'Crónica de una transformación (1900-1957)', la exposición que recorre medio siglo de la historia económica de Euskadi
Mirar al pasado para entender el presente y afrontar el futuro. Esta es la propuesta de la exposición 'Crónica de una transformación (1900-1957)', que recorre más de medio siglo de la historia económica y empresarial del País Vasco a través de más de un centenar de documentos, fotografías, objetos y obras de arte procedentes del Archivo Histórico BBVA, primer archivo de banca privada creado en España, y de la Colección BBVA.
La muestra, que estará expuesta en el Archivo Histórico de Euskadi, en Bilbao, hasta el 6 de abril de 2026, es fruto de la colaboración entre BBVA y el Departamento de Cultura y Política Lingüística del Gobierno vasco y da continuidad a la exposición 'Una visión de la historia económica de Vizcaya (1857-1905)' celebrada también en el Archivo Histórico de Euskadi entre 2023 y 2024.
Con esta exposición se propone un recorrido que comprende la etapa en la que los bancos que dieron origen a BBVA, Banco de Bilbao y Banco de Vizcaya, ampliaron su presencia nacional e internacional y financiaron proyectos clave, tanto en el País Vasco —Altos Hornos de Vizcaya o Hidroeléctrica Ibérica— como en el resto del territorio español, contribuyendo de manera decisiva al crecimiento regional y nacional.
'Crónica de una transformación (1900-1957)' se articula en torno a cuatro grandes bloques temáticos: 'Siglo XX: impulso y progreso', 'La Guerra Civil, un impasse económico y social', 'Posguerra: la recuperación' y 'Conmemoraciones'.
Siglo XX: impulso y progreso
A comienzos del siglo XX, Bizkaia vivió una profunda transformación económica, social y cultural. El Banco de Bilbao y el Banco de Vizcaya financiaron sectores clave como la siderurgia, la electricidad y el transporte, favoreciendo el desarrollo industrial, la modernización económica y urbanística, y consolidando la banca con motor de progreso. Su compromiso se extendió al ámbito social y artístico, lo que consolidó a Bilbao como centro financiero y cultural.
Al mismo tiempo ambas entidades se expandieron territorial e internacionalmente, modernizaron sus estructuras y fortalecieron vínculos con economías locales. La Ley de Ordenación Bancaria de 1921 y la creación de entidades públicas marcaron el inicio de una modernización institucional y tecnológica. El Banco de Vizcaya lideró la automatización financiera mediante la incorporación de innovaciones que sentaron las bases para futuras transformaciones tecnológicas.
La Guerra Civil: un impasse económico y social
Durante la guerra civil española el sector bancario vasco sufrió un fuerte impacto. La fuga de capitales y la paralización del crédito afectaron gravemente a la industria regional. El desdoblamiento de sedes bancarias y la fragmentación monetaria refleja la división política y obligaron a las entidades a operar en paralelo y a adoptar medidas contables excepcionales.
El Gobierno de Euzkadi, en un intento por preservar la operativa financiera, ordenó el traslado de efectivos a Francia, lo que generaría litigios posteriormente. La fragmentación monetaria agravó la situación: cada bando emitía su propia moneda, dificultando las transacciones y generando distorsiones económicas. En el País Vasco se emitieron talones regionales conocidos como “Eliodoros”. Esta dualidad financiera, con sistemas paralelos y legitimidades enfrentadas, evidenció la profunda división territorial, política y administrativa del país.
Posguerra: la recuperación
Tras la Guerra Civil, el nuevo régimen implementó un riguroso control financiero para restaurar la unidad económica y asegurar una transición ordenada a un sistema financiero unificado. Se reforzó la intervención estatal sobre la banca con la creación del Instituto de Crédito para la Reconstrucción Nacional en 1939, que canalizaba los fondos hacia explotaciones agrícolas, industrias o viviendas sociales, y con la Ley de Ordenación Bancaria Benjumea de 1946. Gracias a ello, se establecieron dos bloques bien diferenciados: banca pública y banca privada.
Ambas desempeñaron un papel clave en la recuperación facilitando la continuidad operativa, lo que contribuyó a restablecer la confianza en el sistema financiero. Asimismo, las grandes entidades se expandieron comprando bancos menores. Las instituciones financieras -banca pública, entidades privadas y cajas de ahorros- jugaron un papel esencial en esta etapa de recuperación.
Conmemoraciones
A mediados del siglo XX, los aniversarios del Banco de Vizcaya (1951) y del Banco de Bilbao (1957) se convirtieron en hitos institucionales que reafirmaron su papel en el desarrollo económico de España. El primero celebró medio siglo de apoyo a la modernización y al tejido empresarial del norte del país, mientras que el segundo conmemoró cien años de trayectoria con la inauguración de una sede emblemática en Bilbao, reflejo de su consolidación nacional.
Ambas efemérides sirvieron para proyectar una visión de futuro, destacar su capacidad de adaptación ante los cambios sociales y políticos, y reforzar su compromiso con la innovación, el servicio público y la expansión. Estos actos marcaron el inicio de una nueva etapa en la historia de dos entidades claves del sistema financiero español.
BBVA cuenta con el Archivo Histórico bancario privado de mayor envergadura en España formado por un patrimonio documental de carácter único que, a su vez, hunde sus raíces en el País Vasco. En virtud de la firma del convenio de colaboración con el Departamento de Cultura y Política Lingüística del Gobierno vasco, BBVA depositó en 2023 en el Archivo Histórico de Euskadi unos ricos fondos documentales familiares, empresariales e institucionales para continuar su catalogación y digitalización, y ser puestos a disposición del público e investigadores a través de los portales públicos digitales, además de organizar un ciclo de exposiciones como la que se celebra ahora.
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