforma del pabellón de La Casilla y su entorno antes de que finalice el año con la esperanza de que tenga mejor recorrido que el anterior, que quedó desierto. Es decir, ninguna empresa consideró que le resultaba suficientemente rentable. El equipo que dirige el concejal de Planificación Urbana y Proyectos Estratégicos de Bilbao, Asier Abaunza, lleva casi un año trabajando en un nuevo contrato -el concurso anterior se dio por finalizado en el noviembre de 2024- con el fin de que sea atractivo para las empresas. El Ayuntamiento cambiará para ello algunas condiciones del pliego de contratación, especialmente las relacionadas con la gestión del polideportivo ubicado en el interior de pabellón.
El Ayuntamiento considera “innegociable” que en el interior de las nuevas instalaciones siga en marcha un polideportivo en el que los usuarios de Bilbao Kirolak accedan con los mismos precios y condiciones que los del resto de los polideportivos adscritos a la red municipal. Fuentes municipales recalcan que esa es una cuestión que no se tocará. Otra cosa es la gestión de ese polideportivo. El contrato que quedó desierto establecía un régimen de concesión a una empresa privada por un periodo de 40 años. Una concesión en la que se incluía el polideportivo, que quedaría bajo gestión privada, pero con tarifas de polideportivo público. Y en este punto, a las potenciales empresas que podrían pujar por la gestión, no les salían las cuentas. Por ello, ahora el consistorio busca fórmulas para que en el contrato suponga que la gestión del polideportivo quede en manos municipales, mientras que sea privada la gestión del resto de las equipaciones que se ubiquen en el entorno, aún por definir.
La reforma de esta plaza y del pabellón se le ha atascado al Ayuntamiento bilbaíno, que presentó el proyecto en 2022, recién salidos de la pandemia -el alcalde y el concejal comparecieron en rueda de prensa con mascarillas- con la intención de que las obras saliesen a licitación en 2023 y las nuevas instalaciones estuviesen operativas en 2026, algo que ya es del todo imposible. Finalmente, las obras no salieron a concurso hasta julio de 2024, y cinco meses después se cerró la licitación sin que concurriera ninguna empresa. Ahora es difícil ponerle una fecha. Desde el Ayuntamiento señalan que ese tipo de grandes contratos a modo de concesión son “muy complejos” y recuerda que en otros megacontratos como la estación de Termibus, -también en régimen de concesión- el tránsito hasta la licitación ha sido complejo.
En el anterior pliego de contrato licitaba las obras por 17,5 millones de euros, excluido el IVA, para levantar un nuevo edificio que sustituya al viejo pabellón, inaugurado en 1967 que durante décadas acogió los partidos del Bilbao Basket y de los equipos que le precedieron, así como la urbanización de la mítica plaza bilbaína, alrededor de cuyo kiosko sigue habiendo 'bailables' cada domingo. El plazo era de ocho meses para la redacción del proyecto y de 18 meses para la ejecución de las obras. El contrato tras la adjudicación se establecía en régimen de concesión para 40 años. Transcurrido ese plazo volvería a propiedad municipal.
Para la adjudicación el pliego de contratación establecía unos equipamientos mínimos sobre todo referentes al polideportivo, con una oferta mínima obligatoria deportiva para La Nueva Casilla, imprescindible para valorar las infraestructuras o las actividades ampliadas o complementaria
Estos mínimos exigían, al menos 3.150 metros cuadrados de superficie, albergando pista polideportiva, con sus vestuarios y aseos, y gradas para 300 personas, salas polivalentes y de yoga/pilates, sala de musculatura, vestuarios y aseos para esta zona y una piscina de superficie mínima de 600 metros cuadrados, con sus vestuarios y aseos. Todo para acoger las actividades deportivas dentro de la oferta de Bilbao Kirolak y sujetas sus mismas tarifas. Sí se abría a otras actividades al margen de Bilbao Kirolak y con sus propias tarifas, pero también sujetas a la aprobación de Bilbao Kirolak, pese a que la gestión corría a cargo de la empresa privada. Esto es lo que ahora se pretende cambiar para que la gestión pase a manos del consistorio.
Además, el plan de La Nueva Casilla incluía un aparcamiento subterráneo de 350 plazas y otras actividades complementarias para impulsar la captación de eventos para la “centralidad cultural y el ocio diurno en la villa, además de la captación y retención del talento”.
A la espera de que se concrete la licitación, el anuncio realizado por Diputación Foral de Bizkaia en julio de que construirá una nueva sede foral en la zona de La Casilla, en Bilbao, aprovechando la parcela de la antigua escuela de peritos, puede contribuir a que la zona sea más atractiva para nuevos emplazamientos de hostería y ocio y facilitar la rentabilidad del proyecto al margen de la gestión de polideportivo.
De momento, el Ayuntamiento de Bilbao ha adjudicado esta semana parte de otra obra importante para la transformación de esta zona de la capital vizcaína, la reforma de la calle autonomía de Bilbao. De momento será un tramo pequeño, entre la plaza de La Casilla y Calixto Díez, una distancia de apenas 200 metros, que se ha adjudicado a Fhimasa por algo más de 900.000 euros, e incluye reducción de carriles y zonas verdes.
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